Publicidad
Giorgio Jackson, el protegido PAÍS

Giorgio Jackson, el protegido

Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
Ver Más

Fue cuestionado en su rol como ministro de la Segpres, y en el fracaso de la propuesta de la Convención, se le atribuye responsabilidad al haber respaldado la eliminación del Senado, punto de inflexión que dividió las aguas en el progresismo y permitió el surgimiento de Amarillos, dotando así de relato al Rechazo. Para cualquier otro ministro, eso le habría costado la cabeza. Pero a Giorgio Jackson no. Tal y como hace casi 10 años, cuando la ex Nueva Mayoría decidió restarse en el Distrito N°22 para facilitar su elección como diputado, esta vez volvió a tenderse un manto de protección sobre el exdirigente estudiantil al reubicarlo en el Ministerio de Desarrollo Social, de menor exposición pública. Para algunos se puso en marcha una «operación de blindaje» para evitar que, durante los ajustes de cuentas tras al fracaso del plebiscito, fuera la sangre de uno de los fundadores del Frente Amplio la que llegara al río.


El pasado martes 6 de septiembre, en el contexto del primer cambio de gabinete en el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, dos días después del aplastante triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida, la expectación surgía en torno al destino de dos de los ministros cuyo desempeño fue criticado duramente y que, además, jugaron un rol clave en la exitosa campaña presidencial. Tal fue el caso de Izkia Siches, quien no cumplió con las expectativas al mando del Ministerio del Interior y Seguridad Pública y que, después de varios errores no forzados, finalmente salió del Palacio de La Moneda, entre lágrimas.

Si bien Siches desempeñó un papel protagónico en la campaña que permitió a Boric transformarse en Mandatario, su salida del gabinete se explica –según analistas y voces al interior del oficialismo– por el hecho de que nunca logró cruzar la línea de confianza para posicionarse dentro del círculo íntimo que rodea al Presidente, conformado por amigos cercanos y colaboradores que lo han acompañado durante gran parte de su carrera política. Un espacio del que sí forma parte Giorgio Jackson, cuestionado en su rol como ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), donde parlamentarios de diferentes sectores acusaron un desempeño deficiente, lejos de la expectativa original, delatando escasas negociaciones y poca credibilidad como interlocutor con las diferentes bancadas que conforman el Congreso Nacional.

Durante los casi seis meses que encabezó la Segpres –cartera que lo obligaba a tener una relación directa con un Congreso en que el oficialismo no es la fuerza mayoritaria–, Jackson vio tensionada su gestión por el ocaso del fallido proceso constituyente, siendo uno de los defensores de la tesis que unía el destino del Gobierno con el resultado del plebiscito de salida y responsable político al haber adscrito a la tesis del «unicameralismo» que buscaba la eliminación del Senado, siendo a la postre uno de los puntos de inflexión que dividió las aguas en la centroizquierda, permitiendo el surgimiento de Amarillos y dotando de esta manera de relato al Rechazo. Al fracasar la propuesta de la Convención Constitucional,  una parte importante del capital político del exdiputado y fundador de Revolución Democrática (RD) y del Frente Amplio (FA) se puso en jaque. A la hora del ajuste de cuentas, su cabeza podría haber salido rodando. Fue entonces, cuando se tomó la decisión de protegerlo. Si bien se especuló sobre su posible salida del gabinete, el Presidente Boric tenía otros planes para uno de sus más cercanos colaboradores, entendiendo que necesitaba blindarlo, darle un voto de confianza y rotarlo hacia otro ministerio, uno en que pudiera recuperar parte de su liderazgo.

En el cambio de gabinete, el Primer Mandatario decidió entregarles el mando del Ministerio del Interior y de Segpres a dos mujeres de experiencia y cuyo arribo significó el equilibrio de fuerzas a favor de un Socialismo Democrático que demandaba ocupar posiciones de poder. Así, Carolina Tohá (PPD) y Ana Lya Uriarte (PS) asumieron los cargos disponibles tras las salidas de Siches y Jackson, este último dispuesto a asumir un nuevo desafío, esta vez en un Ministerio de Desarrollo Social que en ese momento se encontraba sin voz de mando, tras la polémica salida de Jeanette Vega, cuestionada por intentar coordinar un encuentro con el líder de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), Héctor Llaitul.

