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Es urgente una revisión de la mal llamada Ley de Plásticos de un Solo Uso Opinión

Es urgente una revisión de la mal llamada Ley de Plásticos de un Solo Uso

Máximo Picallo
Por : Máximo Picallo Presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (ACHIGA).
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Un aspecto de vital importancia que no fue considerado en absoluto a la hora de legislar es que la obligación de usar utensilios reutilizables tendrá un gran impacto respecto del consumo de agua en Chile.


Hace unas semanas, en este medio de comunicación fue publicada una columna titulada “La cultura de un solo uso“, que nos invitó a reflexionar sobre la mal llamada Ley de Plásticos de un Solo Uso (Ley 21.368), que entrará en vigencia en agosto de este año.

Desde nuestra posición en ACHIGA, representando a la industria gastronómica, no podemos más que expresar nuestra preocupación frente a la implementación de esta normativa. Por lo mismo, es crucial abordar las imprecisiones en las que la mencionada columna cae, al incluir a todos los productos de un solo uso dentro del mismo saco.

Recordemos que la ley no solo prohíbe el uso de plásticos para el consumo dentro de locales de expendio de comida, sino que abarca todos los materiales de un solo uso, incluso alternativas innovadoras como los vasos de algas, polímeros autocompostables, cartones y cadenas de reciclaje inteligentes a cargo de los locales. Esta medida, lejos de promover avances en el reciclaje y compostaje, parece obstaculizar los esfuerzos institucionales y tecnológicos que se vienen realizando en este sentido.

Un aspecto de vital importancia que no fue considerado en absoluto a la hora de legislar es que la obligación de usar utensilios reutilizables tendrá un gran impacto respecto del consumo de agua en Chile.

Se debe considerar que un lavavajillas eficiente consume cerca de 200 mil litros de agua mensuales y que, multiplicados por los cerca de 3 mil establecimientos gastronómicos a lo largo del país que utilizan productos de un solo uso, es innegable que contribuirá considerablemente a la crisis hídrica que enfrentamos como país.

La transición obligatoria hacia utensilios reutilizables no solo conlleva una carga financiera insostenible para las pequeñas y medianas empresas. Muchas de estas pymes enfrentan dificultades para adaptarse, incluso si se les proporcionase un subsidio para acceder a un lavavajillas, debido a los requerimientos de espacio e instalación que se requieren y a que deban elegir entre cerrar el local o dedicarse al delivery.

Es inadmisible que, en este contexto, se promulgue una ley sin una consideración exhaustiva de sus efectos colaterales. Como ACHIGA nos preocupa pensar que no existe una visión crítica y comprensiva de esta situación.

Consideramos que es esencial implementar una estrategia integral para abordar este desafío medioambiental, permitiendo que los restaurantes tengan la posibilidad de usar productos de un solo uso compostables o reciclables. No es razonable que en Chile el impacto por el uso del agua sea relevante para rechazar y objetar algunos proyectos –como el reciente paro en la construcción del proyecto de Data Center de Google en la Región Metropolitana, por uso excesivo de agua– y que, en cambio, sea simplemente obviado en otras materias, que tienen la mera apariencia de ser amigables con el medio ambiente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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