Publicidad
Atala Riffo y niñas versus Chile: ¿lecciones olvidadas en la Sala de Justicia? Opinión

Atala Riffo y niñas versus Chile: ¿lecciones olvidadas en la Sala de Justicia?

Mauricio Henríquez R.
Por : Mauricio Henríquez R. Abogado, director jurídico de Fundación Iguales
Ver Más

La especialización de jueces y juezas en estas materias no es una opción, es una necesidad ineludible.


En el tejido intrincado de la justicia, donde la imparcialidad y el respeto deben ser los pilares fundamentales, nos encontramos con situaciones que revelan la fragilidad de nuestro sistema judicial. El pasado enero, el área de apoyo legal de Fundación Iguales actuó como denunciante en un caso de vulneración de derechos a un joven trans. Lo que presenciamos en la Sala, el día de la audiencia, no solo desafió la ley, sino que también lanzó una severa crítica al sistema judicial chileno.

La jueza a cargo de la audiencia cometió un error garrafal al no respetar el nombre social del adolescente trans, a pesar de que la ley lo establece claramente. Esta acción, aparentemente trivial, resuena con indignación y refleja una peligrosa tendencia: la aplicación selectiva de la ley por parte de quienes deberían ser sus guardianes más fervientes.

Este episodio no es simplemente un tropiezo en la administración de justicia; es un grito de alarma que exige una reflexión profunda sobre la necesidad apremiante de que jueces y juezas se especialicen en materias de género y no discriminación. La falta de conocimiento y sensibilidad en estos temas es inaceptable, especialmente en un momento en que conmemoramos 12 años del fallo Atala Riffo y niñas versus Chile.

El fallo internacional mencionado debería ser una guía clara para nuestra judicatura. Ordena al Estado de Chile que instruya y capacite a sus jueces y al Poder Judicial completo en género, respeto, no discriminación y promoción de derechos LGBT+. Sin embargo, parece que la resonancia de este fallo se disuelve en el aire, sin traducirse en una acción significativa en las Salas de Justicia.

La especialización de jueces y juezas en estas materias no es una opción, es una necesidad ineludible. La complejidad de las cuestiones de género y no discriminación exige un entendimiento profundo y una empatía genuina por parte de quienes tienen el poder de decidir sobre las vidas de los demás. La ignorancia y la indiferencia no pueden ser excusas cuando se trata de salvaguardar los derechos y la dignidad de las personas.

El incidente en la audiencia de enero no debe ser recordado como un mero error judicial, sino como la urgente necesidad de que jueces y juezas se especialicen en materias de género y no discriminación. El fallo Atala Riffo y niñas versus Chile debería resonar no solo como una orden internacional, sino como un llamado ético a la acción. La justicia no puede ser un juego de “ignorancias”, sino una promesa cumplida para todos los ciudadanos, independientemente de su identidad de género u orientación sexual.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias