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La belleza de hablar inglés con acento: rompiendo estigmas lingüísticos Opinión

La belleza de hablar inglés con acento: rompiendo estigmas lingüísticos

Malba Barahona
Por : Malba Barahona Académica Facultad de Educación UC
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La competencia lingüística se mide en la capacidad de transmitir ideas, establecer conexiones y enriquecer el diálogo intercultural, no en la perfección de un acento o en cumplir con estándares artificiales.


En un mundo cada vez más globalizado, la capacidad de hablar inglés se ha convertido en una habilidad fundamental. En efecto, el idioma inglés es una herramienta de comunicación global en diversos campos académicos, como ciencias, tecnología, medicina, negocios y humanidades. Es así como se ha vuelto el idioma preferido en conferencias y eventos académicos internacionales. Esto permite que los académicos de diferentes países se reúnan y compartan sus investigaciones en un lenguaje común, facilitando la colaboración y el avance del conocimiento en sus respectivos campos. Sin embargo, es importante desafiar una creencia arraigada de que para ser competente en un idioma, se debe hablar como un hablante nativo. Pretender hablar como un hablante nativo de un idioma como requisito para ser considerado competente es, en muchos casos, un reflejo de un racismo encubierto. Esta expectativa implica que solo aquellos que se ajustan a los estándares de un grupo étnico o cultural dominante son los únicos capaces de dominar un idioma correctamente. En lugar de fomentar una visión inclusiva y respetuosa de la diversidad lingüística, insistir en la perfección de un hablante nativo es una forma sutil de discriminación y una barrera para la verdadera comprensión intercultural. 

 

Hablar un idioma con fluidez sin acento no es un indicador de competencia lingüística.  El acento por sí solo es una medida superficial del dominio de un idioma, el equivalente lingüístico de juzgar a las personas por su apariencia. El verdadero valor de hablar diferentes idiomas radica en la capacidad de comunicarse efectivamente y establecer conexiones significativas con personas de diversas culturas y orígenes lingüísticos. No se trata de alcanzar la perfección gramatical o la pronunciación impecable, sino de abrirse a nuevas perspectivas y enriquecer la comprensión mutua. En este sentido, es fundamental reconocer que ser competente en un idioma no implica hablar como un hablante nativo o hablar sin acento. Cada persona tiene su propio estilo de comunicación y su acento único, lo cual no debería ser motivo de desvalorización. La diversidad lingüística es una riqueza cultural que debemos celebrar y promover. Cada persona que aprende y habla un nuevo idioma aporta su propia perspectiva y enriquece el diálogo intercultural.

 

Tomemos como ejemplo a la destacada lingüista Dra. Elisa Loncon, cuyo trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional. Elisa Loncon ha demostrado su habilidad para comunicar ideas complejas y representar a su comunidad de manera efectiva en diferentes contextos internacionales usando diferentes idiomas, a saber, español, inglés, y mapudungun.  Elisa Loncon no solo ha impartido clases, charlas y conferencias en universidades prestigiosas usando inglés. Loncon ha realizado investigaciones y publicaciones  en distintos idiomas sobre la importancia de la interculturalidad en el sistema educativo, la valoración de los conocimientos y saberes de los pueblos indígenas y la necesidad de un diálogo intercultural que promueva el respeto y la igualdad entre las diferentes comunidades y culturas.

 

Su competencia en el idioma inglés no es perfecta, ni pretende serlo. Sin embargo, demuestra un alto nivel que le permite transmitir ideas complejas y su pasión por los temas que estudia. El trabajo académico de Elisa Loncon ha trascendido las barreras idiomáticas, demostrando que la competencia en un idioma no está determinada por la perfección, sino por la capacidad de comunicarse y conectar con los demás. Su ejemplo desafía la creencia de que solo aquellos que hablan como hablantes nativos pueden ser considerados expertos en un idioma.

 

La competencia lingüística se mide en la capacidad de transmitir ideas, establecer conexiones y enriquecer el diálogo intercultural, no en la perfección de un acento o en cumplir con estándares artificiales. Por lo tanto, insistir en estigmatizar la manera en que la Dra Loncon habla inglés sólo denota discriminación y perpetúa la idea de que algunas culturas y acentos son superiores a otras. En lugar de promover una comprensión verdadera e inclusiva, esta exigencia  de hablar inglés sin acento se convierte en una barrera para la comunicación intercultural y limita nuestra apreciación de la diversidad lingüística. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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