En ese contexto, desde su partido creen que el arribo de Jackson a la cartera de Desarrollo Social no es un paso atrás en su carrera política, asumiendo que su ausencia en el comité político se compensa con la «línea directa» que el ministro tiene con el Mandatario. El timonel de RD, el senador Juan Ignacio Latorre, cree que «el Presidente valora, sin duda alguna, las reflexiones y las opiniones del ministro Jackson, hay una relación de confianza construida, y en un escenario de fuertes amenazas y operaciones comunicacionales del adversario, es importante también que él cuente con personas de su círculo de confianza, pero que al mismo tiempo él tenga una buena evaluación política de su desempeño, y eso va más allá de que pueda estar sentado o no en el comité político de todas las semanas, pues sabemos que hay una línea directa entre el ministro Jackson y el Presidente Boric», subrayó.

Al respecto, el Ministerio de Desarrollo Social aparece como un espacio de menor exposición pública que la Segpres, considerando además que con el cambio de gabinete se decidió dejar en manos de la ministra Ana Lya Uriarte la coordinación interministerial por el Plan Buen Vivir, rol que hasta antes de su salida había desempeñado Jeanette Vega. Con esta modificación en el diseño de implementación del Plan, Jackson asume menor responsabilidad política que su antecesora, limitando su trabajo a la restitución de tierras, la generación del apoyo y el soporte en cuanto a inversión pública y disminución de la pobreza. Una decisión que –según detallan desde su equipo de trabajo– le «permitirá tener un mayor espacio para focalizarse en el trabajo del ministerio».

Se trata de un cambio estratégico que algunos observan como un blindaje hacia quien es una de las figuras políticas «proyectables» de un Frente Amplio que vive varios procesos de rearticulación interna, aunque desde su equipo de trabajo creen que este cambio busca potenciar su liderazgo, ahora en un ministerio sectorial. Esto, pues piensan que, si se hubiese buscado su protección, lo habrían instalado en un lugar de menor exposición, tal como el segundo piso de La Moneda, liderando su equipo de asesores. Para el analista político y director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, el apoyo que Jackson le brinda a Gabriel Boric no tiene que ver con su rol institucional como ministro sectorial, sino que es que el soporte cálido, el aporte emocional y de contención que le entrega al Mandatario, entendiendo que no es aquel el puntal frío para tomar decisiones políticas, espacio aún ausente, y que –a su juicio– es una de las principales falencias del Gobierno.

“Yo tiendo a pensar que el Presidente sigue muy capturado del apoyo cálido que le da su círculo de confianza, donde está prisionero de una corte complaciente que controla los accesos a esta posición de poder y, de alguna manera, blinda al Mandatario. Creo que, más allá del cambio de gabinete, no está claro todavía que el Socialismo Democrático se haya impuesto al interior del oficialismo y, por lo tanto, siguen actores claves de Apruebo Dignidad formando parte del círculo de confianza del Presidente, quien todavía no tiene el apoyo que le dé un soporte sistemático que le permita el cálculo frío o el razonamiento tecnopolítico. Creo que eso no lo está recibiendo, porque todavía está fuertemente influido por este entorno o círculo más estrecho, donde están Jackson, la ministra Vallejo o la ministra Orellana, más algunos otros asesores, que quizás de alguna manera no le permiten al Presidente poder todavía defenderse de esos sectores que son más hegemónicos en la toma de decisiones”.

El diseño del Plan Buen Vivir y el rol del ministro Jackson

Uno de los ejes del programa de Gobierno del Presidente Boric es la implementación del Plan Buen Vivircuya ejecución depende ahora de la articulación entre el Ministerio del Interior y la Segpres. Esto, entendiendo que la partida de presupuesto de dicho plan está en la Secretaría General de la Presidencia. Dentro de ese diseño, el Ministerio de Desarrollo Social debe asegurar el funcionamiento de la restitución de tierras, tarea en la que está trabajando la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) –órgano que depende de dicha cartera–, donde además están involucrados recursos humanos del gabinete encabezado por Giorgio Jackson.

