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Cuando no conversa la normativa: Economía circular, Ley REP y plásticos de un solo uso Opinión

Cuando no conversa la normativa: Economía circular, Ley REP y plásticos de un solo uso

Christian Arriagada
Por : Christian Arriagada Director Ejecutivo Integradora de Economía Circular Thinking
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Así también, está la Ley de Plásticos de un solo uso y el dolor de cabeza que presenta para las diferentes industrias.


La economía circular ya no es circular, sino que más bien se ha convertido en un polígono, donde varias empresas trabajan articuladas. En este escenario, las compañías “lineales” tienen actualmente la oportunidad de integrarse y relacionarse de manera colaborativa para desarrollar proyectos sostenibles, escalables y con impacto ambiental cuantificable. En este contexto, la recientemente promulgada ley Responsabilidad Extendida del Consumidor (REP) presenta innumerables oportunidades para las empresas, porque los residuos de unos pueden convertirse en los activos de otros. 

Al mismo tiempo, la inteligencia artificial está evolucionando a niveles históricos. Esta tecnología permite hoy recoger información sobre la experiencia del mercado en la materia y, de esa forma, agilizar y mejorar los procesos de toma de decisiones, interconectando empresas e identificando oportunidades para transformar residuos en activos para la operación de una organización y/o productos con valor agregado. Esto no sólo satisface la demanda de los consumidores de productos sostenibles, sino que también posiciona a las empresas como líderes en prácticas empresariales responsables. Todo un mundo de posibilidades que genera la sinergia entre una nueva ley como la REP y la IA.

Pero, también existe la otra cara de la moneda, que nos enfrenta a importantes desafíos y descolocan a expertos y usuarios. El problema al que nos enfrentaremos próximamente no está en la posibilidad de reciclar o reintegrar, sino que a normas contradictorias. Así, mientras la ley REP aboga por el reciclaje, al mismo tiempo otras normativas relacionadas con la fabricación de envases o reutilización de material para la construcción en obras, no permiten el uso de plásticos reciclados y/o exigen el uso de polímeros nuevos. ¿Suena contradictorio? Totalmente. El legislador queda al debe u obsoleto.

Así también, está la Ley de Plásticos de un solo uso y el dolor de cabeza que presenta para las diferentes industrias. Un ejemplo es de los restaurantes, quienes enfrentan hoy la problemática de tener que desechar productos de plástico, sin poder reemplazarlos por otros materiales, como los compostables o reciclables. Esto genera importantes impactos en el medio ambiente como, por ejemplo, en la huella hídrica, ya que la imposibilidad de reconvertir implica triplicar los lavados de utensilios en los locales. 

Como se puede observar, las normativas no están conversando entre sí y se generan importantes contradicciones que tienen directo efecto en el crecimiento de nuestro país. Al mismo tiempo, la ley que regula la inteligencia artificial se encuentra entrampada en el Congreso, mientras la IA evoluciona cada vez más rápido. Las normativas no pueden ser reactivas, deben anticiparse a los potenciales escenarios legales. La regulación de la IA es urgente, sobre todo al considerar su capacidad de resolución avanzada de problemas y adaptabilidad, lo cual la perfila como un factor de cambio para las empresas puedan considerar el ecodiseño para evaluar su posibilidad real y concreta de ser cero residuos.

¿Qué hacemos? No sólo alzar la voz, sino que también articularnos para generar los cambios necesarios para que la rigidez de la norma no eche por la borda la infinidad de oportunidades que nos brinda el ecodiseño y la implementación de iniciativas de economía circular. Hoy la sustentabilidad en los negocios no es solo una necesidad porque es “lo correcto”, también lo es porque es sinónimo de crecimiento, no solo para las empresas, sino que para el país en su conjunto.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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