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¿Tendencia al rechazo en las encuestas? Problemáticas presentes durante el proceso constitucional Opinión Agencia Uno

¿Tendencia al rechazo en las encuestas? Problemáticas presentes durante el proceso constitucional

Álvaro Zavaleta Sahr
Por : Álvaro Zavaleta Sahr Cientista político, UDP.
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Si analizamos las tres encuestas, podemos ver ciertas similitudes, pues si bien varían las cifras y existe una diferencia entre intención de voto e interés en el proceso, las proporciones que existen entre las posiciones se mantienen. Con esto hago referencia a que existe un desinterés por el texto o una volatilidad alta entre muchas personas que no tienen clara su preferencia, todo ello acompañado de una tendencia al alza del rechazo.


Uno de los grandes problemas que ha enfrentado el Consejo Constitucional es la baja legitimidad que posee a ojos de la ciudadanía. Esto se puede ver en múltiples encuestas que han aparecido en el último tiempo, por lo que analizaremos un poco el contenido de estas y las posibles razones de este rechazo.

Primero, cuando observamos la encuesta Cadem, podemos ver que la intención de voto de los encuestados ha ido en alza hacia el rechazo, ya que en marzo un 36% afirmaba que iba a rechazar la propuesta y un 40% que la iba a aprobar, en cambio, actualmente un 57% busca rechazar y solamente un 26% está a favor.

En la encuesta CEP se pregunta mayormente acerca del interés de las personas sobre el proceso y, en ella, casi la mitad de los encuestados (49%) afirma poseer poco o nada de interés en el tema, mientras solamente un 19% evalúa positivamente el proceso y un 37% lo evalúa de forma negativa.

La encuesta Criteria pregunta por la intención de voto de las personas. En este ítem podemos ver que existe un gran porcentaje de personas que no tiene una decisión tomada (44%). Sin embargo, en lo que respecta a las posiciones a favor o en contra, existe una preponderancia a rechazar el texto, pues aquellos que afirman que aprobarán son un 15%, comparado con el 41% que busca rechazar, una posición en alza, ya que aumentó en comparación con la cifra de 31% expuesta en julio.

Si analizamos las tres encuestas, podemos ver ciertas similitudes, pues si bien varían las cifras y existe una diferencia entre intención de voto e interés en el proceso, las proporciones que existen entre las posiciones se mantienen. Con esto hago referencia a que existe un desinterés por el texto o una volatilidad alta entre muchas personas que no tienen clara su preferencia, todo ello acompañado de una tendencia al alza del rechazo.

Claramente no es un gran panorama para el Consejo.

Es complicado saber cuáles son las causas de esto. Pueden ser diversas, pero la realidad es que las personas actualmente visualizan este proceso como otra falla del mundo político.

Para entender esto, revisemos los hechos más importantes que podrían afectar al Consejo Constitucional.

Antes que nada, este proceso constitucional se conformó con una menor participación de parte de la ciudadanía, constituyendo un proceso político top-down, lo cual significa que las élites políticas movilizan y construyen este proceso desde arriba, no proviniendo de las bases ciudadanas. Este, aparte de ser construido por los partidos políticos, también tuvo diversas limitaciones que delinearon el proceso. Los partidos fueron los que definieron 12 bases constitucionales, las cuales constriñen la propuesta constitucional, y no realizaron plebiscito de entrada, sino que ellos definieron este sistema híbrido, contrario a lo expresado por la ciudadanía en el plebiscito de entrada anterior. Incluso, los mismos partidos eligieron a sus expertos y a sus juristas, no en base a lo que podría necesitar la gente, sino sobre la base de una distribución partidaria.

Ya con un inicio desfavorable, se han sumado las diferentes declaraciones y acciones de representantes que enlodan el proceso. Casos emblemáticos resultan la renuncia de Aldo Sanhueza, por una acusación de abuso sexual; las declaraciones a favor de Pinochet por parte de Luis Silva; y las acusaciones de acoso hacia Carlos Solar realizadas por exalumnas suyas.

También vemos problemáticas para el Consejo que han sucedido en el proceso, durante la misma puesta en práctica. Específicamente, existen diferentes propuestas de enmiendas que parecieran conllevar un retroceso democrático, siendo cuestionadas tanto por expertos como por miembros de la sociedad civil. Dentro de estas están las propuestas de que la Constitución tenga una supremacía por sobre los tratados internacionales, entre ellos, los relacionados con derechos humanos; limitaciones al derecho a huelga, relegando esto solo a la huelga colectiva; protección de la vida del niño que está por nacer, lo cual atenta justamente contra derechos sexuales y reproductivos; e, incluso, buscan establecer un quórum supramayoritario, para que esta misma Constitución sea más difícil de cambiar, entre otras enmiendas.

Por último, podemos ver que hay otros procesos que, siendo necesarios para una mayor robustez democrática del proceso, no se realizaron o se han cuestionado, como lo es la no aplicación de la Consulta Indígena, un proceso que debe realizarse según el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, así como la disposición de la mayoría republicana en el Consejo de no incluir paridad de salida en la Constitución, algo que sí estaba incluido en la propuesta de los expertos.

En resumen, existen diversas problemáticas que afectan al Consejo Constitucional, sin embargo, son dos grandes aspectos los que han generado controversias: uno de ellos está relacionado con una baja participación de la población, con un proceso mucho más elitista y con mecanismos no realizados, como la Consulta Indígena; el otro tiene que ver con la preponderancia de acciones y visiones de extrema derecha, observándose tanto en las diversas enmiendas que generan un peligro para la democracia, como en las acciones más conservadoras de ciertos consejeros, siendo las declaraciones de Luis Silva sobre Pinochet un ejemplo perfecto de ello.

Deja afuera a diversas posiciones ideológicas, pero también a grandes grupos de la población, como las mujeres o los pueblos indígenas, por lo que el mensaje es claro: o se logra introducir mayores certezas democráticas y se establece una Constitución más cercana al centro, o esta Constitución va a ser posiblemente rechazada por la población.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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