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La importancia del rechazo de los Comunes Digitales en la constituyente Opinión

La importancia del rechazo de los Comunes Digitales en la constituyente

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Samuel Toro
Por : Samuel Toro Licenciado en Arte. Doctor en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, UV.
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Pensemos, positivamente hablando, que se espere que esto sea una materia legislativa, pero, por ningún motivo desconocerla, pues nos pondríamos en el plano de la precaria educación chilena en lo que se ha planteado y develado, en este último tiempo, con respecto a defensas que ponen en detrimento la capacidad de la multiplicidad de inteligencias colectivas trabajando en conjunto, y no creyendo que su sobreprotección individual potenciará lo cultural. Esto último es no entender el derrotero histórico donde se ha evidenciado los retrocesos culturales y los avances cuando se ha puesto énfasis en la cooperación, en este caso de la técnica que mueve los deseos hoy en el mundo: la tecnología de las voluntades implícitas y explícitas de los cambios que estamos obligados a no desconocer.


El jueves pasado se realizó la votación en el pleno del último informe de la comisión 7. Dentro de las propuestas de artículos se encontraban los “Comunes Digitales”, el cual fue rechazado por una cantidad muy pequeña de votos. En esta columna me centraré, resumidamente, en la importancia de este tema y su importancia nacional e internacional.

Lo Comunes Digitales son parte de un campo social y cultural que ha sido adoptado en los territorios que han logrado una importante potenciación en variedad de alcances contemporáneos: cultura digital (extremadamente relevante en la actualidad y futuro del planeta), lo que en estos territorios no se han percatado, ni política, social, cultural, económicamente, y los relevante cambios de urgencia que se lograrían resolver en la convergencia entre bien común y tecnología, o sea, entre las relaciones que puede potenciar lo tecnológico basado en el mayor bienestar del conjunto social. Esto es posible, debido a que la convergencia entre las prótesis de los dispositivos culturales siempre han sido en base a la existencia conjunta de las relaciones que hacen posible todo el proceso de relaciones, las cuales nunca han estado desligadas de toda la producción de realidad.

[cita tipo=»destaque»]Es una lástima que nuestros constituyentes no hayan tenido la visión de presente y futuro en esto.[/cita]

El problema se genera cuando una cantidad importante de la población aún dicotomiza su percepción educativa, heredera del apogeo heideggeriano con respecto a la separación entre lo que se cree, aún, como natural y artificial. La producción de conocimientos necesita, y es parte de toda la trama tecno-cultural. Pero, parece que no podemos esperar mucho, por ahora, de la coetaneidad en esto. Será algo inevitable, pero con el recurrente retraso comparativo en relación a los países que tienen comunidades organizadas en lo concerniente al crecimiento gracias a la cooperación digital. Es una lástima que nuestros constituyentes no hayan tenido la visión de presente y futuro en esto.

Las perspectivas y experiencias que se han demostrado en el mundo en la colaboración de los códigos abiertos (open source) han demostrado, desde los 90 del siglo XX, que la creación y gestión de comunidades vinculantes han logrado fortalezas anti individualistas y con una fuerte demostración de robustez de seguridad informática en las redes que la han componido. El feminismo prospectivo lo conoce bien.

Pensemos, positivamente hablando, que se espere que esto sea una materia legislativa, pero, por ningún motivo desconocerla, pues nos pondríamos en el plano de la precaria educación chilena en lo que se ha planteado y develado, en este último tiempo, con respecto a defensas que ponen en detrimento la capacidad de la multiplicidad de inteligencias colectivas trabajando en conjunto, y no creyendo que su sobreprotección individual potenciará lo cultural. Esto último es no entender el derrotero histórico donde se ha evidenciado los retrocesos culturales y los avances cuando se ha puesto énfasis en la cooperación, en este caso de la técnica que mueve los deseos hoy en el mundo: la tecnología de las voluntades implícitas y explícitas de los cambios que estamos obligados a no desconocer.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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