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Boric critica la carencia de “convicción”  del Ejecutivo por gratuidad universal y dice que “el gobierno prefirió no incomodar a los que ven un negocio en la educación” Asegura que última iniciativa es un “perfeccionamiento del modelo de mercado”

Boric critica la carencia de “convicción” del Ejecutivo por gratuidad universal y dice que “el gobierno prefirió no incomodar a los que ven un negocio en la educación”

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“Hay un comportamiento muy errático en el gobierno, porque no tenían unidad política. Lo que significó la candidatura de Bachelet es que era la única persona que podía llevarlos al gobierno de vuelta. La unidad fue en torno a una perspectiva de volver al poder, más que en torno a la convicción de un programa transformador”, señala el diputado por Magallanes.


El diputado independiente por Magallanes, Gabriel Boric, criticó el comportamiento “errático” del gobierno en el tema de la gratuidad universal, afirmando que el Ejecutivo optó por “no incomodar a los que ven un negocio en la educación”.

Respecto a los dichos del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en torno a que los recursos son limitados y colocando en tela de juicio la gratuidad universal en educación, el legislador explica que se puede avanzar en esa línea, porque “hoy los recursos existen, el problema es dónde están. Nosotros partimos nuestra propuesta desde el momento en que se presentó la reforma tributaria, en donde no se tocó el IVA ni la gran minería chilena y se terminó dependiendo de un modelo de desarrollo basado en picar cerros. Ahí no hay una voluntad de cambio del gobierno. Nosotros creemos que esos recursos están, pero requieren de transformaciones más profundas en esos ámbitos. Incluso con los recursos que hay hoy creemos que podría haber una mayor decisión del gobierno. Partieron diciendo que la gratuidad universal se concretaría de aquí a seis años, y hoy están hablando de cerca de 30. Esa es una irresponsabilidad del gobierno de no hacerse cargo de lo que ellos mismos comprometen”.

Boric estima que la pregunta de fondo en el tema de la educación gratuita es quién la financia y este debe ser el Estado y que para allegar recursos “debe haber un costo de los más ricos. Nosotros creíamos que eso se hacía mediante una reforma tributaria más incisiva. Estoy abierto a discutir la gradualidad en función de la realidad, pero el gobierno no tiene convicción respecto de las virtudes de la gratuidad universal”.

“¿Por qué habría que pagarles la educación a los chicos del Grange, por ejemplo? Es evidente que una matrícula como la del Grange no puede ser financiada por el Estado, pero el hecho de que exista la posibilidad de que estudiantes puedan segregarse del resto de la sociedad y estudiar aparte de la realidad del país, termina generando una fisura social que reventará en un determinado tiempo. No se trata de igualar hacia abajo, sin embargo, incluso la discusión sobre la gradualidad está fuera de foco en el gobierno”, explica.

En cuanto a lo que replican quienes se oponen, en el sentido que los recursos son escasos y hay que priorizar los temas que más necesita, el diputado sostiene que siempre hay un costo alternativo del uso de los recursos, pero el “el hecho de que la educación tenga el potencial de ser un aglutinador social me parece que es una de las principales prioridades que debe asumir el país, porque finalmente de ahí derivan los problemas que tenemos en Chile”.

Y explica que eso no significa que no se deba gastar en salud o mejorar el sistema de pensiones, afirmando que desde ese punto de vista “las prioridades están mal puestas, porque tampoco se está haciendo una reforma sustantiva en salud, más allá de la infraestructura, o se esté pensando en cambiar el sistema de pensiones”.

“La pregunta es dónde están yendo las lucas. Las lucas están en una administración de un modelo que está mal endémicamente. Generalmente, los presupuestos son de arrastre, de una administración a otra, y no hay mucha voluntad de cambiarlo, porque eso genera costos. El gran empresariado genera presiones a través de canales que no son visibles ni democráticos para la mayoría de la sociedad. La discusión sobre el modelo de desarrollo es necesaria para poder solventar los problemas de recursos que tenemos ahora”, precisa.

Boric también rechaza estar dispuesto discutir una gratuidad de aquí al 2030, porque eso sería “patear la pelota al córner y sacarla de la cancha. Estamos dispuestos a conversar la gradualidad, pero sin poner en cuestión el espíritu de la reforma. Desde el mundo social es claro: gratuidad universal”.

“El gobierno prefirió no incomodar al mundo empresarial y a los que ven un negocio en la educación. Nosotros no vamos a caer en eso. Desgraciadamente, el gobierno al final empuja una reforma que no cumple con las expectativas de quienes venimos dando esta lucha desde hace más de 10 años. En ese sentido, no podemos apoyar cualquier cosa. No porque una reforma se llame reforma va a ser necesariamente buena. Tenemos que discutir la dirección de la misma. Y la que se presentó constituye un perfeccionamiento de un modelo de mercado, más que un cambio en la estructura de este sistema para consagrar el derecho a la educación”, añade.

Ante el rechazo social al movimiento estudiantil en la encuesta Adimark, el diputado explicó que el respaldo sigue siendo sustantivo y que los procesos sociales no hay que observarlos en una fotografía estática, sino que en panorámica y “el movimiento estudiantil también tiene que cuestionarse permanentemente respecto de si sus formas de movilización se condicen con los objetivos políticos declarados que tiene el movimiento estudiantil. En los últimos meses, el movimiento ha hecho esfuerzos por desmarcarse de la violencia. Pero sigue habiendo un apoyo sustantivo al movimiento estudiantil”.

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