Tras la muerte de Jonathan Valenzuela (15) se han conocido nuevos datos de la situación de la escuela donde el menor estudiaba, antes de quitarse la vida. El envío de un informe que sistematizaba la extrema crisis que vivía el Liceo Politécnico de Linares figuraba entre las carpetas del ministro Lavín desde marzo. Algo que olvidó mencionar cuando dio declaraciones a la prensa por el caso.
Las medidas que anunció la semana pasada el Ministro Joaquín Lavín para el Liceo Politécnico de Linares llegan tarde para Jonathan Valenzuela (15) – ex alumno del establecimiento que se quitó la vida tras sufrir bullying– y para el colegio en general. La directora del Liceo, Judith Carrillo, asegura que al menos desde marzo de este año se habría enviado un informe al Ministerio de Educación que daba cuenta de la crítica convivencia escolar que existía en la institución.
Con más de 1.700 alumnos y un 81% en índice de vulnerabilidad el Liceo Politécnico Ireneo Badilla ha albergado dentro y fuera de sus aulas diferentes niveles violencia. Los alumnos de cuarto medio que amenazaron con un cuchillo a Jonathan –uno de los hechos que habría impulsado su decisión–, no son los únicos protagonistas de hechos de agresividad vinculados al colegio. En el contexto de una protesta en marzo de 2011 “los alumnos dañaron bienes y se produjeron ataques hacia los estudiantes y docentes”, afirma Judith, quien lleva más de 24 años trabajando en la escuela.
Entonces las autoridades locales tomaron las medidas para llegar a un acuerdo luego de tres días de daños al colegio. Pero la situación del establecimiento era difícil hace mucho tiempo y arrastraba problemáticas más complejas. Víctor González fue Director Educacional en Linares entre el 2009-2010 y hoy está a cargo de la Dirección Educacional de Santiago Centro, él afirma que “estábamos conscientes desde entonces de los graves problemas laborales y de convivencia escolar, pero no tengo claro si luego se tomaron medidas anti bullying”.
“En 2009 el Liceo Politécnico fue visitado por el alcalde de Linares Rolando Rentería (UDI), donde varios de los alumnos le arrojaron piedras y objetos sólidos”, cuenta Víctor González. Ante este hecho la directora Judith Carrillo fue enviada a sumario y fue destituida del cargo, sin embargo apeló y fue reincorporada a sus labores. La directora ha sido alejada de su cargo en más de una oportunidad y se le ha reintegrado al establecimiento.
[cita]Según la directora del Liceo, en el informe enviado al Ministro de Educación se habrían detallado las situaciones graves del colegio y denunciado “la falta de apoyo de las autoridades locales”. Algo que el ministro Lavín obvió en sus declaraciones por el suicidio de Jonathan, cuando dijo que hacía un “llamado de atención” al equipo directivo del liceo por los casos de bullying.[/cita]
“Hubo ocasiones en que la institución quedó acéfala en dirección”, afirma Judith y agrega que desde hace unos meses les redujeron el equipo directivo de inspectoría general, “ya que el alcalde finiquitó sus contratos de trabajo, contando con muy poco personal para resguardar debidamente a nuestros alumnos”, asegura la directora. Esta información se complementa con la denuncia de los medios la semana pasada que daba cuenta de que existía sólo una inspectora y algunos paradocentes que ayudaban a controlar hechos violentos que se produjeran en una población estudiantil mayor a 1.700.
“La directora históricamente tuvo un pésimo manejo con las graves situaciones que protagonizaban los alumnos. No tenía liderazgo”, critica González, quien asegura que mientras estuvo en su cargo en Linares, se reunió con apoderados, centros de alumnos del Liceo y que se realizaron gestiones que lamentablemente no modificaron sustantivamente la crisis del establecimiento.
Al preguntarle a Víctor González si es que había alertado en la R. M. –una vez que llegó en 2010 al cargo de la zona Santiago Centro– a alguna autoridad superior de educación sobre la compleja problemática que observó en el Liceo Politécnico de Linares, dice que “no di cuenta de la situación porque yo me vine a otro cargo”. Así, según cuenta la directora del establecimiento, sólo fue a fines de marzo de este año que se envió el informe que contenía la descripción de la situación compleja que vivía el colegio.
Según Carrillo, en este informe enviado al Ministro de Educación, se habría detallado las situaciones graves del colegio y denunciado “la falta de apoyo de las autoridades locales con su labor de directora de uno de los liceos más vulnerables de Linares”. En rigor las eventuales medidas que se pudieran haber tomado no contribuyeron a evitar el suicidio de Jonathan.
El Liceo Politécnico Ireneo Badilla es una institución conocida en Linares por educar a muchos niños –al igual que Jonathan– de zonas rurales. Está ubicada más bien en una zona periférica en relación al centro de la ciudad. Para Carlos Bustos, profesor de la USACH que ha trabajado más de 15 años en escuelas vulnerables “en los colegios en esta categoría no existen equipos eficientes de trabajos que ayuden a mejorar las situaciones complejas que enfrentan los alumnos y profesores. Todo se torna más difícil cuando las familias no han recibido educación”.
“En general los alumnos que van a estos colegios apuntan altos índices de pobreza y bajo nivel de cultura”, dice el profesor y acusa que “muchos de estos colegios se han convertido en verdaderos ‘guardadores’ de alumnos, donde no existen gestiones efectivas para ayudar a los niños a aprender de manera integrada con la comunidad escolar”.
Para el experto, las relaciones que se han dado a nivel educacional en instituciones que cuentan con un alumnado mayoritariamente en riesgo social, “son meramente burocráticas” y afirma que “con la presencia de un orientador o un psicólogo que trabaje sólo con los niños o con los profesores, no se van a resolver los problemas de fondo de estas escuelas”. Para Carlos Bustos “se está tratando el problema de forma superficial al tomar sólo medidas básicas”.
Al parecer nadie se hace totalmente responsable de los conflictos de fondo que ocurren en colegios periféricos. La directora del Liceo acusa la falta de apoyo de autoridades locales, el ex director educacional de Linares critica la falta de liderazgo histórico de Judith Carrillo y sin ir más lejos, la semana pasada el Ministro de Educación, Joaquín Lavín, dijo que hacía un “llamado de atención” al equipo directivo del liceo politécnico de Linares, por los casos de bullying.
En rigor hoy en día son los directores comunales de educación y de los colegios los que se tienen que hacer cargo –y quizás está de más decir que hay una responsabilidad a nivel de Estado– del “éxito” de los establecimientos, tanto a nivel académico, de convivencia y de integración de la familia a la escuela. Víctor González afirma que una nueva disposición contempla que “los directores ya no tendrán asegurados los cinco años en el cargo y habrá convenios de desempeño anuales”.
Las medidas anunciadas por Lavín y confirmadas por el actual Director de Educación de Linares, Udelio Parra, establecieron la intervención frente a los hechos de violencia en el colegio, donde se contempla mayor cantidad de inspectores y una psicóloga. Este lunes la directora Judith Carrillo se habría reunido con autoridades educacionales en la RM para discutir sobre el caso y las disposiciones para mejorar la situación de la institución. A la hora de responder a la pregunta de quién se hace cargo de las crisis de un colegio de provincia como el Liceo Politécnico, puede haber múltiples respuestas, pero es de esperar que haya soluciones más concretas y menos traspasos de responsabilidades.