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Emprendimientos en etapa temprana Opinión

Emprendimientos en etapa temprana

Alexandro Bravo Bonino
Por : Alexandro Bravo Bonino Ingeniero y consultor. Mentor para Pymes en profesionalización, gestión y crecimiento. Partner de emprendedoras en Latinoamérica. Facilitador de equipos de trabajo.
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A lo largo de los años me ha tocado conocer a muchas emprendedoras de diversos países que se ven enfrentadas a ciertas definiciones cuando deciden emprender y que en esta oportunidad las clasificare en 3 grupos.

El primer grupo se relaciona con emprendedoras que quieren emprender —mayormente por necesidad— pero no tienen claridad en qué emprender, vale decir, no tiene una idea de negocio. El segundo grupo son emprendedoras quieren emprender, tienen la idea, pero no saben cómo pasar a la acción o no saben cómo comenzar. Y, por último, la tercera es ese grupo de emprendedoras que ya comenzaron su negocio, pero sienten que el negocio no avanza y no crece como ellas esperaban.

Los emprendimientos en etapas tempranas o iniciales son aquellos en los que una emprendedora o emprendedor (1) está aún planteando y/o definiendo su idea, (2) prototipando su modelo de negocio, vale decir, evaluando si la idea tiene potenciales clientes que estén dispuestos a pagar por esos productos y/o servicios, o (3) que están comenzando a generar sus primeras ventas y necesitan rentabilizar la relación con los clientes. En esta etapa es fundamental encontrar la solución al problema que pretendemos resolver para comenzar con éxito cualquier emprendimiento ya que definir y diseñar productos o servicios que agreguen valor a los clientes diferenciándose de los que ya existen será siempre el principal desafío de todo emprendedor.

La diferenciación y tener una propuesta de valor clara y robusta es donde debemos tener el foco en esta etapa inicial. Una pregunta para evaluar aquello seria: ¿Por qué es diferente mi producto o servicio? ¿Cómo haré que potenciales clientes me elijan a mí y no a la competencia? ¿Cuál es el principal dolor que tienen los clientes y de qué forma mis productos o servicios resuelven aquello?

Esto significa tener mucha claridad respecto a quienes son aquellos clientes que me comprarán lo que yo pretendo vender. ¿Te imaginas vender vestidos para mujeres entre 18 y 60 años? ¿Te parece que sería lo correcto?. Te lo planteo de otra forma: ¿Crees tú que las necesidades, preocupaciones, insatisfacciones, preferencias y/o gustos de una mujer de 25 años con una mujer de 50 años son los mismos? Obviamente que no. Posiblemente el tipo de tela, diseño o estilo sea muy distinto de una que de otra. Con ello conocer el perfil de tu cliente, tamaño del mercado, los gustos, preferencias y frecuencia de compra también es importante. ¿Te imaginas que el segmento de mujeres entre 45 y 55 años no utilice vestidos dada las condiciones climáticas u otra condición versus el segmento de mujeres entre 18 y 25 años que si lo utilizan por un tema de moda? ¿O que por ejemplo una mujer suela comprarse un vestido 2 veces al año?. Sería algo difícil vender sandalias en un lugar extremadamente frio, así como vender chalecos de alpaca en un lugar donde el clima es húmedo. ¿Qué tan rentable puede ser ese segmento de mujeres que te compran poco?. En una etapa inicial o temprana es fundamental tener claridad de estos aspectos si es que quieres tener éxito con tu negocio.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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