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Visas de trabajo para migrantes

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Por: Pbro. Jaime Tocornal


En estos días de Semana Santa celebraremos los cristianos la entrega de Jesús para que nosotros tengamos “vida y vida en abundancia” (Jn 10). Recordaremos una vez más el gesto del lavado de los pies a los discípulos que concluye con una invitación a realizar lo mismo que Él hizo. Es decir, servir a nuestros hermanos. Esta es una nueva oportunidad para preguntarnos por la situación de los migrantes que parece no avanzar.

El Papa Francisco acaba de realizar un viaje a la isla de Malta y uno de sus últimos encuentros, infaltable ya en sus viajes, fue con los migrantes. Recordó una vez más la importancia trascendental de trabajar por lo que calificó de “naufragio de nuestra cultura”. Con voz profética señaló que “la realidad de las migraciones es un signo de los tiempos donde está en juego la civilización”.

Todo esto cuando vemos como muchos de nuestros hermanos migrantes viven en la más absoluta precariedad en bandejones y plazas de nuestras ciudades. Estamos a un paso de acostumbrarnos y mirar hacia otro lado.

Recordando la vocación de acogida, fundamento de humanidad, el papa pidió hacer un esfuerzo para crear albergues que aseguren un trato humano como el que nos gustaría encontrar cada uno de nosotros. Otro tanto podríamos decir de las posibilidades de realizar un trabajo decente en nuestra sociedad. ¿Cómo no darnos cuenta de la importancia que tiene para ellos el poder acceder a visas que les permitan trabajar para aportar al país y recuperar la dignidad de ganarse el pan con su esfuerzo?

Ante la evidencia de tanto dolor en tantos migrantes, los Cristos crucificados de hoy, queremos mirar a las personas, sus historias, sus dramas para hacerlos nuestros, porque Chile es la casa de todos.

 

Pbro. Jaime Tocornal,

vicario para la pastoral social Caritas

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