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Jorge Barrera: el discreto arquitecto de arremetida ultraconservadora en el Consejo Constitucional PAÍS Créditos: Agencia Uno.

Jorge Barrera: el discreto arquitecto de arremetida ultraconservadora en el Consejo Constitucional

Rodrigo Córdova
Por : Rodrigo Córdova Periodista en El Mostrador
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El Partido Republicano ha puesto el mayor de sus esfuerzos en el proceso constituyente, y es que en su éxito está gran parte de la carrera presidencial de su principal líder, José Antonio Kast. Por ello, para acortar el margen de error a lo más mínimo, pusieron al abogado constitucionalista Jorge Barrera a cargo del equipo de asesores de la bancada republicana. Desde ahí dirige, coordina y evalúa los pasos de los consejeros que están bajo su tutela y, además, traduce a lenguaje constitucional la impronta republicana. Si bien tiene un bajísimo nivel de exposición, dentro del ex Congreso lo reconocen como el gran engranaje detrás de la maquinaria republicana. Quienes lo conocen lo señalan como el cerebro detrás de las más controvertidas enmiendas adelantadas el fin de semana por Luis Silva.


A las cero horas del lunes terminaba el plazo para que los Consejeros Constitucionales ingresaran enmiendas al anteproyecto elaborado por la Comisión Experta y durante el fin de semana el consejero Luis Silva, más conocido como “El Profesor Silva”, adelantó una serie de propuestas que ya han sido foco de críticas de parte del oficialismo.

Entre ellas están  el establecer un rango inferior al de la Constitución a los tratados internacionales, la enmienda que podría terminar con el aborto en tres causales y el suprimir la paridad de salida, por nombrar algunas.

Al interior del ex Congreso se sabe que el Partido Republicano está haciendo grandes esfuerzos para sortear este proceso constituyente de manera exitosa y que quede su estampa impresa, pero lo que no es muy conocido públicamente es que quién está detrás de ello. Es el jefe de sus asesores, el abogado Jorge Barrera Rojas, ex militante republicano que supervigila el trabajo de los consejeros de ese partido.

El lunes, durante la mañana, Silva admitió que aún existían “espacios abiertos” para negociar con Chile Vamos las enmiendas que se iban a ingresar. Sobre eso advirtió que, pesar de que la discusión sobre las enmiendas no estaba del todo cerrada, más bien “líquida”, dijo, “ninguna de ellas va a ser una sorpresa para la directiva”.

Eso responde a un trabajo de acompañamiento de la directiva republicana para con los consejeros, pero también a la confianza depositada en Barrera. Ante ello, Silva, el numerario Opus Dei que arrasó en las elecciones del 7 de mayo, reconoció que el rol de Barrera es “muy activo”.

En particular, dijo que cumple el papel de “coordinación entre la voluntad de los consejeros, quienes representamos a la ciudadanía, y a las enmiendas que se van a discutir para ver si eventualmente quedan en el proyecto”. Silva valora el trabajo de Barrera y cree que “ha tenido un desempeño en segunda línea muy activo y ciertamente muy importante para convertir la voluntad de los consejeros en un texto que se pueda transformar en enmienda”.

El arquitecto constitucional

Barrera va todos los días al Consejo Constitucional, siempre muy formal. Quienes conocen la interna de los republicanos relatan que se sienta en medio de la gran mesa en la que se reúne la bancada de ese partido y que a menudo es él quien lidera las sesiones, como coordinador y supervisor del trabajo de los 22 representantes de la tienda de José Antonio Kast.

El control es tal que, según reveló El Desconcierto, el protocolo de comportamiento que rige a los consejeros republicanos emanó del grupo de asesores que  lidera el abogado

En el documento se conmina a los consejeros del partido a no dar puntos de prensa en solitario y, en caso de ser abordados, se sugiere seguir caminando y no superar los 30 segundos de conversación con los periodistas, si es posible, entre otros consejos.

Sin embargo, el poder de Barrera al interior de la bancada supera la mera coordinación y asesoría legislativa, pues testigos de las audiencias en que se recibe a invitados indican que muchas veces las preguntas que formulan los republicanos les son proporcionadas impresas por el equipo de asesores que él encabeza.

En el mismo sentido, diferentes voces al interior del ex Congreso reconocen a Barrera como el personaje principal detrás de las enmiendas republicanas. Están conscientes de que es alguien preparado, hábil políticamente y que, a pesar de que vino a presentar una cara “más moderada”, lo motejan como una persona muy ideologizada. 

