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¡18 mil toneladas de basura al día! La rezagada realidad de Tiltil Medioambiente

¡18 mil toneladas de basura al día! La rezagada realidad de Tiltil

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Silvia Peña Pinilla
Por : Silvia Peña Pinilla Periodista - Editora del newsletter Efecto Placebo
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Los residuos equivalen a mas de una tonelada de basura al día por habitante. Y en Tiltil viven 17 mil personas. La mayoría de sus vecinos no tiene alcantarillado ni agua potable. Sus habitantes aun tienen esperanzas de progresar, pero hace poco se aprobó la planta contaminante Nº50.


“Ahora tenemos agua gracias al camión aljibe, pero estuvimos por años con solo dos horas de agua en la mañana y dos horas de agua en la tarde. Durante la pandemia fue horrible; nos decían que no usáramos agua estancada, que nos laváramos las manos seguido, y nosotros, con nuestra realidad, ¿cómo lo hacíamos? Era angustiante”, recuerda Herna González, vecina de Rungue. Una de las localidades (junto a Tiltil, Huertos Familiares, Polpaico, Montenegro, Caleu, Santa Matilde y Huenchún) que conforman Tiltil, parte de las 18 comunas rurales que integran la Región Metropolitana.

A la sequía que experimenta toda la región, en Tiltil se suma la precariedad del suministro hídrico. Además de Rungue, Montenegro, La Cumbre, El Rincón de los Valles, varios sectores de Caleu y otros lugares no tienen conexión a ninguna red de agua potable y la reciben 100% de camiones aljibes. Otros sectores se abastecen de las pequeñas sanitarias o Agua Potable Rural (APR), que se encargan de elevarla y distribuirla en red hacia cada una de las casas, pero con agua comprada por la municipalidad. Por la falta de precipitaciones, también se acentúa la alta susceptibilidad del territorio a la propagación de incendios. Y un dato no menor: solo dos áreas —Tiltil centro y El Manzano— tienen alcantarillado; el resto funciona con fosas sépticas y soluciones similares.

Una realidad a 60 kilómetros de Santiago, donde viven 17 mil personas que, si no tienen auto, pueden demorarse tres horas de ida y otras tres de vuelta en cubrir esa distancia. Y quienes están fuera de los polos urbanos, además, deben tomar pequeños servicios subvencionados para llegar a sus casas.

Al agua y al transporte se suman problemas para acceder a la educación y la salud. Y, por supuesto, la contaminación medioambiental, que para los vecinos es relevante y por lo que se han movilizado en años anteriores.

“Lamentablemente, desde la década del 90 en adelante, nuestra comuna fue visualizada como el patio trasero de la región y el relleno sanitario o los relaves mineros que nadie quería se instalaron aquí”, dice el alcalde de Tiltil, Luis Valenzuela (RD).

Herna González, además de vecina, es presidenta de Acción Ambiental y Salud Rungue y ha estado desde 2014 movilizándose en contra de la instalación de una planta de residuos industriales de la empresa Ciclo.

“Ha sido agotador, pero no hemos perdido la esperanza. Ahora está todo en trámites legales, en manos de abogados. La mayoría somos mujeres que llevamos luchando años para dejar a nuestros hijos un lugar mejor para vivir”, señala.

Cuenta que ella es del sur y, al casarse con un runguino hace 23 años, cambió el aire puro por Rungue, un sitio rodeado de empresas contaminantes.

“Esto nos afecta la salud. Tenemos dolor de cabeza, estomacales, vómitos. Los niños no pueden jugar en la placita porque el olor es muy fuerte. Hay un desgaste emocional muy grande, nos afecta la salud mental, siempre pensando que puede pasar algo peor. Además, podemos quedarnos sin agua de nuevo”, añade.

Dice sentir cierta desilusión “del primer gobierno ecológico y también del Estado que permiten la instalación de industrias dañinas. Nos sentimos abandonados. Significamos pocos votos, pero no por eso estamos condenados a vivir en un lugar contaminado. Tenemos derechos”.

Justicia ambiental

En la comuna están instaladas 49 empresas denominadas peligrosas. La número 50 —a la que se refiere Herna— fue aprobada por el Consejo de Ministros —después de una disputa judicial de 10 años— el 19 de abril pasado.

