El nuevo miembro del Consejo de Superintendencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR) encabezó el Santander en la época en que éste promovió el cuestionado «alivio hipotecario» que afectó a miles de clientes y que derivó en una demanda colectiva que obligó al banco a alcanzar un acuerdo con la organización de defensa de usuarios Conadecus.
El e xpresidente del Banco Santander en Chile y ahora director externo del grupo en el país, Mauricio Larraín, de 64 años, es el nuevo miembro del Consejo de Superintendencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el banco vaticano.
Además de Larraín, también se nombró a otro de los consejeros a Carlo Salvatori, presidente de la aseguradora Allianz Italia, y se completa así el cuadro directivo de la entidad vaticana presidida por el empresario francés Jean-Baptiste de Franssu, informó la oficina de prensa del Vaticano en una nota.
Estos nombramientos se enmarcan en la operación de transparencia del banco impulsada por el papa Francisco, tras los escándalos financieros en los que se ha visto envuelto en los últimos años.
De este consejo también formaban parte ya el alemán Clemens Boersig, la estadounidense Mary Ann Glendon y el británico Michael Hintze.
Mauricio Larraín fue el presidente de Santander Chile Holding S.A. y de Universia Chile S.A. de 2000 hasta abril de 2014 y actualmente es director externo del grupo en Chile y director general de la Escuela Empresarial ESE de la Universidad de Los Andes.
Según la biografía difundida por el Vaticano, durante este período el Grupo Banco Santander en Chile fue elegido como la mejor entidad bancaria en América Latina en seis años distintos por la revista América Economía.
Pero también, como lo destacó en su momento El Mostrador, estuvo al frente del Banco Santander cuando éste promovió el denominado «alivio hipotecario», una suerte de oferta que permitía a sus clientes pagar sus créditos hipotecarios a un menor costo durante tres o cuatro años. Pero una vez transcurrido el plazo, en vez de volver a pagar las cuotas por el monto originalmente pactado, a las personas se les cobraba de una sola vez el denominado «cuotón», que no era otra cosa que la suma del dinero que se les había descontado en todo ese tiempo, por lo que la supuesta ayuda se transformaba finalmente en una pesada carga. Los afectados fueron más de seis mil clientes y el banco fue objeto de una demanda colectiva a través de Conadecus, que se zanjó luego de varias negociaciones con un acuerdo entre la entidad y la organización de defensa de los consumidores.
Antes de entrar a formar parte del Santander, Mauricio Larraín fue «especialista sénior» en finanzas en el Banco Mundial en Washington D.C., director de deuda externa en el Banco Central de Chile y comisario bancario adjunto de la Superintendencia bancaria de Chile.
En la nota del Vaticano, el presidente de la Comisión cardenalicia de vigilancia del IOR, el cardenal español Santos Abril y Castelló, aseguró que «El IOR está encantado de trabajar con estos dos miembros del consejo, que aportarán al Instituto una importante experiencia en el campo financiero y una óptica global en un momento en el que el Ior refuerza y logra los objetivos indicados por el Santo Padre».
