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Justicia, leyes y códigos… de vestimenta

Por: Diego Palomo


Señor Director:

Desde la formación en pregrado hay cuestiones de vestimenta y presentación formal que se inculcan a los futuros abogados/as. Yo mismo he sido especialmente insistente en exigir el cumplimiento de determinados códigos formales, pensando en evitar a mis estudiantes situaciones bochornosas en el “mundo real” de la justicia.

El código de vestimenta en el ámbito de los tribunales de justicia es una cuestión que ha generado alguna discusión en los últimos años, también en Chile. Mientras que algunos argumentan con razones ligadas a la costumbre o práctica tribunalicia que la vestimenta formal es necesaria para mantener la seriedad y el respeto en el ambiente judicial, otros cuestionan si la ropa que usan los abogados y jueces realmente afecta la calidad de la justicia que se brinda.

Pues bien, podremos estar de acuerdo o intentar ponernos de acuerdo que el “código de vestimenta” no puede ser el único factor que determine la seriedad y profesionalismo en el ámbito judicial. Antes que ese factor, hay varios otros de los cuáles ocuparse con prioridad.

El comportamiento y la ética en el ejercicio de las funciones en el ámbito de la Justicia son factores mucho más importantes en la percepción de la justicia y en la confianza de la ciudadanía.

De hecho, no es poco común ver en las salas de tribunales a jueces y abogados que no cumplen con los más altos estándares de comportamiento y ética profesional. En algunos casos, estos profesionales pueden ser indiferentes, deshonestos o simplemente incompetentes. En estos casos, estaremos de acuerdo, la falta de respeto por el “código de vestimenta” no es el problema principal, sino una consecuencia de un comportamiento más amplio que va en contra del interés de la justicia.

En lugar de enfocarse exclusivamente en el “código de vestimenta”, es necesario promover un ambiente judicial profesional que fomente el respeto entre todos los actores, la ética y la justicia. Esto implica garantizar que los jueces y abogados cumplan con los más altos estándares de comportamiento ético y profesional, independientemente de la ropa que usen. Es importante recordar que la justicia no se trata (al menos exclusivamente) de cómo nos vemos, sino de cómo actuamos y cómo hacemos nuestro trabajo.

En definitiva, el “código de vestimenta” en el ámbito de los tribunales de justicia no puede ser el único factor que determine la seriedad y profesionalismo en el ambiente judicial. Es necesario promover un ambiente judicial que fomente el respeto, la ética y la justicia, y garantizar que los jueces y abogados cumplan con los más altos estándares de comportamiento ético y profesional. La ropa que usamos no debe ser una distracción o excusa de los problemas más importantes o prioritarios que enfrenta el sistema judicial en general.

 

Diego Palomo

Universidad de Talca

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