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Narcorredes y clientelismo: el problema pendiente que tiene el PS y que Elizalde escondió bajo la alfombra PAÍS

Narcorredes y clientelismo: el problema pendiente que tiene el PS y que Elizalde escondió bajo la alfombra

Si bien la estrategia de La Moneda fue fustigada por toda la oposición e, incluso, en el seno de la propia derecha, lo cierto es que nada de esto habría sucedido si no fuera por culpa del propio Partido Socialista y su mal manejo del escándalo en la comuna de San Ramón ante las denuncias –primero el 2017 y luego el primer semestre de este año– de clientelismo y narcorredes. Al respecto, el analista Axel Callís precisó que «la responsabilidad de lo sucedido esta semana la tiene la mesa directiva del partido, que es la misma que hace más de dos años no cierra los temas. Mientras no lo haga, el Partido Socialista será el blanco de todos sus adversarios electorales desde ahora y por los próximos dos años».


La polémica que desataron los dichos de la ministra Cecilia Pérez sobre el Partido Socialista, logró plasmar una imagen que hace un par de meses era imposible imaginar: el timonel Álvaro Elizalde y la diputada Maya Fernández se reunieron con el cartón –casi– completo de la bancada de diputados y senadores socialistas, para dar una señal de unidad ante el «ataque» del Gobierno. Lo cierto es que el hecho, más allá de las sonrisas para la cámara, no es más que es un reencuentro precario, una unidad ficticia, una que no pocos en la colectividad consideran “está pegada con chicle”, porque si bien internamente se critica la «mala jugada» de Palacio, también reconocen que la actual dirigencia tiene la culpa por dejar al PS expuesto a los ataques de los adversarios.

«Ya no tienen pudor para ocultar lo que todos los chilenos queremos saber, qué relación tiene el PS con el narcotráfico», sentenció la vocera, una frase dura que fue parte de la estrategia comunicacional que se definió en La Moneda para desviar el foco mediático de las diferencias internas en la derecha con el Gobierno en el debate de la reducción de la jornada  laboral, de las críticas permanentes por las promesas incumplidas en materia económica y para tratar de debilitar el impacto de una acusación constitucional contra la ministra de Educación, Marcela Cubillos.

Según fuentes de Palacio, la idea de apuntar al PS habría sido del propio Presidente Sebastián Piñera, lo que explicaría el respaldo cerrado que le dio el Mandatario a su ministra ante los reclamos de toda la oposición y de los reparos, tras bambalinas, en el propio oficialismo.

Es que la jugada trajo fuertes críticas en la derecha, varios senadores y senadoras de Chile Vamos se habrían acercado a parlamentarios socialistas con el objetivo de “pedir disculpas por el exabrupto de la ministra Pérez”, según contaron en el Senado. Un error de cálculo que “solo demuestra que este Gobierno perdió el rumbo”, se lamentaron en el oficialismo.

Pero lo cierto es que nada de esto habría sucedido si no fuera por culpa del propio PS y su mal manejo del escándalo en la comuna de San Ramón ante las denuncias –primero el 2017 y luego el primer semestre de este año– de clientelismo y narcorredes. Al respecto, el analista Axel Callís precisó que «la responsabilidad de lo sucedido esta semana la tiene la mesa directiva del partido, que es la misma que hace más de dos años no cierra los temas. Mientras no lo haga, el Partido Socialista será el blanco de todos sus adversarios electorales desde ahora y por los próximos dos años».

Una mirada similar tuvo el analista político y académico de la Universidad de Chile, Ernesto Águila, para quien la estrategia del Gobierno no se explica sin la propia realidad de un PS golpeado por “una elección interna traumática y llena de irregularidades que lo fracturó y que lo ha tenido paralizado por varios meses. El Gobierno había captado algo importante del actual escenario político: un PS debilitado y neutralizado era una pieza clave para avanzar en su agenda legislativa”.

[cita tipo=»destaque»]Águila recalcó que el “PS no tiene vínculos con el narcotráfico, lo que tiene es un padrón abultado y clientelizado, lo que facilita que en él se inscriba cualquier persona, incluidos delincuentes o individuos con antecedentes narcos” y que, en ese contexto, la auditoría al padrón y la premilitancia que se instaurará en el partido son “decisiones que llegan con tres años de retraso. Se dice que en su momento se expulsó a las personas involucradas, pero hace un par de meses se hizo otro reportaje y aparecieron nuevos casos de militantes con antecedentes. ¿Por qué no se actúa con más contundencia? No por vínculos con el narcotráfico ni nada parecido, sino porque no se quiere desarmar ese padrón clientelizado que ha sido clave en la elección de los actuales dirigentes del PS”.[/cita]

Agregó que el PS tenía una legitimidad que debió haber reconstruido, requería de «medidas claras y contundentes que aún no se han tomado, no para dejar feliz a la derecha, sino para reconstruir su credibilidad frente a la sociedad y los sectores populares. No sé si queda tiempo político para eso”.

En diversos sectores del PS hay consenso respecto a que la responsabilidad del ataque del Gobierno recae en la “vulnerabilidad del partido” y la falta de medidas claras sobre el poder que internamente aún ejerce el cuestionado alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, a pesar de no militar ya en la colectividad.