En tal sentido, analistas coinciden en que dentro del diseño político oficialista que se reformuló tras la derrota de la opción Apruebo en el plebiscito del pasado 4 de septiembre, el ingeniero civil industrial y estrecho colaborador del Mandatario se instala en una posición donde intentará revitalizar su liderazgo, asumiendo un desafío de menor exposición pública, pero donde podrá desempeñar un rol en materias como la superación de la pobreza, la protección de la infancia, además de la restitución de tierras que, al menos en el papel, pareciera ser el aspecto que entraña menor riesgo en la búsqueda por solucionar el conflicto entre el Estado de Chile y el pueblo mapuche. En otras palabras, lo sacan de la línea de fuego, asumiendo con costo de exposición mucho menor, pero con la garantía de poder mostrar logros, como la  restitución de tierras.

Se trata de una decisión que descomprime la tensión de su paso por la Segpres y que le permite a Jackson rearmar una figura pública que estuvo manchada por declaraciones desafortunadas, las que incluso tuvieron que ser aclaradas o desmentidas por el propio Mandatario. Sobre su desafío en el Ministerio de Desarrollo Social, el senador Latorre (RD) admite que «si bien el diálogo político y el trabajo de coordinación interministerial para el Plan Buen Vivir esté más bien en Segpres, pero sin duda alguna, además como La Araucanía y distintas zonas del Wallmapu tienen sobrerrepresentadas las tasas de pobreza, obviamente al Ministerio de Desarrollo Social le toca un rol importante en materia indígena, pero también en otras políticas sociales».

Precisamente, desde la cartera que ahora encabeza el ministro Jackson, detallan que su principal foco de trabajo está ahora en la implementación de la Ley de Garantías de la Niñez, la intención de realizar una Ley Marco sobre el Sistema Nacional de Cuidados, así como el enfoque en la modernización y digitalización de la entrega de beneficios sociales. Todas materias que, si bien podrían eventualmente ser relevantes según el programa de Gobierno, siguen estando al margen de la primera línea de discusión política, espacio del cual Jackson salió con una mala experiencia al no conseguir cumplir con las expectativas del oficialismo, que depositó en sus hombros la responsabilidad de tender puentes con los parlamentarios para la ejecución de su programa.

Por su parte, el analista y columnista de El MostradorGermán Silva Cuadra, considera que «Giorgio Jackson no solo es del entorno cercano del Presidente, sino que forma parte de su grupo de amistad y confianza y, por lo tanto, cuando el Mandatario decide moverlo –lo cual probablemente le costó demasiado–, tiene que ver con la señal que buscaban darle a la opinión pública, pero de cierta manera también se puede interpretar como un premio de consuelo, que se vio anteriormente con la exministra Pérez en el Gobierno de Sebastián Piñera. Es decir, cuando los presidentes hacen un cambio de alguien muy cercano a su entorno y lo mantienen en el gabinete, es porque es alguien de demasiada confianza y porque tiene mucho costo sacarlo. Con esa lectura, Jackson permanece en su entorno directo y, al mismo tiempo, sigue estando muy expuesto, más allá de que Desarrollo Social sea un ministerio más bien secundario, por lo menos desde la perspectiva pública”.

A su vez, cercanos al ministro Jackson admiten que fue iniciativa suya el tender puentes hacia la ex Concertación para que emergiera el hoy llamado Socialismo Democrático y se replegara al proyecto político encabezado por el Presidente Gabriel Boric. Pero su cercanía con dicho sector tiene una larga historia, pues fue en la campaña parlamentaria de 2013 cuando los partidos que conformaban el pacto entonces conocido como Nueva Mayoría, decidieron omitirse en el Distrito N°22, correspondiente a la comuna de Santiago, con el objetivo de facilitar la elección como diputado del exdirigente estudiantil. Gracias a dicho movimiento estratégico, Jackson consiguió un sillón en la Cámara Baja, donde comenzó a cimentar una carrera política que hoy lo tiene sentado al interior de La Moneda.

¿Podría ser un gesto de agradecimiento de Giorgio Jackson hacia dicho sector, el considerarlos como parte esencial de su proyecto de Gobierno? La verdad –asienten analistas– es que lo acontecido en 2013 es una muestra de que, desde sus inicios en la política, el hoy ministro de Desarrollo Social ha recibido apoyo y protección desde diferentes sectores, que lo han blindado y le han permitido construir un liderazgo que emergió desde sus tiempos como líder estudiantil, contexto en el cual precisamente entabló relación con unos entonces desconocidos Gabriel Boric y Camila Vallejo, quienes con el tiempo se transformarían en importantes aliados y que hoy conforman un espacio de poder donde posiblemente se toman las decisiones al interior de La Moneda.

Publicidad

Tendencias