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Don Ricardo se sacude en su cripta

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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El canal que su fundador siempre quiso mantener como un “Canal 13 de los pobres”, fue conservador hasta el último día en que Claro tuvo el control. Ahora, su programación basada en formatos antiguos logra empinarse en los trending topics de twitter, aunque para recibir burlas y críticas. También aumentó la sintonía, pero a un costo para la marca que no se sabe cuánto podrá resistir.


Un hombre pide el divorcio a su mujer. Hace años perdió el pene en un accidente automovilístico y ya no puede “hacer feliz a su esposa”, dice. El hombre confiesa haber tenido una experiencia gay. Seguidamente, afirma que su intención ahora es tener una vagina.

No es el regreso a la pantalla de John Waters, director del clásico bizarro Pink Flamingos, sino parte de un capítulo cualquiera de “Caso Cerrado Adultos”. La apuesta de Mega para enfrentar el horario prime. Es el mismo canal que mientras fue propiedad de Ricardo Claro se opuso a mostrar en su pantalla la campaña pública contra el Sida, ya que promovía el uso de condón.

En marzo de este año, el grupo Bethia, que entre otros activos tiene la cadena de retail Falabella, compró el canal. Naturalmente la industria esperaba un movimiento en la programación de la estación televisiva, similar al experimentado por canal 13, cuya propiedad pertenece en 2/3 a Andrónico Luksic, que ha logrado, al cabo de dos años, ponerse en el primer lugar de sintonía.

Pero Mega, la estación que con una jugada sorpresiva de su difunto dueño logró abortar por años la aspiración presidencial de Sebastián Piñera; donde las prédicas de Guerra Fría del sacerdote Raúl Hasbún convivían con ese show de regimiento llamado Morandé con Compañía, al mismo tiempo que una nota de 8 minutos en las noticias sobre las bondades de un Completo, lo único que ha hecho hasta el momento es perder el pudor.

Ahora, el comentario religioso de Hasbún salió de pantalla. El mediodía está a cargo de “Laura”, uno de los talk show más desprestigiados del formato. Su conductora, Laura Bozzo, admitió en una entrevista que unos mil invitados mintieron al aire, desde que fuera el programa más visto de la televisión peruana en los ‘90. El talk show fue un aliado mediático del fujimorismo y cuando Bozzo fue llevada a un tribunal por supuestamente haber recibido dinero de Vladimiro Montesinos, confesó estar “enamorada” de él.

La teleserie outlet

Si alguien pensaba que el criterio menos conservador de los nuevos dueños, provenientes de la industria del retail, abriría la pantalla, al menos, hacia los formatos televisivos de última moda, se equivocó.

Los programas que hoy muestra Mega en el prime y al mediodía, fueron comprados antes del cambio en la propiedad y no se mostraban, porque “la administración anterior no lo permitía”, según han declarado fuentes de la estación a la prensa. O sea, inversión cero. Atrevimiento en la producción, menos.

[cita]El mediodía está a cargo de “Laura”, uno de los talk show más desprestigiados del formato. Su conductora, Laura Bozzo, admitió en una entrevista que unos mil invitados mintieron al aire, desde que fuera el programa más visto de la televisión peruana en los ‘90. El talk show fue un aliado mediático del fujimorismo y cuando Bozzo fue llevada a un tribunal por supuestamente haber recibido dinero de Vladimiro Montesinos, confesó estar “enamorada” de él.[/cita]

La gran apuesta de Mega para este semestre podría aún haber ganado por novedad, sin embargo no fue así. Su primera teleserie nocturna, “Maldita”, basada en la historia criminal de María del Pilar Pérez, tampoco está hecha por el canal. Es una producción de Efe3, la productora del actor Cristián de la Fuente y Rodrigo Flores.

Puede ser por el “bajísimo presupuesto”, según reconoció Willy Semler, uno de sus actores, o por la inexperiencia del canal en el área dramática que “Maldita” recuerda en cada escena las dramatizaciones de “Pasiones”, el exitoso espacio vespertino que juntaba parejas y que era conducido por Martín Cárcamo en TVN.

Y cuando las secuencias son protagonizadas por actores jóvenes, la rusticidad de las actuaciones evoca los capítulos de “BKN”, la serie infantil de Mega en la mañana.

En rigor, el canal ha subido su rating. Antes de Caso Cerrado Adultos en ese horario marcaba 7,8 puntos de sintonía y ahora llega a 14,5 puntos. Aunque el programa de Ana María Polo entrega sólo 8 puntos a la teleserie, que esta semana ha empezado cada vez más tarde de su horario anunciado de las 23:00. “Laura” también partió liderando en su horario de 12 a 13 horas, con 6 puntos.

Esto en la semana de la partida. Porque el morbo de la novedad duró poco y todas estas cifras han ido bajando en esta semana. “Caso Cerrado Adultos” ya va en 11.8 puntos promedio. “Maldita” partió en 11 y ayer promedió 8. “Laura”, en tanto, va en 4 puntos promedio.

El rating de los pobres

La “apertura editorial” de Mega no ha significado en ningún caso un aumento en el valor de la marca. El rating ha mejorado, pero en los estratos C3 y D, los de menores ingresos y los menos cotizados por los avisadores. Por el contrario, en los segmentos ABC1 y C2 el rating en algunos casos marca cero.

En este sentido, en cuanto al perfil del televidente, la situación de Mega no es muy distinta a lo que ocurría cuando Ricardo Claro decía que quería “un canal 13 de los pobres”. Con la diferencia de que su programa más “serio”, como En Pauta, ahora pasa inadvertido en medio de dos productos en horario nocturno, de calidad muy discutible. Tanto el show de la Doctora Polo, como “Maldita”, logran situarse dentro de los trending topics en el Twitter local. Aunque la mayoría son burlas o juicios desfavorables.

Un crítico de televisión ya advirtió que “Maldita postula a convertirse en la peor teleserie local”, que además se grabó en medio de la molestia de la familia involucrada en los hechos reales. “Cristián de la Fuente fue al mismo colegio que mi hermano, primos y yo. Y ni siquiera por eso tuvo la decencia de acercarse a nosotros antes de comenzar esta empresa”, escribió en un blog Rocío Zamorano, hija de Francisco Zamorano, uno de los asesinados por su madre, Pilar Pérez.

Aunque la producción ejecutiva del canal ha insistido en que se trata de ficción y que los personajes tienen giros distintos, las similitudes con el caso de “La Quintrala” son evidentes. Los crímenes aún están frescos para las familias y es muy probable que si el fundador del canal estuviera vivo la serie no habría sido aprobada.

Con todo, la nueva administración, encabezada por Carlos Heller, hijo de Liliana Solari (una de las dueñas de Falabella) y accionista del club Universidad de Chile, ha puesto su confianza en el ejercicio de adaptar historias recientes. El canal ya trabaja en la producción de una serie basada en la vida de “la geisha”, Anita Alvarado, que incluiría locaciones en Japón.

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