Publicidad
Reconocimiento a Tony Mifsud S.J., un gran hombre y ejemplo de innovación Opinión

Reconocimiento a Tony Mifsud S.J., un gran hombre y ejemplo de innovación

Andrés Sanfuentes Vergara
Por : Andrés Sanfuentes Vergara Economista, académico. Presidente de BancoEstado entre el año 1990 y el año 2000.
Ver Más


Su reciente fallecimiento me lleva a recordar la trayectoria que conocimos durante tantos años y su espíritu innovador, que le llevó a realizar aportes tan significativos, aparte de su labor pastoral e intelectual.

La que se destaca de inmediato es su personalidad. Era un hombre generoso, que siempre entregaba a los demás más que lo que recibía, con su humildad, alegría, buen humor, capacidad para escuchar, aunque siempre aportaba más que el interlocutor, inteligente y creativo.

Lo conocí en las reuniones que se realizaban en la Alameda con Almirante Barroso, para conversar sobre la Doctrina Social de la Iglesia y el pensamiento Social Cristiano. El joven Mifsud, de origen maltés (1949) llegó a Chile muy joven en 1974, ya como sacerdote y se integró a la juventud donde entregaba su guitarra y canciones. Vivió en Chile hasta su muerte, excepto dos años que estuvo en el CELAM en Colombia.

Las contribuciones a nuestra sociedad son notables; como profesor de Teología Moral en la U. Católica de Chile y en el Seminario, pero su mayor aporte docente fue en la U. Alberto Hurtado. Ocupó la dirección de la Revista Mensaje durante varios años.

Publicó varios libros, entre los que se destaca el manual “Moral del Discernimiento” en cuatro tomos con varias ediciones. El propio autor se calificaba como Teólogo Moral.

Uno de sus principales logros se relacionó con ILADES (Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales), entidad relacionada con el CELAM y la Universidad de Lovaina en Bélgica, que le permitió formar la Licenciatura en Ciencias Sociales. Su interés por los asuntos económico-sociales y su cercanía con Jorge Rodríguez Grossi les llevó a desarrollar un centro de estudios de alto nivel con un enfoque algo diferente de los existentes, a partir de ILADES. En su formación inicial formaron parte cinco economistas: Jorge Rodríguez, su primer director, Jorge Marshall, Felipe Morandé, Andrés Sanfuentes y Klaus Schmidt-Hebbel, con jornadas completas, aparte de la responsabilidad de Tony Mifsud. La idea central era desarrollar, aparte de las tareas de investigación, la docencia de postgrado, para lo cual se realizó un convenio con la prestigiosa Georgetown University de Estados Unidos, administrada por los jesuitas. Con ello se pudo otorgar el grado de Master of Arts in Economics, reflejando la confianza en la institución chilena a pesar de la independencia con que actuaba.

La institución obtuvo financiamiento por cinco años de la Konrad Adenauer y posteriormente del BID, hasta que pudo tener sus propios recursos.

El término de la Dictadura en 1990 y el nuevo gobierno de la Concertación, llevó a varios profesores a ocupar altos cargos en la administración, a pesar que fueron reemplazados por otros académicos de alto nivel. La calidad del profesorado de ILADES ya tenía a figuras que incluso llegaron a ocupar Ministerios.

Después del reconocimiento que logró ILADES en el medio local, tanto por su docencia como su investigación económica y difusión pública, se encontró el problema que como no era una universidad chilena, sus grados académicos no eran reconocidos en los medios locales, lo cual era un obstáculo serio para atraer a muchos interesados. De allí nace la idea de crear una universidad propia a partir de ILADES y otros centros de estudios cercanos dedicados a la educación, el derecho, las ciencias sociales y la ética como centros de pensamiento. El liderazgo de esta iniciativa también lo asumió Tony Mifsud. Sin embargo, surgió otro inconveniente, una parte de la Compañía de Jesús respaldaba la idea, pero otra, especialmente jóvenes, era partidarios de concentrar los esfuerzos en la protección a los más débiles, no solo como curas obreros, sino invocando el ejemplo del Padre Hurtado, más que en la formación de profesionales influyentes. Para resolver el problema fueron muy importantes las gestione de Tony y Gonzalo Arroyo que dieron por resultado la designación de Fernando Montes como Rector de la incipiente nueva universidad la cual, para cumplir con las exigencias normativas, creó la carrera de Ingeniería Comercial con especialidades en Economía y Administración de Empresas y varias otras, como la expansión del CIDE. Bajo la dirección de Montes por varios años, la universidad experimentó un efectivo crecimiento, logrando una importante acreditación.

Tony Mifsud debe ser admirado como una persona que sobresalió en muchos aspectos, el más importante fue su gran capacidad para relacionarse con los demás, no solo su simpatía y cercanía con la gente, especialmente los jóvenes. También su bondad y humildad. Se destacó como un importante intelectual, espacialmente en el campo de la ética y las relaciones socio económicas. Sus contribuciones como innovador son decisivas, especialmente en el campo de la Educación Superior. Fue un hombre inolvidable y ejemplar.

Agradezco los comentarios de Jorge Rodríguez G. a una primera versión de esta columna.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias