Publicidad

La tragedia que vive el abogado Guillermo Carey Claro

Publicidad

El profesional, se disponía a abandonar la cabaña donde se alojaba apenas ocurrido el terremoto. Sin embargo, la naturaleza quiso otra cosa. La fuerza del océano partió a la vivienda en dos partes, arrasando todo cuanto encontró a su paso. Y de paso a él, su mujer Florencia Moring, sus dos hijos mayores, Juanita y León, de cuatro y dos años respectivamente.


El abogado Guillermo Carey Claro nunca sospechó que una madrugada de fines de febrero sufriría una de las peores tragedias que puede llegar a vivir un padre: dos de sus cuatro hijos fueron arrastrados por el Tsunami, en la hacienda Tanume, ubicada a unos a 40 kilómetros al norte de la localidad de Pichilemu, Sexta Región, sólo minutos después del terremoto que afectó al país.

Todo ocurrió de pronto, sin previo aviso, la madrugada del 27 de febrero. El profesional disfrutaba sus últimos días de vacaciones, luego de pasar unas semanas en Los Ángeles en el fundo de su padre.

En Pichilemu buscaba descansar antes de tomar el último tramo con destino a Santiago y retomar sus labores cotidianas. Estaba junto a su mujer, Florencia Moring, sus cuatro hijos y varios amigos. El lugar era  la cabaña de su suegro ubicada a orillas de la costa. La construcción tenía más de cien años y nunca había sido azotada por ningún fenómeno natural de esta magnitud.

[cita]Carey alcanzó a tomar fuertemente a sus dos hijos mayores del primer matrimonio. En tanto, su actual mujer hizo lo propio con los de menores edad –Juanita (4) y León (2), pero el mar los arrastró a los seis.[/cita]

Ocurrido el movimiento telúrico, como era lógico y temiendo la posibilidad de un maremoto, toda la familia se disponía a abandonar el lugar lo más rápido que pudieran, tensionados con el miedo que producen hechos de este tipo. Sin embargo, la naturaleza quiso otra cosa. La braveza del océano partió la cabaña en dos partes, arrasándola junto a distintos vehículos que se encontraban en el lugar, cuatrimotos y todo cuanto encontró a su paso, sin contemplaciones. Y de paso a ellos.

Abogados del estudio Carey y Cía. -donde trabaja el afectado- comentaron a El Mostrador algunos de los detalles que conocieron del hecho. Según indicaron, Carey alcanzó a tomar fuertemente a sus dos hijos mayores del primer matrimonio. En tanto, su actual mujer hizo lo propio con los de menores edad –Juanita (4) y León (2), pero el mar los arrastró a los seis. Quedaron sumergidos, mientras eran golpeados con los objetos que -al igual que ellos- estaban a merced de las aguas que rompió en dos partes la vivienda.

Carey sobrevivió al embate, tras varios minutos de lucha. Sus dos hijos mayores también estaban a salvo. Desesperado buscó a su mujer. Ella estaba unos 200 metros mar adentro, según consignó ayer La Segunda. Pero el drama apareció, en ese instante, con toda su crudeza: sus hijos menores a partir de ese instante, pasaron a engrosar la lista de desaparecidos que hasta el cierre de esta edición, según las cifras oficiales alcanzan a 19 personas, junto a más de 700 muertos.

Carey es un abogado titulado en la Universidad Católica (UC), experto en derecho comercial y en propiedad industrial, trabajando también en el tribunal de la misma materia.

Algunos de sus colegas del estudio Carey y Cía., comentaron que ayer se encontraba buscando los cuerpos de los pequeños recorriendo la zona en helicóptero, apoyado al mismo tiempo por patrullas de la Armada.

El profesional cultiva el bajo perfil y entre otras actividades trabajó asesorando jurídicamente al gobierno en la Agenda Digital.

Este medio intentó obtener una versión del propio Carey, pero ello no fue posible. Se indicó que no haría declaraciones sobre la tragedia que le afecta.

En su oficina ayer sólo había sorpresa, dolor y varios abogados, al ser inquiridos por este medio, explicaron que ya entregaron todo el apoyo que en estas situaciones se le puede dar a un compañero de trabajo y para algunos, también su amigo.

Publicidad

Tendencias