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No más depredación inmobiliaria en San Miguel Opinión

No más depredación inmobiliaria en San Miguel

Andrés Dibán Dinamarca
Por : Andrés Dibán Dinamarca Concejal de San Miguel y militante de Revolución Democrática.
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No es posible pensar en un San Miguel con calidad de vida sin avanzar —decidida y frontalmente— en una nueva modificación del PRC, a partir de un debate ciudadano anclado en el proceso de actualización del PLADECO 2024 a 2028. Una comuna hacia un desarrollo sostenible no puede seguir permitiendo que se construya de manera vertical


Una de las demandas más sentidas por la comunidad sanmiguelina es la relativa a los edificios, así como la desregulación en términos de edificación, la explosión demográfica y los problemas aparejados a ello, relativos a la congestión vial, presión de agua en las viviendas y el aumento de incivilidades, entre otras.

El Plan Regulador Comunal (PRC) del año 2016, vino a hacerse cargo —en parte— de ello, limitando el número de estacionamientos por departamento y la altura en zonas de la comuna. Hoy no se puede construir en altura más de 10 pisos. No obstante, aún se pueden ver decenas de proyectos inmobiliarios —de larga data, previos a 2016— de 15, 18 y hasta 22 pisos de altura. Esto ha generado el malestar y la movilización ciudadana transversal en cada barrio afectado, con el objeto de detener el avance voraz de las constructoras e inmobiliarias que, no contentas con depredar el territorio, incumplen la normativa ambiental, de salud y de edificación, afectando a barrios enteros y  a la población más vulnerada, en sectores tales como Arcadia, San Nicolás y Carnot, entre otros.

No es posible pensar en un San Miguel con calidad de vida sin avanzar —decidida y frontalmente— en una nueva modificación del PRC, a partir de un debate ciudadano anclado en el proceso de actualización del PLADECO 2024 a 2028. Una comuna hacia un desarrollo sostenible no puede seguir permitiendo que se construya de manera vertical y, sí o sí, se debe continuar con las políticas y programas que recuperen espacios públicos, la vida de barrio y un ecosistema sin depredación inmobiliaria.

En suma, en este aniversario número 127 de mi querido San Miguel, es posible marcar un punto de inflexión para mejorar el presente y proyectar un futuro posible: con dignidad, sin exclusión y abandonando la especulación de privados, constructoras y el gran capital.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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