Entre las 49, hay dos rellenos sanitarios (Loma Los Colorados y Cerros La Leona), la planta criadora de cerdos Porkland, una planta de residuos (secado de excrementos) de Aguas Andinas, un tranque de relaves de Codelco y otro tranque de Angloamerican, dos cárceles: Punta Peuco y el Centro Metropolitano Norte Tiltil, por nombrar algunas instalaciones no deseadas.

Loma Los Colorados, administrado por KDM, es el relleno sanitario más grande y el principal foco de gases de efecto invernadero de Latinoamérica. Tiltil recibe en promedio 18.000 toneladas diarias de basura domiciliaria, el 70% de la Región Metropolitana; el resto proviene de comunas de la V región.

“De eso, Tiltil recibe cero. Ni $100 por tonelada. Nosotros resolvemos el problema de la ciudad, le resolvemos el problema a Chile incluso. Porque los relaves mineros, el desecho de la producción de la minería no es de cobre que esté produciéndose aquí, pero vienen a botar lo que nadie quiere en nuestro territorio. Cada 72 horas ingresa una cantidad similar en desechos al Cerro Santa Lucía. Y estos relaves tienen una vida útil proyectada de 20 años”, señala Valenzuela.

“Cuando uno va a Tiltil, cruza la Cuesta El Manzano, por la Ruta 5 Norte, lo primero que ve es un gran murallón, que pareciera una represa de agua, pero en realidad es un relave minero, que crece y crece cada año”, agrega.

Tiltil, Colina y Lampa fueron incorporadas al área metropolitana en 1997 y el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), que es el documento de planificación de toda la región, calificó a Tiltil como zona de suelos ISAM 5 e ISAM 6, que permiten la instalación de industrias peligrosas. En la Región Metropolitana, estas zonas están solo en Lampa y en Tiltil.

“Si la empresa cumple con los criterios ambientales, se puede instalar ahí. Así que el PRMS es un punto clave. Y aunque se ha modificado desde que se aprobó en 1994 y entró en vigencia en 1997, se tiene que repensar. Debería pasar por un nuevo instrumento que sea de evaluación ambiental estratégica. Cuando eso ocurra se tiene que plantear el tema de justicia ambiental”, explica la doctora en Ordenamiento Territorial y Urbanismo, investigadora asociada de CEDEUS y académica del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, Caroline Stamm.

La investigadora señala que la situación de Tiltil es más compleja que la de otros lugares como Puchuncaví o Huasco, donde hay un proceso de descarbonización en marcha.

“Acá, el relleno de KDM, por ejemplo, tiene todavía muchos años de vida. Los relaves también. Hay empresas cementeras y de otros tipos que no se van a cerrar. Creo que la lucha de la gente de Tiltil es que no se sumen más instalaciones y que las que ya están cumplan con las normativas ambientales. A estas condiciones se suman indicadores socioeconómicos de la comuna que son inferiores al promedio regional. Es decir, hay más pobreza multidimensional también”. Una tasa de 23,7%, según la Casen 2017. Le siguen Paine y Alhué.

“Todo el mundo dice: ‘hay que modificar el uso de suelo. ¿Por qué el plan no lo hace?’. Porque esa tipificación la da la composición física del suelo. Tiene que ver con la capacidad de permeabilidad o impermeabilidad. Porque Lampa también tiene categoría ISAM 5 y ISAM 6, pero el Plan dice que allá no puede ir la industria contaminante porque existe riesgo de inundación y podría generar una emergencia mayor. Yo esperaría que el Plan se revisara y se determinara que ya no puede sumarse otra empresa en Tiltil, porque existe una condición de carga y de saturación ambiental demostrable con números. El territorio no soporta más”, acota el alcalde Valenzuela.

Y añade que ha enviado diversos oficios a diferentes organismos y autoridades, pidiendo esto.

“Pero pasa por una decisión política, una decisión administrativa con visión de Estado, no de izquierda o derecha. ¿Vamos a seguir sacrificando a Tiltil a costa de nada? Y no quiero que se piense que estoy poniéndole un precio para que traigan toda la basura que quieran. Es porque no es justo. No es justo lo que ocurre en Coronel, en Mejillones, en Tocopilla, en Huasco, en una serie de otras comunas. Nosotros terminamos asumiendo costos del desarrollo y el progreso, pero de otros. Porque todas estas empresas grandes contaminantes, que están en nuestro territorio operando, terminan pagando sus permisos de circulación y sus patentes comerciales en otras comunas, ninguna en Tiltil”.

