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Fernández de entrada jubila el populismo penal de Burgos: «No todo se arregla reformando leyes. Es necesario preocuparse de la educación» El ministro visitó la iglesia de la Gratitud Nacional, saqueada por manifestantes

Fernández de entrada jubila el populismo penal de Burgos: «No todo se arregla reformando leyes. Es necesario preocuparse de la educación»

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Marcando una clara diferencia con su antecesor, el titular de Interior, en su segundo día en el cargo, afirmó que «no puede ser que actos vandálicos restrinjan la libertad de los chilenos» y que el desafío «no es represor sino educativo».


El ministro del Interior Mario Fernández, en su segundo día en el puesto, llegó hasta el templo de la Gratitud Nacional donde se produjeron serios desmanes expresados en el saqueo de algunas especies desde el edificio y especialmente el destrozo de una imagen de Cristo crucificado, que fue sacada del lugar.

El ministro partió por rechazar los destrozos. «Independientemente que se trate de una sede de un culto religioso, en este caso de la Iglesia Católica, lo que se ha visto en las imágenes y lo que acabamos de ver ahí es un síntoma muy preocupante de lo que algunos jóvenes al parecer están llegando a realizar en nuestro país. Por lo tanto, expresar primero la solidaridad del Gobierno en este caso para los dueños de casa, el párroco de la iglesia y Monseñor Ramos, Obispo Auxiliar de Santiago», aseguró.

Respecto de identificar a los responsables, Fernández aseguró que «el general Vidal me acaba de expresar que están en curso las investigaciones para dar con los responsables de este delito. Entiendo que hay algunos hallazgos preliminares y están bien encaminadas las investigaciones», adelantó.

El titular de Interior, asimismo, fijó su posición en torno a la habitual controversia entre el derecho a manifestarse y la seguridad ciudadana. «A pesar de la gravedad de la situación, yo haría la distinción que siempre hay que hacer en estos casos. Entre el derecho a manifestarse y a expresar en paz las ideas, las opiniones, y hacer uso de la libertad de expresión. Distinguir eso de actos vandálicos, que nada tienen que ver con la expresión de opiniones en nuestra democracia. Diferenciemos inmediatamente una cosa de la otra. Porque no puede ser posible tampoco que este tipo de actos vandálicos restrinjan la libertad de los chilenos», enfatizó.

En relación con nuevas autorizaciones para marchar por la Alameda, el ministro afirmó que «el tema de las autorizaciones es que siempre son examinadas en su mérito. Por lo tanto, no es posible opinar en general respecto de autorizar o no, manifestaciones en determinados lugares, lo importante es que debemos perseverar como gobierno en ir examinando bien la evolución que tienen las marchas para ir detectando aquellas desviaciones de una sana marcha que terminan en vandalismo. Eso hay que examinarlo con claridad. Pero tampoco puede ser causa de una restricción al derecho que tienen todos a expresarse», aclaró.

Fernández se preocupó de delimitar claramente su rol, teniendo claro su perfil como católico practicante. «Yo soy ministro del Gobierno de Chile que es un Gobierno laico que respeta todas las expresiones religiosas. Esto no es asunto de ser o no católico. Obviamente como católicos todos tenemos una opinión. Pero no estoy hablando como católico, estoy hablando como ministro del Interior de Chile y, por lo tanto, independientemente de eso, en esto debemos trabajar todos los chilenos impidiendo que en nuestra juventud se vayan extendiendo este tipo de conductas. Esto no puede ser sano en una sociedad. Ahí está el desafío nuestro. No es un desafío represor, es un desafío educativo. Y obviamente, tratándose de delitos, la justicia tiene que actuar», recalcó.

Mario Fernández es abogado, igual que su antecesor Jorge Burgos, y en entre su nutrida experiencia política ha sido profesor de Derecho. Desde este rincón marcó una diferencia con Burgos, cuando le preguntaron por la aplicación de nuevas herramientas para fortalecer las atribuciones de la policía, en la línea del polémico control de identidad preventivo. «Ha habido permanentes discusiones para perfeccionar nuestro orden jurídico. Pero debemos pensar con tranquilidad que es imposible pensar que todo lo arreglan las leyes, reformando leyes. Creo que es muy necesario que nos preocupemos de nuestra educación, de los estímulos que reciben nuestros jóvenes para proceder violentamente», concluyó.

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