En el oficialismo, las propuestas de Republicanos, que Barrera ha erguido, generan preocupación, pues más allá de que estas apuntan a un texto “radicalmente más conservador” y “mucho más rígido”,  la propuesta de que  la Constitución se modifique por dos tercios (la actual se modifica por 4/7) es “grave” y “una amenaza muy grave contra la democracia”, plantean las mismas fuentes. En dicho sentido, Barrera, según voces al interior del ex Congreso, propugna el mismo ideario constitucional de Jaime Guzmán: “una versión 2.0 de la democracia tutelada”. 

Experto constitucionalista 

La única directiva partidaria que se ve constantemente en el ex Congreso con frecuencia es la del Partido Republicano. Su presidente, Arturo Squella, y su secretaria general, Ruth Hurtado, visitan en forma regular el edificio en el que se lleva a cabo el proceso constituyente para conversar con sus consejeros y con Barrera.

Barrera, hasta hace poco, vivía en Estados Unidos, residencia que interrumpió a fin de apoyar al Partido Republicano en este proceso dirigiendo al equipo de asesores, pues cuenta con la confianza de la directiva republicana por su lineamiento político, pero también por su historial académico. 

Es profesor de la Universidad San Sebastián, fue profesor de la Universidad de Chile y  fue invitado como non-resident fellow en el Stanford Constitutional Law Center de Estados Unidos, siendo uno de los primeros extranjeros en participar de dicho centro en esa calidad.

Además de tener un máster en la U. de Chile, tiene otro de la Universidad de California y además es candidato a Doctor en la Escuela de Derecho de la Sorbonne de París, Francia, y de la Escuela de Derecho de la Universidad de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos.

Además, trabajaba en el Congreso de Estados Unidos (según reveló La Tercera) cuando lo llamaron desde los republicanos chilenos, lo que se le significó coordinar asuntos familiares y resolver el proceso de su doctorado para aceptar la oferta.

Sin embargo, hubo interés en el nombre de Barrera desde la directiva republicana pues él, según indican fuentes del partido, es “una señal de moderación” y a la vez representa un vínculo histórico con militantes del mismo. Los esfuerzos para traerlo fueron grandes y  por eso que distintas fuentes advierten que “no vino a hacer tareas secundarias”. 

Pasado gremialista y salto republicano 

El enfoque académico no fue siempre su principal norte. Jorge Barrera cursó su enseñanza media en el Liceo Barros Borgoño, para luego tener un breve paso por la Universidad Católica de Valparaíso y terminar estudiando Derecho en la Universidad de Chile.

Ahí conoció la vida política y participó como estudiante en organizaciones gremialistas. El 2011, según consagró The Clinic, protagonizó una “toma” a modo de parodia, el día en que el actual Presidente Gabriel Boric ganó su elección para presidir la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), al vencer a Camila Vallejo.

A modo de burla, encapuchados con poleras naranjas recrearon una movilización al interior del segundo piso de la sede de la federación estudiantil, despidiéndose de su participación en la mesa directiva de la FECH. Un grupo de no más de ocho estudiantes, con carteles y pancartas, presentaban un burlesco petitorio: “Cachipún vinculante, confitar el mar y quemar el recorrido 504, por ser un recorrido burgués”.

Barrera fue militante de la UDI, asesor legislativo de ese partido y abogado de la fundación Jaime Guzmán, entre otras actividades. Se retiró de la colectividad en el periodo en que también se salió José Antonio Kast. Algunos que lo conocen desde su era universitaria dicen que lo hizo pues estaba más a la derecha que el partido.

Un personero que interactuó con él Barrera en su época universitaria y política advierte que no siempre fue el alumno más destacado, pero luego de su primer postgrado se vio el entusiasmo por seguir en el mundo académico.La misma fuente advierte que es una persona muy inteligente y hábil y que “es bueno para debatir e intentar contradecir usando los argumentos del contrario, para hacerlo caer en contradicción lógica”. 

Barrera pasó de la asesoría legislativa al interior de el Congreso a la primera línea de Chile Vamos, llevando proyectos de ley aprobados por el organismo al Tribunal Constitucional. Así lo hizo con la ley de gratuidad en la educación superior, al igual que con la ley de identidad de género. En esta instancia, declaró que esta última “atenta contra la identidad personal que emana de la dignidad humana reconocida en la Constitución, la cual ha sido entendida por el TC como identidad biológica“.

El año pasado se anunció su incorporación al bufete de abogados encabezado por Octavio Bofill y Pablo Mir.

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