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El aumento de la brecha de género en matemáticas: ¿en todos lados se cuecen habas? Opinión

El aumento de la brecha de género en matemáticas: ¿en todos lados se cuecen habas?

Los estudios comparados como PISA nos permiten constatar que la magnitud y dirección de la brecha de género en matemáticas pueden variar, de manera importante, entre países y también en el tiempo para un mismo país.


Los recientemente publicados resultados de PISA 2022, un estudio internacional sobre el rendimiento de los estudiantes de 15 años en diversos países y economías, refuerzan uno de los principales y más preocupantes hallazgos de la evaluación nacional Simce 2022: la diferencia en el rendimiento en matemáticas entre niños y niñas (la brecha de género) en desmedro de las niñas aumentó, superando mediciones realizadas antes de la pandemia en Chile. Sin embargo, esto no ocurrió en la mayoría de los países: en 57 de los 72 sistemas con datos comparables, la brecha de género en el rendimiento en matemáticas no cambió entre PISA 2018 y 2022.

Los estudios comparados como PISA nos permiten constatar que la magnitud y dirección de la brecha de género en matemáticas pueden variar, de manera importante, entre países y también en el tiempo para un mismo país. Así, de los 81 sistemas educacionales que participaron en PISA 2022, en 17 las niñas obtuvieron mejores resultados promedio en matemáticas que los niños, en 24 no hubo diferencias significativas, y en 40 sistemas los niños obtuvieron mejores resultados que las niñas. En este último grupo se encuentra Chile con la tercera brecha de género más grande en matemáticas.

Así, lejos de ser un indicador estático de las capacidades de niños y niñas, las brechas de género en rendimiento son un reflejo de la situación relativa de las mujeres en la sociedad: diversos estudios han reportado una asociación entre las brechas de género en matemáticas a nivel país y las estructuras de oportunidades para las mujeres en el sistema educativo, en el mercado laboral, en la participación política, así como también una relación con las actitudes hacia la equidad de género de la sociedad en su conjunto.

No es de extrañar, entonces, que estos resultados se correspondan con la evidencia de los efectos diferenciados de la pandemia en términos de tasa de desocupación, tiempo dedicado a cuidados y labores del hogar, y empeoramiento de la salud mental, que perjudicaron en mayor medida a niñas y mujeres.

En Chile, las brechas de género en matemáticas persisten y se incrementan a lo largo de las trayectorias educativas, explicando parte de la distribución desigual de hombres y mujeres entre áreas del conocimiento y ocupaciones con distinto prestigio social y retornos económicos. Si queremos como país beneficiarnos de todos los talentos, debemos aspirar a eliminar las brechas de género tanto dentro como fuera de la escuela. Tarea difícil pero no imposible, como nos enseña el camino recorrido por otros países. No en todos lados se cuecen habas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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