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Fiscalía y palitroques Opinión Créditos: Agencia Uno.

Fiscalía y palitroques

Jaime Jansana Medina
Por : Jaime Jansana Medina Abogado. Doctor en derecho. Presidente de la Liga de Defensores Penales y Penitenciarios de Chile. A.G.
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El juego entre la Corte Suprema, el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, para el nombramiento de Fiscal Nacional del Ministerio Público, es la muestra más dañina de degradación institucional. Más que un juego de salón, son la seguridad y la democracia las que están en riesgo. Sin embargo, en igual mediocridad que mi juego, los poderes públicos siguen botando palitroques sin hacer chuza o strike. La Suprema no se resuelve a hacer una quina nueva o, a lo menos, completarla, lo que en derecho corresponde. Esto ayudaría a exorcizar este macabro y devaluador procedimiento.


La muchachada de los 80 solía concurrir al bowling de Avenida Apoquindo. Otros, al existente en San Miguel. Era un tiempo muy singular. Este antiguo juego se percibía como algo nuevo. Una manifestación de modernidad en un provinciano país en medio de una dictadura. Allí aprendí que la chuza o strike era la acción de derribar todos los palitroques con una sola bola. Esto otorgaba el máximo puntaje. El boliche de Pedro Picapiedra tenía su expresión nacional, que nos hacía felices. No fui un gran jugador. Más bien mediocre o definitivamente malo. En consecuencia, la chuza me era francamente excepcional. La regla general es que dejaba varios palitroques en pie, botando alguno a pesar de las múltiples lanzadas en la pista de bolos. Pero eso solo afectaba mi vanidad. Sin causar daño a nadie.

El juego entre la Corte Suprema, el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, para el nombramiento de Fiscal Nacional del Ministerio Público, es la muestra más dañina de degradación institucional. Más que un juego de salón, son la seguridad y la democracia las que están en riesgo. Sin embargo, en igual mediocridad que mi juego, los poderes públicos siguen botando palitroques sin hacer chuza o strike. La Suprema no se resuelve a hacer una quina nueva o, a lo menos, completarla, lo que en derecho corresponde. Esto ayudaría a exorcizar este macabro y devaluador procedimiento.

El Poder Ejecutivo, sin justicia en el ministerio del ramo, imputa lo anterior a querellas entre los poderes públicos involucrados, y el Legislativo, incumbente a su pasado corrupto en las platas políticas y delictuales, intenta darse la seriedad de que careció en la elección anterior. Se abusó en el mayor sentido con el nombramiento de Abbott, el 2015. Allí se prefirió otro juego de salón: las cartas, pero con cartas marcadas. Finalmente, la administración de la Fiscalía, en el nombramiento de Abbott, se la llevó Costello. Hoy se pretende algo peor: exponer a los candidatos que quedan, en este baile de máscaras desolador a la dignidad humana. La sucesiva devaluación profesional y moral. La Defensa Penal requiere de un Ministerio Público serio. El Estado de derecho requiere poderes públicos serios. Las chilenas y chilenos, no merecemos este espectáculo que hipoteca el porvenir. Ni Palitroques ni Cartas. No se juega con el destino de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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