Pidieron al rector de la PUC «un debate maduro»
Rodrigo Peñailillo y José Antonio Gómez salieron a responder a los cuestionamientos que hizo la autoridad universitaria en representación de la red de salud ligada al plantel. Aclararon que la interrupción del embarazo sólo se permitiría en tres casos y que los médicos con objeción de conciencia tendrían la «obligación» de derivar a las pacientes a otro recinto.
El ministro de Justicia José Antonio Gómez, que por estos días ejerce de vocero subrogante de Gobierno, se refirió a las palabras del rector de la Universidad Católica, quien durante el fin de semana declaró que en los establecimientos de la red de salud de dicha universidad no se realizarán abortos, aunque el proyecto de ley que patrocina el Ejecutivo plantee legalizarlo sólo en tres causales: riesgo de vida para la madre, inviabilidad fetal o violación.
«Vamos a tener un debate maduro, lo que ha señalado el rector de la UC es su opinión, pero que la ley es igual para todos, es decir, cuando en Chile sale una ley, es obligatoria para todos», dijo Gómez. El ministro explicó que «la ley establece la posibilidad de que el médico por razones de conciencia decida no realizar una interrupción del embarazo. Pero cuál es la obligación del médico y de cualquier institución: derivar a esa persona a otro lugar, porque de acuerdo a ella –si es que se aprueba– la posibilidad de realizar interrupción del embarazo va a ser obligatoria para todos», explicó.
Gómez aclaró que «el proyecto que ha presentado la Presidenta Michelle Bachelet es bien claro y preciso: tiene tres causales, que son inviabilidad del feto, peligro de vida de la madre y violación. Son tres casos muy concretos y claros, que si usted mira las encuestas, en el caso de violación hay un alto porcentaje que aprueba la posibilidad de interrupción del embarazo».
Respecto de las diferencias que ha generado este proyecto en los partidos de la Nueva Mayoría, Gómez enfatizó que «no vemos ningún quiebre ni ninguna situación que pueda enfrentar a la Nueva Mayoría en un proyecto tan importante, que no tiene que ver sólo con el Gobierno en particular, tiene que ver con poner en vigencia un derecho tan importante que sólo lo pueden ejercer y deben ejercer las mujeres cuando son objeto de situaciones tan graves», concluyó.
Más temprano el vicepresidente de la República, Rodrigo Peñailillo, expresó que «no porque estemos en febrero tenemos que hacer declaraciones destempladas. Creo que la invitación de la Presidenta Bachelet es que tengamos un diálogo maduro, respetuoso, tolerante, que esto sea un debate a la altura de lo que el país pide, y ese debe ser el centro de la discusión».
Peñailillo puso la calma, precisando que la iniciativa que se discutirá en marzo no busca legalizar el aborto libre sino sólo en tres causales «muy acotadas, en tres situaciones muy complejas, difíciles, dolorosas, y el cual está explícitamente plasmado en el programa de gobierno».
En ese sentido, al igual que Gómez, pidió un debate «respetuoso, tolerante, donde hay distintas opiniones, y eso lo considera a la hora de enviar el proyecto y de iniciar el debate en el Congreso».
