«Doce años atrás Chile tenía un Ejército que no serviría para el mundo, la región y el país que tenemos hoy», señaló el general en un encuentro organizado por la Cámara Oficial de Comercio Española de Chile.
El comandante en jefe del Ejército, general Oscar Izurieta, aseguró este viernes que «Chile no tiene aspiraciones territoriales en otros países» y su política de defensa es compatible con la cooperación internacional y la disuasión.
Izurieta manifestó que el Ejército chileno vive un proceso de transformación y modernización motivado «no por el voluntarismo de la institución, sino por un cambio de las circunstancias internacionales, regionales y nacionales».
«Doce años atrás Chile tenía un Ejército que no serviría para el mundo, la región y el país que tenemos hoy», señaló el general en un encuentro organizado por la Cámara Oficial de Comercio Española de Chile.
Izurieta destacó que hoy en día «el mundo se caracteriza por la globalización, la preponderancia de sistemas democráticos, el libre mercado, el respeto a los derechos humanos, la integración económica y la colaboración en misiones de seguridad».
Como consecuencia de ello, «la transformación que está experimentando el Ejército chileno afecta no solo a su estructura, sino que también es un cambio de su doctrina y organización».
El comandante en jefe del Ejército chileno se refirió a las «nuevas amenazas» que se ciernen sobre los países, entre las que citó el terrorismo, el integrismo, el populismo, la disgregación social causada por los movimientos migratorios y los nacionalismos.
Izurieta puntualizó que la emigración y el nacionalismo no entrañan en sí mismos un peligro, pero pueden derivar en potenciales conflictos que afecten a la gobernabilidad de un país.
El jefe del Ejército chileno señaló que «a pesar de que Suramérica es un subcontinente de paz, han surgido nuevos problemas de ingobernabilidad, en algunos casos muy serios».
Al respecto, se refirió al reciente conflicto en el que se vieron involucrados Ecuador, Colombia «y en parte también Venezuela», y dijo que hasta hace poco hubiera sido impensable que en apenas 24 horas se desatara una crisis de esta gravedad.
El general sostuvo que «la política de defensa de Chile es compatible con la cooperación internacional y la disuasión y proporciona un contexto de estabilidad y cooperación».
«La misión del Ejército es garantizar la soberanía y la integridad territorial, proteger a la poblaciones y a las instituciones y constituir una importante herramienta de política exterior».
El nuevo escenario nacional e internacional ha motivado que la organización del Ejército chileno haya cambiado profundamente pasando de tener 24.000 soldados acuartelados hace diez años a 13.000 en la actualidad, a los que hay que sumar 3.400 soldados profesionales.
Respecto al proyecto legislativo que modificará el actual modelo de la asignación presupuestaria a las Fuerzas Armadas, el jefe del Ejército expresó su «confianza en que cualquiera que sea la nueva ley, garantizará un flujo de recursos estable».
EFE