Las miradas en el partido apuntan a la directiva que encabeza Elizalde, la que –según un parlamentario– “prefirió echarle tierra” a un conflicto que “es una bomba de tiempo” y que podría estallar en plena elección municipal. No solo eso, a nivel parlamentario advirtieron que lo más grave es que esta “falsa unidad” que se ha visto estos días en el partido, le permite al timonel “dar por normalizada» la situación interna del PS.

Una crítica que no se aleja un ápice de la realidad, porque en estos días el sector proclive a Álvaro Elizalde y su entorno destacaron que la nueva unidad que hay en el PS demuestra que el timonel habría logrado “sortear la ola y salir victorioso”. No solo eso, ya sacaron cuentas alegres en relación con que el ingobernable partido de hace un par de meses “pasó a la historia”. El propio senador por El Maule, tras una reunión con las dos bancadas de la colectividad, recalcó que «todos los socialistas y la oposición nos están respaldando”.

Pese a que la disidencia del PS, liderada por la diputada Fernández, se hizo parte de la señal de unidad y llegó hasta la reunión de bancadas que reiteró el bloqueo a las comisiones y proyectos del Gobierno, lo cierto es que las heridas internas en el socialismo siguen abiertas.

En el partido explicaron que tanto Fernández como el diputado Marcelo Díaz se han visto presionados por “un sentido de unidad ficticio”, que además ha sido avalado por los sectores ligados a la ex-Concertación de los otros partidos de la oposición, que se cuadraron en la defensa de una de las principales máquinas electorales del sector.

Es que son justamente las elecciones municipales el principal punto de presión para el sector disidente del PS, puesto que la gestión de Elizalde no se ha hecho cargo de uno de los principales tentáculos a través de los que opera Aguilera: el clientelismo.

Águila recalcó que el “PS no tiene vínculos con el narcotráfico, lo que tiene es un padrón abultado y clientelizado, lo que facilita que en él se inscriba cualquier persona, incluidos delincuentes o individuos con antecedentes narcos” y que, en ese contexto, la auditoría al padrón y la premilitancia que se instaurará en el partido son “decisiones que llegan con tres años de retraso. Se dice que en su momento se expulsó a las personas involucradas, pero hace un par de meses se hizo otro reportaje y aparecieron nuevos casos de militantes con antecedentes. ¿Por qué no se actúa con más contundencia? No por vínculos con el narcotráfico ni nada parecido, sino porque no se quiere desarmar ese padrón clientelizado que ha sido clave en la elección de los actuales dirigentes del PS”.

Este padrón ensuciado por el clientelismo podría traerles mayores conflictos a los socialistas. “El PS tiene que cerrar drástica y dolorosamente el problema del clientelismo, porque el partido no resiste una campaña dando explicaciones», advirtió tajante Callis.

La oposición dividida

El factor PS es “una moneda de dos caras”, afirmaron en la oposición. En el sector de la ex-Concertación ya llegaron a la conclusión que el partido debe convertirse en un actor “intocable”, pues –explicó un parlamentario de la vieja guardia de la centroizquierda– sigue siendo la fuerza de oposición que más contrapeso le hace el Gobierno de Piñera ante la “ambivalencia de los democratacristianos”.

Es por eso que la acusación constitucional contra Cubillos se convirtió en “una moneda intransable del PS”. Justo en el momento en que las dudas eran más grandes que las certezas sobre la estrategia de los socialistas, el ataque del Gobierno terminó siendo el “empujón final” para que el PPD y parte de la DC comprometieran su respaldo al libelo contra la ministra de Educación.

Para el Frente Amplio no fue suficiente. Se vieron notificados por la prensa de la decisión de presentar esta semana la acusación constitucional, sin conocer los argumentos técnicos de ella. Los diputados de la comisión de Educación, Gonzalo Winter y Camila Rojas, pusieron el grito en el cielo y junto al equipo del diputado Giorgio Jackson, se negaron a firmar un “cheque en blanco”. El PS reculó y llamó a una reunión a los jefes de comités de la oposición y, tras el encuentro, Pablo Vidal (RD) y Tomás Hirsch (PH) comprometieron los votos para la acusación.

Junto a estos vaivenes, se ha vertido un manto de dudas sobre la posición que actualmente tiene el PS en la oposición. Pese a que nadie desconoce la inmensa máquina electoral que tiene a lo largo de todo el país, el fantasma de las redes de Aguilera genera el temor, en el propio socialismo, de que los otros partidos puedan ponerlos en tela de juicio y a sus candidatos en la próxima elección.

¿El PS va a llevar un candidato que le compita a Aguilera? En el socialismo señalaron que la acción del partido con la comuna de San Ramón puede definir un importante bolsón de votos en la zona sur, en donde en las últimas elecciones internas la balanza se corrió a favor del sector del cuestionado alcalde. Un tema que, advirtieron, podría generar ruido al interior de otros sectores con los que se intentará llegar a acuerdos locales, como con el Frente Amplio.

“La actual directiva, que es la misma de hace dos años, no ha manejado bien este deterioro de imagen del PS, en ello tiene una responsabilidad política insoslayable. Y ese debilitamiento de la imagen ética es algo que el Partido Socialista puede pagar en las próximas elecciones municipales, regionales y parlamentarias”, advirtió Ernesto Águila.

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