La fórmula secreta de la Comisión Nacional de Energía (CNE) para agilizar la aprobación de proyectos que pueden inyectar mega watts al Sistema Interconectado Central tiene nombre y apellido: los ingenieros comerciales Juan José Rivas y Jaime Bravo, que recorren el país reuniéndose con funcionarios de los servicios sectoriales e intendentes. Asegurando tener “carta blanca” y contar con amplias redes en La Moneda, esta dupla ha generado anticuerpos en muchas reparticiones que ven con molestia el impulso desde el centro del poder político a proyectos como Hidroaysén, la central Termoeléctrica Farellones o las recién aprobadas mini centrales de pasada en el Parque Nacional Puyehue.
Cuando Marcelo Tokman asumió como ministro de la Comisión Nacional de Energía (CNE) en marzo de 2007, el panorama energético nacional no podía ser más negro. El corte de los envíos de gas desde Argentina, la crisis mundial del sector y la limitada capacidad de autogeneración del país ponían en un serio aprieto a su cartera, que debía evitar a toda costa los temidos racionamientos eléctricos.
La presión era enorme y los proyectos nuevos y en carpeta que podían evitar ese futuro debían ver la luz de la forma más expedita posible. En medio de este dilema, los ingenieros comerciales Juan José Rivas (PPD) y Jaime Bravo (PS) asumieron un rol fundamental y estratégico: apurar las iniciativas que permitirían inyectar más mega watts al Sistema Interconectado Central (SIC).
Rivas es asesor de Tokman, y Bravo es el jefe del Área Medio Ambiente y Renovables del organismo estatal. Ambos viajan frecuentemente a lo largo del país a los sitios donde exista un proyecto energético para evaluar.
Desde las sombras
El modus operandi de los fast tracker de energía, como se les conoce en el sector, consiste en concertar encuentros con los intendentes y funcionarios de los servicios sectoriales involucrados en la revisión de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) de las iniciativas que, de ser aprobadas, se convertirán en cuentas alegres para el suministro eléctrico.
“Son asesores de gabinete, pero ellos andan recorriendo Chile apurando proyectos. Son una dupla de temer. Y en La Moneda saben que existen”, aseguran fuentes ligadas a la Conama.
El principal lobbysta de la CNE es Rivas, que antes de entrar a la cartera de Tokman, en abril de 2007, fue jefe de la división de coordinación interministerial dependiente de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres). Bravo no participa con la misma frecuencia que su colega en este tipo de encuentros, pero el ex concejal por El Tabo, también es conocido en los organismos sectoriales.
Según participantes de estas reuniones, el objetivo principal de los profesionales es evitar que se le hagan demasiadas observaciones a las propuestas que puedan provocar atrasos en la aprobación de los proyectos. Para esto explican que van con “carta blanca” de parte del Ministerio de Energía. Y Rivas “deja claramente establecido que trabajó en La Moneda, recalcando que aún mantiene sus contactos”.
“Son hiper ventilados. Por el cargo que Rivas tuvo en La Moneda durante el gobierno de Ricardo Lagos conoce el teje maneje desde dentro, por lo tanto también hace uso de las relaciones o redes que tiene. Apela a que viene con carta blanca y eso genera temor a perder la pega”, aseguran las mismas fuentes.
En el transcurso de las conversaciones preguntan cuál es la postura de los profesionales a cargo en los proyectos y son muy vehementes con la necesidad de que sean aprobados, recalcando la urgencia energética nacional.
Incluso, en algunos casos piden estudios paralelos a los desarrollados por los organismos técnicos. Lo que no cae nada bien en las reparticiones. “Tratar de favorecer la aprobación de proyectos nos parece del todo legítimo, pero sin pasar por encima de la institucionalidad ambiental o apoyando estudios que no son del todo convincentes para presionar a los intendentes”, alega un funcionario.
Proyectos como el de HidroAysén de la sociedad Endesa-Colbún, el de las mini centrales hidroeléctricas de pasada Palmar–Correntoso en el Parque Nacional Puyehue, cuyo abogado es el Presidente de Metro, Clemente Pérez, o el de la planta Termoeléctrica de Farellones de la cuprífera Codelco son algunas de las iniciativas en las que la dupla Rivas-Bravo ha operado.
