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Renuncia del papa Benedicto XVI deja a Piñera con los “crespos hechos”

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La abrupta e inesperada renuncia de Benedicto XVI a su cargo como Sumo Pontífice, dejó al Presidente Sebastián Piñera con los “crespos hechos”, ya que en sus casi tres años de mandato, al menos dos veces anunció que había invitado al Papa para que visitara Chile. En todo caso, es justo decir que en ninguno de sus intentos tuvo ni la remota esperanza que la invitación llegare a concretarse.


Piñera no llevaba ni un mes con la banda presidencial, cuando a principios de abril del 2010, vino a Chile el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarsicio Bertone. Lo recibió en audiencia en La Moneda y al concluir la cita, el Presidente dijo que “a través del secretario de Estado hemos invitado al Santo Padre, cuando Dios quiera y él pueda, a visitar nuestro país y recordar lo que fue la maravillosa y magnífica visita del papa Juan Pablo II en nuestro país».

La respuesta fue educada, pero clara. El cardenal Bertone dijo con todas sus letras que no era posible ese año 2010, que “en 2011, el Santo Padre tiene la agenda plena” y sobre el 2012 solo agregó que “si Dios concede al Santo Padre una buena salud como ahora y si el señor ayuda”.

A pesar de eso, año después, en marzo del 2011, el Presidente Piñera visitó el Vaticano y se reunió en audiencia, durante 25 minutos, con el propio Benedicto XVI. En la cita insistió con el tema nuevamente: “Lo invité cariñosa y entusiastamente a visitarnos”, reconoció el mandatario. La respuesta del Sumo Pontífice –como recordó Piñera– fue que lo veía difícil dada su edad.

Conocida este lunes la noticia de la renuncia de Benedicto XVI, Piñera no pudo resistir la necesidad de salir a opinar sobre el tema, a pesar de encontrarse de vacaciones.

Así, desde su casa de veraneo en Lago Ranco, declaró que “es un acto de coraje y también de consecuencia. Es el Vicario de Cristo en la tierra y tiene la responsabilidad de conducir la Iglesia. Y para eso, sin duda, requiere que esté en total y completo dominio de todas sus facultades».

Después de dos Presidentes –Ricardo Lagos y Michelle Bachelet– con un reconocido acento agnóstico, en estos tres años de gobierno de Piñera siempre ha llamado la atención su insistencia de invocar a Dios, pidiendo su ayuda en cada discurso público e intervención.

Quizás con el próximo Papa tenga mejor suerte.

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