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Pablo Cabrera y nuevo embajador en Reino Unido: “Debe llevar la bandera chilena y no de un partido”

El exembajador y consejero del Centro de Estudios Internacionales UC, mencionó que la renuncia de la exembajadora chilena en Reino Unido, Susana Herrera, se debió a un conjunto de circunstancias desfavorables, incluyendo su solicitud de financiamiento para un proyecto sin consultar a la Cancillería. Cabrera resaltó la importancia de un diplomático con experiencia y capacidad para manejar información, especialmente en la relación entre Chile y Gran Bretaña, que ha evolucionado hacia una agenda más amplia. Haciendo una analogía con “Superman”, destacó que el cargo debe ocuparse con transparencia, dedicación y alineamiento con Chile en lugar de afiliaciones partidistas.


El consejero del Centro de Estudios Internacionales UC y embajador en China (2004-2006) y en Reino Unido (1999-2000), Pablo Cabrera, dijo que la exembajadora Susana Herrera renunció en medio de una tormenta perfecta. Apuntó a la falta de experiencia de la arquitecta y esbozó un perfil sobre el eventual nuevo embajador chileno en Gran Bretaña.

Según Pablo Cabrera, el nuevo embajador debe ser como Clark Kent y Superman. Es decir, que “al abrir su camisa” debe llevar la bandera chilena y no la de un partido político.

Recordemos que la ahora exembajadora de Chile en Reino Unido, Susana Herrera, cuestionada por su falta de experiencia, debió dejar el cargo luego de que se conociera que había solicitado al Gobierno Regional del Biobío y sin avisar a la Cancillería, la entrega de financiamiento para un proyecto de mercado de maderas en Santa Juana, cuyos montos alcanzaban los 5 millones de dólares.

“Creo que el ambiente para impulsar un proyecto de esta naturaleza no era muy bueno, de cara a la opinión pública”, señaló Pablo Cabrera en un nuevo capítulo de Al Pan Pan con Mirna Schindler, en referencia al denominado Caso Convenios. “Un proyecto de esta naturaleza le repercutió negativamente”, agregó.

El diplomático dijo que en este caso la Región del Biobío había sido el centro de los problemas de los convenios y donde, además, la exembajadora había sido candidata. “Tenía intereses ahí”, comentó, junto con resaltar que Herrera, arquitecta de profesión, estaba relacionada con actividades comerciales en cuanto a mobiliario. “El tema es si ella podía actuar directamente con el gobernador y no a través de la cancillería. Y ahí pudo haber estado el error”, planteó Pablo Cabrera.

La idoneidad del diplomático

Consultado sobre si las cosas hubieran sido diferentes si esto no hubiese ocurrido en medio del caso de los convenios, el exembajador en China y en Reino Unido respondió afirmativamente, sobre todo porque hoy en día la relación de la diplomacia es más “interactiva” y “ciudadana”. Destacó que antiguamente, a los ojos de muchos, los temas de diplomacia estaban relacionados con soberanía, recursos naturales e integración física. Pero ahora ha cambiado la agenda diplomática y es muy amplia, relacionándose con el medio ambiente o el comercio internacional.

Sin embargo, “es muy importante la idoneidad del diplomático y las instrucciones, los parámetros que imponga el Gobierno de turno”, recalcó Pablo Cabrera. El diplomático mencionó que implementar proyectos de esa naturaleza cabe dentro del ámbito del trabajo diplomático, pero tienen que ir respaldados por una cantidad de situaciones. En el caso de la exembajadora Susana Herrera, “se mezclaron varias cosas incómodas para la diplomacia”, como la incorporación de Carlos III.

“Este es un rey bastante más atípico”, comparado con la Reina Isabel, reconoció Cabrera. Y es que junto al actual soberano del Reino Unido, no es inusual que el tema del medio ambiente aparezca en una conversación. Pero considera como un error tanto “involucrar a la persona del embajador como parte del proyecto, como citar al rey en una conversación que es de presentación de credenciales, que es formal”.

“Superembajador”

Si bien reconoció que es complicado estar pidiendo instrucciones todo el día sobre qué hacer en materia de relaciones internacionales, Pablo Cabrera apunta a la falta de experiencia de la arquitecta. “El ADN de un embajador debe estar muy determinado por, más allá de las habilidades blandas, la experiencia y la capacidad de manejar información”, sentenció, sobre todo porque Chile y Gran Bretaña “son países que tienen una relación tradicional, histórica, amplia, con una agenda completa, y donde precisamente es donde deben ir personas más calificadas”.

“Chile requiere un reajuste de su posicionamiento estratégico en el mundo. El mundo ha cambiado mucho y mantenemos los mismos principios desde que somos república”, reflexionó el exembajador.

Pablo Cabrera sostuvo que el cargo debe ser ocupado por una persona que conozca el mundo, no solo Chile, que tenga muchas redes de contacto, que hable el idioma y que esté motivada por la convicción de cambiar el estatus quo, de innovar, de avanzar hacia un nuevo estadio de relaciones entre Chile y Gran Bretaña, que también incluya la economía circular, proyectos locales, en fin, pero que sea con transparencia, dedicación y apego a la ley.

Lo más importante, eso sí, es que sintonice con Chile y no con un partido político; aunque pueda tener preferencias, debe ser como Clark Kent y Superman, donde “se abre la camisa y debe llevar la bandera chilena y no la bandera de un partido”, concluyó Pablo Cabrera.

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