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Mariana Aylwin califica de «despotismo ilustrado» agenda de reformas de Bachelet y dice que durante la Concertación sí hubo cambios estructurales Ex ministra DC arremete otra vez contra agenda de reformas del gobierno

Mariana Aylwin califica de «despotismo ilustrado» agenda de reformas de Bachelet y dice que durante la Concertación sí hubo cambios estructurales

«¿Puede haber un cambio estructural mayor que pasar de la dictadura a la democracia? ¿O pasar de una educación para una élite a una educación masiva? El pueblo chileno, después de los traumas de dos décadas de divisiones y violencia, eligió mayoritariamente el camino de las transformaciones graduales y respetando la institucionalidad democrática», manifestó la ex ministra de Educación.


La ex ministra de Educación Mariana Aylwin volvió a cuestionar las reformas que impulsa el gobierno de la Nueva Mayoría, esta vez no por el fondo de las mismas, sino por la «estridencia» con que se pretenden implementar por medio de una especie de «despotismo ilustrado» que, a su juicio, pretende imponer la idea de que los cambios están partiendo desde cero.

«El programa de la Nueva Mayoría comprometió ‘cambios estructurales’, no cualquier cambio. Ello significa establecer nuevas reglas del juego que, en esta etapa, abordarán lo tributario, la educación y la Constitución. La promesa es que, con ellas, Chile transitará desde el sistema ‘neoliberal’ basado en el consumo hacia una sociedad de derechos, logrando así derrotar la desigualdad», sostuvo en una columna de opinión publicada este lunes en El Mercurio.

Sin embargo, planteó que durante los gobiernos de la Concertación sí hubo cambios estructurales, que se materializaron gradualmente a través de políticas de acuerdos que, a su juicio, son las que se requieren para que Chile efectivamente avance.

«Nuestra historia nos enseña que los cambios estructurales pueden implementarse de distinta manera. Los impulsados entre 1964 y 1973 respondieron a un país y a un mundo muy diferentes, con niveles de pobreza y desigualdad extremos, expresados en analfabetismo y mortalidad infantil, marginación de grandes sectores de la sociedad, dependencia extranjera, Guerra Fría. Durante el gobierno de Frei las reformas fueron profundamente estudiadas, pero aprobadas por una mayoría circunstancial que no logró acuerdos más allá del partido gobernante. Por su parte, las reformas de la Unidad Popular fueron impulsadas por un gobierno de minoría, que tampoco logró construir acuerdos y terminó sobrepasado por una política de hechos consumados de los grupos más extremos. Por último, las transformaciones estructurales de la dictadura fueron impuestas y sin un diálogo democrático, lo cual dos décadas después sigue pasando la cuenta de legitimidad ciudadana», sostuvo.

La también ex diputada demócrata cristiana agregó que «en la mentalidad que se ha impuesto en el discurso público, pareciera que desde entonces no hubo más ‘cambios estructurales’. Lo cierto es que se trata de una falacia. ¿Puede haber un cambio estructural mayor que pasar de la dictadura a la democracia? ¿O pasar de una educación para una élite a una educación masiva? El pueblo chileno, después de los traumas de dos décadas de divisiones y violencia, eligió mayoritariamente el camino de las transformaciones graduales y respetando la institucionalidad democrática. Chile fue capaz, desde entonces, de construir una sociedad de derechos individuales y sociales como no habíamos conocido antes. Ni el sistema de salud, ni el de educación, ni la Constitución, ni el sistema de justicia, ni el Código Civil, ni el rol del Estado son los mismos de hace 20 años. Todos estos cambios han transformado a la sociedad chilena como nunca antes».

Y remató: «La historia del Chile contemporáneo nos muestra que se logra avanzar más cuando los cambios estructurales se implementan sin tanta estridencia pero con gradualidad y acuerdos. Siempre se requieren nuevos cambios, las reformas de hoy son necesarias. Pero hay una suerte de despotismo ilustrado en querer reescribir las reglas del juego en una hoja en blanco. Los pueblos tienen historia, costumbres, valores, realidades que no son llegar y cambiar a la pinta del gobierno de turno. Si no, mire para atrás».

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