“A diferencia de los demás servicios públicos, la CNE y en particular Tokman y su equipo pagan menos costos políticos que los demás servicios y ministerios, porque no tienen direcciones regionales. Por lo tanto van a hacer lobby, mueven el mercado pero los que votan son otros, entonces no queda en los registros”, señalan fuentes gubernamentales.
Yo le creo a HidroAysén
En medio de una reunión del comité de ministros en la CNE sobre biocombustibles, el gerente general de HidroAysén, Hernán Salazar, se encontraba sentado en la sala de espera. Esto llamó la atención de algunos periodistas que esperaban en el hall. Uno de ellos le preguntó qué hacía allí y Salazar le explicó que esperaba para tener una reunión. Un par de minutos después se encontró con Juan José Rivas.
Esta anécdota refleja, para funcionarios del sector, que “se llegó a un punto en que ya es súper difícil distinguir de qué lado están. Muchas veces van a conversar y la forma en que explican lo que puede o no hacer la empresa es de un detalle tan grande que pareciera que trabajan para ellos. Por eso la diferencia se ha vuelta demasiado poco sutil, lo que ha generado enormes anticuerpos en muchos servicios públicos con Tokman y su equipo”.
De hecho, el 15 de octubre pasado sacaron ronchas en una reunión en la Conama Metropolitana donde se dieron cita los servicios sectoriales para exponer sus conclusiones técnicas con respecto al EIA de HidroAysén.
Según algunos de los presentes “querían a toda costa que se levantara información paralela al gusto de ellos y que no se tomara ninguna decisión con lo que ya habíamos hecho. Insistían en interrumpir las presentaciones, e incluso ironizaban sobre la credibilidad de ellas y preguntaban cuál era el sentido de la reunión”.
Pero lo que más sorprendió a los asistentes fue que cuando los representantes del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) explicaron las diferencias que detectaron con el estudio de impacto ambiental en cuanto a la superficie de inundación que implicaría el proyecto hidroeléctrico, Rivas señaló “yo le creo a HidroAysén”.
Y al preguntarle cómo había llegado a esa conclusión, argumentó que era un proyecto emblemático y muy bueno. “Me imagino que confundieron la reunión: era técnica y ellos fueron a hacer lobby”, explica un funcionario.
El florista y el ex concejal
Quienes han trabajado con Rivas en otros ámbitos, detallan que es un discípulo de la escuela de coaching de Fernando Flores. Y que su fórmula de trabajo apunta a “ir buscando qué participación tiene cada una de las personas en el cumplimiento del objetivo deseado en un proyecto, y va concatenando los roles de esas personas de manera muy cruda hasta que logra lo que persigue”.
Es calificado como un hombre eficiente, ordenado e inteligente, que cuando debe cumplir una meta “está absolutamente centrado en ella”. Socio fundador del Grupo Sur Consultores Limitada junto al hijo del ministro de Obras Públicas Sergio Bitar, Javier Bitar Hirmas, ha realizado trabajos para entidades públicas, como el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y el Ministerio de Salud (Minsal).
Por ello, mantiene amplias redes dentro del gobierno. En tanto Jaime Bravo forma parte de la CNE desde más de una década. Oriundo de la Región de Valparaíso, donde su hermano Ricardo Bravo, también PS, es el gobernador provincial, es descrito por un cercano como muy vehemente y con un estilo de trabajo a lo “patrón de fundo”.
En las últimas elecciones vio en peligro su repostulación al cargo de concejal por El Tabo porque fue impugnado por el Servicio Electoral (Servel) por un litigio pendiente con la municipalidad. Y aunque finalmente pudo seguir en competencia, no salió reelecto.
Para el próximo año el rol de ambos profesionales en la carrera por inyectar energía al SIC podría suavizarse, ya que existe menos presión debido a que el panorama energético se ve bastante más auspicioso: el propio Tokman explicó que el país superó el período de crisis energética.
Por ello, desde el sector encargado del medioambiente en el gobierno explican que “cuando tuvimos la crisis la presión fue muy fuerte para los servicios y se aprobaron muchas cosas. Pero ahora que ha ido bajando el apremio y que los intendentes y los jefes de servicio ya conocen a estos personajes, están más parados en la hilacha para poder frenarlos”.
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