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Ernesto Silva: la derrota del controlador de la UDI PAÍS

Ernesto Silva: la derrota del controlador de la UDI

Uno de los grandes perdedores de las últimas primarias fue Ernesto Silva -el máximo asesor del candidato UDI Joaquín Lavín-, quien retornó desde Inglaterra para hacerse cargo de la campaña del ahora ex candidato presidencial. Tras una serie de maniobras del ex alcalde de Las Condes que llenaron de dudas a sus propios militantes, estos le cobraron la cuenta. Silva, conocido también como el “mayor accionista” de la UDI, había puesto sus fichas en el sector de los denominados como “iluminados”, instancia en la que logró arrebatarle la conducción del partido a la senadora Jacqueline van Rysselberghe, que se había puesto del lado de la ex precandidata, Evelyn Matthei. Hoy se quedó de brazos cruzados al igual que su candidato.


Luego de la derrota de los partidos de Chile Vamos en manos del independiente, Sebastián Sichel, comenzó a correr la lista de quienes deberían pagar los platos rotos de un resultado que nadie vio venir, y que aún, nadie ha sabido interpretar con mucho detalle, más allá del independentismo, y el contexto anti partidista que ha quedado evidenciado en parte en las últimas elecciones.

Y uno de los considerados como grades perdedores es el conocido como el “máximo controlador” de la UDI, Ernesto Silva, quien a su retorno de Londres, llegó con un proyecto mayor, al que había logrado ponerle base, pero no pudo coronar. Una vez de vuelta en su alma matter, Silva se hizo del grupo conocido como los “iluminados” (Bellolio, Macaya, Hoffmann, Coloma hijo, entre otros), y logró cimentar el primer paso para poner en carrera a Joaquín Lavín tras hacerse de la conducción del partido derrotando a la senadora Jaqueline van Rysselberghe.

De esta forma, la candidatura del ex ministro de Educación, lograba una base sustentable, considerando que la carta de la dirección saliente no estaba segura de su nominación. Pero una vez en competencia, lo de siempre, las moldeables convicciones del ex alcalde de Las Condes hicieron dudar a varios de mantener el apoyo irrestricto al eterno candidato.

El declararse socialdemócrata y luego intentar construir su relato con señales evidentes al sector más duro, que le reclamaba mejor representación, concluyó con un final que varios veían venir, y tiene que ver con una constante en su carrera política, puntear hasta el último momento y quedarse de brazos cruzados.

De esta manera tuvo descuelgues tanto públicos como privados y la UDI perdió en lo que se asumí como las más clara oportunidad -desde el retorno de la democracia- para llegar a La Moneda por “la puerta grande”. Y si bien el contexto pesa, los responsables también se tienen que hacer cargo, sostuvieron un par de militantes, quienes esperan explicaciones por el fracaso presidencial.

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