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El controvertido estilo del ex director de La Nación que suena como nuevo jefe de la Secom

El controvertido estilo del ex director de La Nación que suena como nuevo jefe de la Secom

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Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Algunos trascendidos lo ubican reemplazando a Paula Walker en La Moneda, pero él lo niega categóricamente, igual que las críticas por su gestión en el diario que, según ex trabajadores de ese medio, estuvo más cerca del proselitismo y logró la destrucción de los productos estrella y la credibilidad del periódico.


El 14 de diciembre de 2009, al día siguiente de que Sebastián Piñera ganara la primera vuelta de la elección presidencial, el diario La Nación que dirigía el periodista y militante del PS Marcelo Castillo titulaba: «Frei invitó a crear una gran mayoría progresista», y tenía un epígrafe perturbador, considerando lo que había ocurrido en las urnas: «Votos de candidatura de centro izquierda superan el 55%», decía el diario, sumando al 29,6% de Frei todos los votos de Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate.

Marcelo Castillo, director del diario hasta el 11 de marzo de 2010, justificó esta decisión editorial de la siguiente manera:  «Esa elección que en el fondo se define por uno o dos por ciento más o menos para cada lado, es difícil decir que era fácil apuntarle al resultado. Si es por eso, El Mercurio, La Tercera y todos esos diarios estuvieron 20 años absolutamente al margen de la realidad, porque se equivocaron siempre… Puede que nos hayamos equivocado en nuestra percepción de que Frei podía ganar en segunda vuelta, pero dentro del margen de votación muy estrecho, que antes se daba exactamente al revés», señaló en la entrevista para la tesis de los alumnos Victor Guillou y Karin Unduurraga de la Universidad Católica de Valparaíso.

La ex presidenta del Sindicato de La Nación, Nancy Arancibia, recuerda la visión de Castillo –que hoy suena como uno de los candidatos para reemplazar a Paula Walker en la Secom– sobre el pluralismo. «Él creía que si los diarios tenían una perspectiva, él tenía que tener otra perspectiva. Al interior del diario, por ejemplo, hubo discusiones fuertes respecto del Transantiago, cuando era editor general y en las calles había una gran conmoción, pero él quería poner sólo un breve», cuenta.

Arancibia afirma que «puedo dar cuenta de cómo destruyó a La Nación Domingo, un espacio de investigación que había ganado credibilidad y  que se había construido a través del tiempo, pero  se destruyó a punta de discriminación y acoso laboral contra los periodistas», recuerda ella, apuntando a que en esa época el diario enfrentó la primera demanda en su historia por acoso laboral.

Otros periodistas recuerdan que hizo la división explícita en las reuniones de pauta entre quienes eran o no proclives a la Concertación; agregan que, también, como existía un sindicato fuerte, en ocasiones «había una periodista que hacía temas de medio ambiente, pero como muchas veces implicaba problemas para el Gobierno, tenía a otra persona que escribía una nueva nota y le pagaba aparte».

En este contexto, Nancy Arancibia recuerda que una periodista fue despedida por hablar en su contra en la esfera privada. “En términos de derechos laborales, Castillo fue un transgresor. Al final nosotros no resolvíamos nada con él sino directamente con recursos humanos”, afirma.

Otro redactor recuerda cómo editaba los artículos, quitando la palabra «Gobierno» donde podía ser complicada, al punto que muchas veces hacía que los textos se vieran ridículos.

«Me parece que él era muy condescendiente con La Moneda, sin que se lo pidieran, y agudizó una situación de conflicto que venía hace rato respecto del rol del diario. A muchos colegas les tocó escuchar sus llamados a última hora a la imprenta para bajar temas que no le parecían porque podían representar un problema para el Gobierno y ponían páginas de autoapoyo», afirma un ex periodista de La Nación Domingo y coincide en que esta forma de operar fue «degradando rápidamente el ambiente laboral. Era muy discriminador con quienes tenían posiciones críticas. Les pasó también a quienes cubrían los temas de Derechos Humanos, que eran asuntos súper sensibles, pero que podían pisar algún callo. A ellos los relegó a una posición secundaria», agrega.

Marcelo Castillo lo desmiente todo, partiendo por la posibilidad de integrarse a la Secom. “Lo desmiento categóricamente, a mi nadie me ha planteado absolutamente nada y lo creo improbable porque yo soy un socialista de izquierda, que creo en los principios históricos del Partido Socialista y no es eso lo que predomina hoy día». No está ni con Camilo Escalona ni con Isabel Allende. «Yo apoyo a la lista Socialistas por una Asamblea Constituyente. Somos militantes de base, el más importante es el alcalde de Independencia Gonzalo Durán, queremos crear una nueva institucionlidad en Chile y no creo que me vayan a considerar en esa lógica. Obviamente estoy a disposición de la Presidenta como cualquier militante de la Nueva Mayoría”.

Sobre su gestión al mando del diario, también desestima las críticas. “Los únicos que pudieron sentirse molestos era la derecha. Piñera, que prometió cerrar el diario. Todos tienen derecho a tener su posición político-ideológica, a defender los intereses de clase que quieran. Es parte del debate democrático», asegura.

Castillo dice que el diario subió sus índices mientras él fue director. “He escrito trabajos académicos demostrando el éxito de La Nacion mientras yo fui director. Cómo aumentó el nivel de lectoría del diario, los proyectos que se desarrollaron y el aumento gigantesco de visitantes a nuestro sitio web. Opino exactamente lo contrario: los mejores niveles de venta de La Nación Domingo se registraron mientras yo fui director”, asegura y dice que los cuestionamientos sólo tienen que ver con la fricción permanente entre las fuerzas de derecha y de izquierda. “Creo que son críticas funcionales a la derecha, no las veo como otra cosa. Había mucha gente de derecha en la redación, yo lo entiendo. Era un medio absolutamente pluralista. La prueba es que mi reemplazante designado por Piñera era el que yo había llevado”, asegura.

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