El gobernador de Santiago, Claudio Orrego, aclara que efectivamente el PRMS debe ser modificado.

“Siempre les planteamos que ellos deberían liderar una propuesta, cosa que nunca ha ocurrido de parte de ningún alcalde de Tiltil; ni de este, ni de la anterior, ni de los anteriores.

Nosotros vamos a iniciar una discusión general del PRMS en el segundo semestre de este año, y ahí se va a poder discutir este tema. Pero será una discusión que no se va a dar solamente con la gente de Tiltil, se dará con las 52 comunas de Santiago, porque lo que no se hace en un lugar se tiene que hacer en otro. Y ese es un debate que tenemos que poner sobre la mesa. Chile tiene el síndrome de ‘en mi patio trasero no’. O sea, todo el mundo quiere que haya cárceles, rellenos sanitarios, procesamiento de químicos, pero no en su comuna ni cerca de su casa”.

Y advierte que esta no es razón para que la Superintendencia de Medioambiente no realice su trabajo.

“Porque cuando yo era intendente, me tocó pelear con la Superintendencia hasta clausurar la empresa Porkland (en Tiltil), que tenía absolutamente contaminado el sector. Porque a las empresas se les aprueba su resolución de calificación ambiental que elimina olores, evita la contaminación y después nadie fiscaliza, nadie multa ni clausura. Eso es lo que ha pasado en Tiltil: más que la cantidad de empresas, yo diría que el problema es la gran cantidad de empresas que no cumplen con sus resoluciones de calificación ambiental. Y en una zona de tanta concentración de industrias, la fiscalización tiene que ser más estricta que en otros lugares. Pediría, como el proceso del plan regulador se va a demorar un tiempo, que la Superintendencia debería tener una preocupación prioritaria en el caso de Tiltil”.

Luis Valenzuela aporta el dato: “Durante el 2023 se realizaron 24 procesos de fiscalización y son 49 empresas contaminantes, o sea ni siquiera se fiscalizó una vez por año una empresa. ¿Y cuántas de esas fiscalizaciones terminó en una multa, en una clausura, en una medida mayor? Ninguna. Hay empresas que tienen incumplimientos graves de la RCA, que les han pasado multas en años anteriores y no han pagado todavía. Y apelan, dilatan para no pagar o pagar lo mínimo”.

Sobre el plan regulador de la comuna, que está en proceso, aclara que este no tiene mayor injerencia en los temas que afectan a Tiltil, “porque de la municipalidad dependen los territorios de carácter urbano, en este caso no supera el 13% del total del territorio. El otro porcentaje, estamos hablando del 87%, tiene tipificación rural y depende del Plan Regulador Metropolitano de Santiago. Las empresas se instalan justamente en esa zona”, dice el alcalde.

Plan 2022-2030

En abril de 2022 el Gobierno Regional de Santiago aprobó el Plan de Rezago para Tiltil. En total 133 proyectos de infraestructura, transporte y desarrollo urbano, con presupuesto total de $176.319.420.000 para desarrollar en un plazo de 8 años: 2022-2030.

“Todo el mundo sabe que la región y la ciudad de Santiago tienen una deuda, hace mucho tiempo, con la comuna de Tiltil que, a través de lo que estamos anunciando hoy, esperamos saldarla. Hemos decretado, en conjunto con el Consejo Regional, de manera unánime, que Tiltil es zona rezagada de la Región Metropolitana”, dijo entonces el gobernador, Claudio Orrego.

A dos años de la aprobación, hay ansiedad entre algunos vecinos, autodenominados en zona de sacrificio. “No vemos los proyectos”, se quejan.

Desde la alcaldía y la gobernación explican que movilizar los fondos y comenzar a trabajar en una obra significa tener antes el diseño, los cálculos estructurales y aprobación de los presupuestos y permisos para comenzar. Y eso lleva mucho tiempo, a lo que se suma que los fondos vienen de distintos sectores. “Por ejemplo, la posta, el Cesfam y el Cosam nuevo, dependen del Ministerio de Salud. Las obras de aguas, del Ministerio de Obras Públicas”, explica el alcalde Luis Valenzuela.

