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Noam Titelman: “El Gobierno es una voz distinta en el concierto de las izquierdas latinoamericanas” PAÍS

Noam Titelman: “El Gobierno es una voz distinta en el concierto de las izquierdas latinoamericanas”

Juan Diego Montalva
Por : Juan Diego Montalva Editor de Newsletter +Política
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El economista y autor del libro La nueva izquierda chilena. De las marchas estudiantiles a La Moneda, considera que el actual Gobierno se ha distinguido de la izquierda latinoamericana defendiendo los derechos humanos y la democracia liberal, al tiempo que destaca lo diferente que han reaccionado los presidentes Gustavo Petro y Gabriel Boric ante las dificultades de la negociación legislativa: “Mientras Petro ha profundizado su trinchera, Boric ha buscado dialogar y negociar con la oposición para avanzar en la agenda de reformas”. También aborda los importantes efectos que tiene el voto obligatorio en el nuevo perfil del votante chileno.


Noam Titelman se ha transformado en uno de los analistas más consultados cuando se busca entender el Gobierno del Presidente Gabriel Boric y su generación política. Titelman participó de las movilizaciones estudiantiles como presidente de la FEUC y fundador del Frente Amplio (FA), mientras estudiaba Ingeniería Comercial y Literatura en la Universidad Católica. Luego viajó al Reino Unido a cursar un magíster y un doctorado en la London School of Economics and Political Science, para volver a Chile a fines del año pasado.

Mientras se reinstalaba en el país, escribió el libro La nueva izquierda chilena. De las marchas estudiantiles a La Moneda (Ariel, 2023), publicado en mayo y que va ya por su segunda edición en menos de un mes. En esta entrevista, Titelman explica el triunfo del Partido Republicano en la elección del Consejo Constitucional, así como la manera en que ha cambiado el discurso del Mandatario a un año y medio de haber arribado a La Moneda. Esta es una de sus últimas entrevistas antes de partir a París como profesor de la prestigiosa universidad francesa Sciences Po.

-¿Qué pasó en la elección de consejeros constitucionales?
-Más que un péndulo, la constante de nuestra política, hace al menos 5 años, ha sido un voto marcado por identidad negativa, lo que Juan Pablo Luna llama un voto destituyente. No es un apoyo programático a una fuerza tanto como un rechazo a las otras. Es como si cada elección fuera un plebiscito sobre la clase política y cada vez gana la opción de rechazo. Por eso no es raro que, según estudios recientes, uno de cada cinco votantes de la Lista del Pueblo votó por una lista de derecha en estas elecciones.

-¿Fue un voto de rechazo al Gobierno del Presidente Boric?
-En este caso, Republicanos logró encarnar la posición más crítica a la política y capitalizar este voto de rechazo, además, adueñándose de la principal agenda del momento electoral: el combate a la delincuencia.

Obligatorio

-¿Qué efecto ha tenido en las elecciones el voto obligatorio?
-En las elecciones del 7M, como en las del plebiscito de salida, se sumaron entre 4 y 5 millones de nuevos votantes. A estas alturas podemos decir, con algún nivel de certeza, que estos nuevos votantes son diferentes a los habituales. Según algunas estimaciones, seis de cada diez nuevos votantes votaron por Republicanos. Y de los restantes cuatro, tres votaron por otra lista de derecha.

-¿Es un voto de derecha?
-Según datos del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), presentan aún más rechazo a la política, con aún menor identificación en eje izquierda-derecha y percepción de abuso. Por otro lado, presentan posiciones más conservadoras en los llamados temas sociales, como combate a la delincuencia, inmigración, derechos de las diversidades sexuales y aborto. Además, según datos de la Universidad del Desarrollo (UDD), presentan mayores niveles de religiosidad. En este sentido, es posible que algunas posiciones defendidas por Republicanos hayan activado a estos votantes y consolidado su apoyo.

-¿Cambió definitivamente el votante chileno?
-La verdad es que no lo sabemos. Conocemos relativamente bien el padrón de los últimos 5 o 10 años. Sabemos que es un padrón que tiende a votar contra incumbentes sin mayor lealtad en el eje izquierda-derecha. Los nuevos votantes todavía no han participado en elecciones en que el Gobierno no sea de izquierda. No sabemos si su voto por Republicanos es coyuntural o si, en realidad, su voto está motivado por posiciones políticas y por preferencias más tradicionalistas.

-¿Cuál fue el gran cambio que produjo el voto obligatorio?
-Es una buena pregunta. Si el aumento del padrón de votantes se explica exclusivamente por la amenaza de la multa, esto sugeriría un votante poco movilizado por posiciones ideológicas o programáticas y tendería a coincidir con el voto destituyente. Si, en cambio, el aumento de participación es más bien una reacción, una activación de un mundo de votantes más tradicionalistas, ante discusiones que se instalaron en torno al debate constituyente, entonces, esto sugeriría un votante más programático. Yo sospecho que hay de ambas cosas, pero solo lo podremos saber cuando tengamos más y mejores datos, y cuando veamos más procesos electorales con este nuevo padrón.

Latinoamérica

-El Presidente Boric asumió esta semana un rol dialogante con los empresarios y la oposición en el contexto de las reformas tributaria y de pensiones, ¿ha cambiado mucho Boric políticamente?
-América Latina es la región del presidencialismo con representación legislativa proporcional por excelencia. Eso quiere decir que casi todos los presidentes de la región son electos en paralelo con un Congreso en que tienen minoría o mayorías muy inestables y heterogéneas. En el caso del Gobierno actual, esa situación es particularmente marcada. Desde el día de la primera vuelta, en que se eligió al actual Congreso, este iba a ser un Gobierno que iba a tener que negociar mucho para sacar adelante sus reformas.

-¿Ese problema se ha agudizado?
-Me parece que lo que ha ocurrido en el último tiempo, y sobre todo después del discurso de Cuenta Pública, es que el Gobierno ha priorizado con más nitidez cuáles son esas reformas que quiere sacar adelante y por las que está dispuesto a sentarse a negociar hasta lograrlo, básicamente tributaria y pensiones.

-En su libro destaca que el Presidente Boric siempre fue crítico de los gobiernos de Venezuela y Cuba, ¿cómo es la relación del Mandatario en el contexto de la izquierda latinoamericana?
-El Gobierno es una voz distinta en el concierto de las izquierdas latinoamericanas. El posicionamiento, sin ambigüedades, de defensa de la democracia liberal y denuncia de atropellos a esta y a los derechos humanos, sin importar el color del Gobierno, es destacable y llama la atención. Pero no solo eso. La priorización de agendas como la feminista y medioambientalista también se ha vuelto parte de su sello. Por último, el esfuerzo permanente por llegar a acuerdos amplios, la disposición a sentarse a la mesa a discutir también con los adversarios o reconocer errores, es algo que le ha permitido tener credibilidad al momento de defender la democracia liberal.

-¿Qué elementos caracterizan a la actual izquierda latinoamericana?
-Paradojalmente, diría que lo que marca el momento político es la falta de elementos que engloben a toda la diversidad de izquierdas que hay en el continente. A diferencia de la “ola rosada” de los 2000, es muy difícil hablar de una o dos corrientes y, más bien, se observa un archipiélago de fuerzas políticas progresistas, a ratos sincronizados, pero mayormente concentrados en los desafíos internos de cada país. Un ejemplo notorio ha sido la diferencia con que han reaccionado los presidentes Petro y Boric ante las dificultades de la negociación legislativa. Mientras el primero ha profundizado su trinchera, el segundo ha buscado dialogar y negociar con la oposición para avanzar en la agenda de reformas.

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