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Burgos en su primer discurso a los empresarios: «Esta crisis es muy dolorosa porque es una crisis de las elites» Rodrigo Valdés dijo que la desaceleración económica es mayor de lo esperado

Burgos en su primer discurso a los empresarios: «Esta crisis es muy dolorosa porque es una crisis de las elites»

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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En su debut oficial en Icare, dijo que la crisis deriva del financiamiento a la política y del comportamiento empresarial, y junto al nuevo ministro de Hacienda mandaron el mensaje de que las reformas se hacen, que una nueva Constitución es necesaria, pero no sin escucharlos.


Los dos nuevos ministros que Michelle Bachelet nombró para salvar su segundo Gobierno hicieron su debut oficial en Icare desde que asumieron sus respectivas carteras.

La presentación más esperada por el empresariado era la del ministro del Interior Jorge Burgos. Y sus palabras no defraudaron.

Descartó tajantemente que el país viva una crisis institucional, lo que estamos viviendo, dijo, es una crisis de las elites, que deriva del financiamiento a la política y el comportamiento de los empresarios. «El país vive una crisis grave en ciertos aspectos. Es dolorosa porque es una crisis de las elites, que son esenciales para el desarrollo del país».

Dijo que no hay que magnificar o subestimar las dificultades, «porque te llevan a malas decisiones, pero el país no vive crisis integral como algunos dicen. Es una crisis parcial y no es una crisis de buenos versus malos».

Agregó que estamos pagando el precio por habernos rehusado a regular el financiamiento de la política y aceptar que se maneje por mecanismos de un «mercado salvaje».

Como ejemplo de que la economía no vive una crisis, puso el hecho de que «hay turbulencias, pero no crisis económica».

Afirmó que las instituciones están funcionando bien y los fiscales, «les guste o no, están haciendo su pega» y el Poder Judicial también. «No hay Petrobras en nuestro país», refiriéndose al millonario caso de corrupción de la petrolera brasileña.

Señaló que lo que ha revelado la actual crisis es que hay un rechazo transversal a la corrupción y dijo con claridad que «acá no puede haber arreglín», al tiempo que añadió que hay ahora una oportunidad, «si reaccionamos bien, a avanzar hacia una sociedad más limpia y transparente».

«La vida de los ciudadanos ha cambiado mucho más rápido que nuestra política», afirmó el ministro.

A los empresarios también les dejó claro que no se renuncia a las reformas prometidas, pero sí las van a mirar con realismo y acotar los impactos donde se vean problemas.

Y en ese contexto dejó claro que es necesario una nueva Constitución, ya que «la que nos rige es un problema para Chile».

«Se ha instalado una real insatisfacción con la Carta Fundamental, independientemente de si ha mostrado logros. No podemos darnos el lujo de vivir bajo una Constitución que no tiene legitimidad».

Pero les aseguró a los presentes que el proceso constitucional será hecho con prudencia. «Tengo certeza que el pueblo, llamado a deliberar, defenderá los logros de los últimos 25 años», y en eso incluyó el derecho a la propiedad privada y las libertades individuales.

Para el ministro del Interior la nueva Carta Magna debe surgir de un acuerdo político amplio en el Congreso, pero uno nuevo, no el actual

Las palabras de Valdés 

En la misma línea se manifestó el ministro de Hacienda en su presentación.

Señaló que hay que estar orgullosos de los logros y cuidarlos, pero destacó que las sociedades «para ser desarrolladas necesitan más y mayor equidad, mayor estado de convivencia».

Dijo no estar de acuerdo con los que dicen que para crecer hay que olvidarse de las reformas. «Hay que ser prudente, dialogar», pero las reformas se hacen. Dijo que plantear cambios radicales a la Reforma Tributaria a estas alturas es poco serio. Pero sí se compromete a que el proceso de implementación sea impecable.

Apuntó que efectivamente hay una crisis de confianza y que eso viene desde 2008.

«Tenemos grandes desafíos de confianza, pero no pueden dejar de lado el crecimiento y darlo por hecho», señaló.

Aseguró que el crecimiento no está garantizado. «Sin crecimiento no se puede tener una economía equitativa», precisó.

Valdés dijo que el crecimiento no incumbe solo a los empresarios, «nos incumbe a todos, ya que crecimiento y mayor equidad van de la mano. Son complementarios. Los países equitativos crecen mas».

Admitió que la economía se ha desacelerado de una manera más intensa y persistente que lo esperado. Pero tuvo palabras duras para los que culpan solo a las reformas: «Negar otras causas también es un problema. Tenemos debilidades estructurales, como innovación, calidad humana, productividad y energía. Abordar esos desafíos es prioritario».

Señaló que los distintos escándalos del mundo empresarial y político han mermado la confianza. «Es imposible concluir que problemas políticos no han impactado en la economía. La discusión de reformas ha generado grados de ansiedad y afectado la confianza», pero afirmó que son costos de corto plazo que vale la pena pagar.

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