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Crisis humanitaria en el norte: trance de las relaciones intrarregionales en Latinoamérica Opinión

Crisis humanitaria en el norte: trance de las relaciones intrarregionales en Latinoamérica

Adriana Palomera
Por : Adriana Palomera Directora ejecutiva del Centro de Estudios Migratorios de la Usach
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El problema humanitario de los últimos años nos demuestra que no basta con políticas nacionales de migración restrictivas, militarización fronteriza y aumento de las sanciones ante la irregularidad. La politización de las migraciones es un peligro para las decisiones acertadas en política pública, puesto que deja de situarse desde los estudios que presentan información seria y actualizada, prevaleciendo la ganancia política, particularmente, en momentos eleccionarios.


Existe consenso respecto a que las migraciones son un proceso complejo que afecta desde el primer momento a aquellos que toman la decisión de desplazarse y a sus entornos. Migrar, de seguro es una de las decisiones más difíciles que puede tomar una persona o una familia, por lo general, asociada a la necesidad de mejorar la vida del grupo familiar o de los propios individuos que deciden dar el paso inicial.

Este pequeño paso, como dijo Lao-Tse, es el inicio del largo viaje que significa emigrar. Sin embargo, en la actualidad el largo viaje ha perdido el romanticismo y melancolía quijotesca de antaño. Hoy no importa el aventurero, no importa la osadía y tenacidad del viajero o la viajera, tampoco importan los motivos que provocaron la salida del terruño, menos aun importan las urgencias humanitarias. De seguro, estos latinoamericanos que migran y que están varados en distintas fronteras de nuestra región, dejaron de ser la representación idílica del viajero.

Desde hace años los centros y observatorios universitarios dedicados a las migraciones en el país han trabajado para levantar información, diagnósticos y análisis acerca del proceso migratorio actual, alertando sobre la necesidad de orientar los esfuerzos hacia el trabajo mancomunado a nivel regional y señalando la importancia de un acuerdo entre los distintos países para presentar posibles respuestas a los desafíos propios de las migraciones. En el campo migratorio, junto con el Estado, Chile requiere colaboración de distintas entidades académicas, organizaciones internacionales y nacionales sobre la materia, para dar una respuesta multisectorial que permita ser un aporte para la política pública y las decisiones futuras respecto al tema.

Frente a los efectos de la crisis migratoria que actualmente afecta a cientos de personas extranjeras en la frontera norte de nuestro país, es vital que las autoridades y opinión pública eviten criminalizar a las y los inmigrantes. Es necesario, además que, por sobre todas las medidas tomadas para asegurar una migración segura, ordenada y regular, se respete la integridad, protección y dignidad de cada uno de los seres humanos que se encuentran en el territorio, en especial de aquellos más indefensos, como son los niños, niñas, adolescentes, embarazadas y personas de la tercera edad. 

El problema humanitario de los últimos años nos demuestra que no basta con políticas nacionales de migración restrictivas, militarización fronteriza y aumento de las sanciones ante la irregularidad. La politización de las migraciones es un peligro para las decisiones acertadas en política pública, puesto que deja de situarse desde los estudios que presentan información seria y actualizada, prevaleciendo la ganancia política, particularmente, en momentos eleccionarios.

Si bien es cierto que el correcto trato del proceso migratorio es responsabilidad de las autoridades de cada país, quienes deben estar informadas para anticiparse en el desarrollo de políticas públicas, la situación actual nos demuestra que debe arribarse prontamente a un acuerdo con los países de la región, evitando el aumento del conflicto, que, por cierto, puede complejizar aún más el contexto migratorio y la crisis humanitaria que se acrecienta cuando se impide el paso de un lado y otro.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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