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La centroderecha no puede ningunear a Kast ni acomplejarse como la Concertación lo hizo con MEO Opinión

La centroderecha no puede ningunear a Kast ni acomplejarse como la Concertación lo hizo con MEO

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Tomás Fuentes Barros
Por : Tomás Fuentes Barros Cientista político.
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A JAK no hay que ningunearlo. Tampoco reaccionar a su discurso de forma acomplejada, como temiendo perder el apoyo de quienes hoy se sienten interpelados por su figura. El discurso de JAK debe servir, precisamente, para algo que la ex Concertación no entendió con la irrupción de MEO: perfilar con claridad la identidad propia como sector político. El domicilio de Chile Vamos, ese que le confirió el claro y contundente mandato popular en 2017, es en la centroderecha, con énfasis en el componente centrista de la ecuación. Al resaltar dichas credenciales, la centroderecha no pierde nada. Al contrario, gana en adhesión precisamente en el centro del espectro político.


¿Se identifica usted con una centroderecha moderna, tolerante y democrática? ¿Cree usted que la libertad y el pluralismo deben ser valores esenciales de Chile Vamos? Bueno, si sus respuestas a estas preguntas son afirmativas, no se alarme por José Antonio Kast (JAK). Al contrario, que exista JAK es una buena noticia para esa centroderecha tolerante y libertaria de la que usted se siente parte. ¿Cómo?, se preguntará. Básicamente, porque lo que representa el ex diputado UDI puede ayudar a la centroderecha mayoritaria, esa liderada nada menos que por el Presidente de la República, a perfilar con mayor nitidez su identidad en el centro del espectro ideológico.

Para avanzar en ese sentido, se deben tomar notas de lo ocurrido hace casi una década en la ex Concertación. Cuando en 2009 Marco Enríquez-Ominami decidió aventurarse en una candidatura propia, los dirigentes de la hasta ese minuto hegemónica Concertación reaccionaron de dos maneras, ambas equivocadas.

Unos, optaron por ningunear al entonces diputado, incluso llamándolo Marquito, como si se tratara de un hijo de vecino que se pone medio rebelde. Mientras tanto, otros actores de la izquierda reaccionaron acomplejados, con culpa, como si MEO representara algo que ellos querían pero no podían ser. Esa reacción acomplejada tenía sus raíces más profundas en la postura de los denominados autoflagelantes de la izquierda de fines de la década de los noventa, que no se sentían cómodos ni orgullosos con lo realizado por su coalición en el Gobierno.

[cita tipo=»destaque»]Seamos claros, JAK lidera un proyecto minoritario frente al proyecto de centroderecha que representa hoy el Presidente Piñera. Ahora bien, la existencia del fenómeno JAK permite que esa centroderecha hoy en el Gobierno perfile con mayor nitidez su identidad libertaria, sus credenciales democráticas y su defensa de una sociedad abierta. Para ello, no caben los complejos. Los partidarios de esa centroderecha deben sentirse orgullosos de su evolución democrática y del modelo de desarrollo que el sector impulsa.[/cita]

¿Lecciones? A JAK no hay que ningunearlo. Tampoco reaccionar a su discurso de forma acomplejada, como temiendo perder el apoyo de quienes hoy se sienten interpelados por su figura. El discurso de JAK debe servir, precisamente, para algo que la ex Concertación no entendió con la irrupción de MEO: perfilar con claridad la identidad propia como sector político. El domicilio de Chile Vamos, ese que le confirió el claro y contundente mandato popular en 2017, es en la centroderecha, con énfasis en el componente centrista de la ecuación. Al resaltar dichas credenciales, la centroderecha no pierde nada. Al contrario, gana en adhesión precisamente en el centro del espectro político.

No nos confundamos, Kast no es el Presidente de Chile. Quien ganó la mayoría en la segunda vuelta de 2017 fue precisamente uno de los mayores exponentes de una centroderecha democrática, moderna y centrista. Recordar lo anterior no es ningunear a JAK, o lo que su adhesión representa. Por el contrario, es simplemente situarla en su justa medida, pese a que la cobertura mediática a veces induzca a sesgo en sentido contrario.

Seamos claros, JAK lidera un proyecto minoritario frente al proyecto de centroderecha que representa hoy el Presidente Piñera. Ahora bien, la existencia del fenómeno JAK permite que esa centroderecha hoy en el Gobierno perfile con mayor nitidez su identidad libertaria, sus credenciales democráticas y su defensa de una sociedad abierta. Para ello, no caben los complejos. Los partidarios de esa centroderecha deben sentirse orgullosos de su evolución democrática y del modelo de desarrollo que el sector impulsa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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