Y agrega que les costó comenzar porque el equipo municipal, de la Secretaría de Planificación, está compuesto por dos personas. “Carecemos de la cantidad de profesionales necesarios para elaborar estos proyectos. Y esos recursos no se pueden financiar a través del Fondo de Rezago. Tuvimos que levantarlos por otro lado. De la misma manera, a fin de año estarán en ejecución una veintena de proyectos, en especial la reposición de colegios”.

El gobernador de Santiago explica que se ha estado trabajando desde que fue anunciado el Plan en 2022.

“De hecho, ya hay 12 finalizados. Y van desde agua potable rural, una cancha especial, distintos pozos para sacar agua, estudios de diseño e ingeniería hasta pavimentación de caminos. O sea, los proyectos son de distinta envergadura y distinta complejidad”.

Dice que construir una cartera de proyectos es lo más importante en un plan así de grande. Y eso ha sido lento porque Tiltil no tiene los recursos profesionales y el financiamiento no se puede utilizar para contratar.

“Los gobiernos no podemos pasarle plata a los municipios. Y te diría que uno de los aportes más importantes que estamos realizando es la asistencia técnica para diseñar estos proyectos. Porque el eterno problema de Tiltil ha sido la dificultad y relativa incapacidad de formular proyectos. Hay que formularlos, diseñarlos y sacarles lo que se denomina en la jerga del Estado ‘el famoso RS’. Sin la recomendación del Ministerio de Desarrollo Social no se puede financiar nada. Entonces, lo que nosotros hicimos este año fue, primero, entregarles una asistencia técnica por $60 millones a través de la Universidad San Sebastián, y ahora estamos pidiendo otros $45 millones para contratar profesionales para que puedan trabajar los proyectos más grandes”.

Apunta a la falta de difusión en la “ansiedad” de los vecinos.

“Hay una labor de comunicación que debe hacer el municipio. De lo contrario, nadie va a saber nunca en qué consiste este plan. Hay que explicarle a la gente que hay cosas de corto plazo, por ejemplo, los 11 vehículos que llegarán este año. Pero el Cesfam se va a demorar otros tres años. Tenemos que contar que esta es una agenda de corto, mediano y largo plazo, y ahí se requiere de un tremendo esfuerzo comunicacional de la municipalidad para moderar las expectativas, explicar lo que se está haciendo y que hay distintos responsables. Yo puedo responder por lo que vamos a hacer con el gobierno regional, pero no puedo responder por lo que hace el Ministerio de Salud. Y ahí es donde uno esperaría que el municipio juegue como director de orquesta”, señala Orrego.

En el caso del transporte, una obra que escapa al Plan, anuncia que el ferrocarril podría regresar a la comuna.

“Hasta ahora el tren estaba contemplado solamente hasta Batuco, pero ya planteamos la posibilidad de que llegue hasta Tiltil. Incluso hemos ofrecido el financiamiento”.

Esto se uniría al electrocorredor, anunciado por el presidente Boric en su última cuenta pública, para el próximo año.

“Me reuní con la empresa que se adjudicó la licitación que está esperando la toma de razón de la Contraloría para enviar la orden de compra de estos 42 buses eléctricos que van a operar entre Tiltil y Santiago”, añade el alcalde Valenzuela.

En 2015 ya se había intentado una ayuda para Tiltil a través del Plan Tiltil, que fue lanzado por Claudio Orrego, como intendente. La idea era revertir una situación de injusticia ambiental. El documento parte diciendo que en Tiltil hay muchas instalaciones que tienen externalidades negativas y que hay que cambiar esto. Se hicieron mesas intersectoriales con empresas, la sociedad civil y también con diferentes niveles del gobierno. Pero el plan no se concretó.

“El liderazgo tiene que venir de la comuna. Y en esa ocasión hicimos mucho esfuerzo por sacar el plan adelante, pero al final los recursos del municipio se invertían en la fiesta de la aceituna, en la fiesta de no sé qué cosa, pero no en formular proyectos. Entonces estaban los compromisos de financiamiento, pero no los proyectos. Ahora hicimos algo distinto, fuimos capaces de invertir recursos en la asistencia técnica y el municipio está impulsando que esos proyectos se lleven a cabo”, concluye Claudio Orrego

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