Publicidad
Detectar y abordar problemas emocionales en mascotas: cuidando su bienestar integral Mascotas

Detectar y abordar problemas emocionales en mascotas: cuidando su bienestar integral

Publicidad
Daniela Adonis
Por : Daniela Adonis Estudiante de Periodismo, Universidad Santo Tomás
Ver Más

La salud emocional de nuestras mascotas es un aspecto fundamental e importante para garantizar su bienestar general. En la medida en que los animales experimentan emociones, es crucial que sus dueños o tutores sean capaces de prestar atención a los posibles signos de problemas de este tipo.


Al despertar, lo primero que muchas de nuestras mascotas hacen es subir a la cama y, de un lametón, nos levantan. Al volver del trabajo, corren a saludar y mueven la cola en señal de felicidad después de una larga jornada sin encontrarnos. El plato de comida a punto de ser servido y ellos revoloteando en nuestro entorno porque aquello los emociona sobremanera, pero, ¿qué pasa si un día no están dando vueltas en nuestro entorno, no quieren comer o simplemente están en un rincón con la mirada perdida y sin querer jugar ni correr? 

¿Cómo reconocer si tu mascota tiene algún tipo de problema emocional? 

Los cambios en el comportamiento suelen ser uno de los indicadores más visibles; sin embargo, hay más factores que podrían evidenciar algún tipo de trastorno emocional o problema psicológico. 

El académico de la Escuela de Medicina Veterinaria y Director del máster en bienestar animal y etología aplicada de la Universidad de Las Américas (UDLA), Hernán Cañón, manifiesta que “lo principal, primero, es definir qué es una emoción en animales no humanos”, y, por ende, señala que “una emoción es un componente fisiológico descriptible de un sentimiento que se caracteriza por actividad en zonas específicas del sistema nervioso central con la liberación de hormonas y consecuencias periféricas, incluido el comportamiento. Las emociones pueden ser positivas o negativas, siendo estas últimas las de consulta habitual en medicina veterinaria como la ansiedad o la depresión”. 

Así mismo, el profesional añade que “los signos o síntomas incluyen cambios fisiológicos como la frecuencia respiratoria, cardiaca, cambios de niveles sanguíneos de algunas hormonas que muchas veces llevan a cambios en las conductas de nuestras mascotas”. 

El experto en bienestar animal expresa que “las emociones se caracterizan por cambios conductuales que pueden ser variados según el contexto, la edad de la mascota y características propias”, y manifiesta que “los cambios más comunes son vocalizaciones (aullidos, maullidos, gemidos, gruñidos), salivación excesiva, movimiento de cola o cuerpo, aumento o disminución de la actividad física, micción o defecación dentro del domicilio cuando antes no lo hacía y destrucción de objetos, agresión al humano, entre otros”.

Por su parte, Daniela Navarrete Talloni, etóloga y médico veterinaria, especializada en Neurociencias de Etopet Chile, comenta que en cuanto a los cambios conductuales de las mascotas pueden existir, por ejemplo, “cambios en la rutina de sueño (duermen más o duermen menos)”, enfatizando que incluso “algunos llegan a puntos de hipervigilia en los que, durmiendo, no descansan y están siempre atentos, aun intentando dormir”.

La etóloga clínica también comenta que “hay cambios relacionados con la motivación del juego (ya no quieren jugar), otros pacientes presentan problemas relacionados con la alimentación (no quieren comer su comida habitual)”. 

Factores que podrían desencadenar trastornos emocionales en mascotas

Es importante mencionar que hay ciertos tipos de factores que podrían desencadenar episodios emocionales o psicológicos en las mascotas y estos podrían ser un detonante para ellos. 

El profesional Hernán Cañón comenta que “las mascotas, como perros y gatos, son animales sociales y, por lo tanto, construyen grupos sociales establecidos, como las personas que habitualmente conviven y con el entorno cotidiano que habitan”, por lo cual los “cambios bruscos de lugar, como mudanzas, cambios de ambiente no predecibles por parte de las mascotas, pueden generar estrés y terminar en trastornos de la emoción como ansiedad o depresión” y añade que “a su vez, cambios en el entorno social, como la llegada de un nuevo y desconocido miembro en la familia o nueva mascota, puede ocasionar cuadros similares”.

Daniela Navarrete también señala que “normalmente las mascotas sufren procesos de adaptación a los cambios” y que “estos son procesos de estrés normales cuando se altera la rutina” y evidencia que “por características de personalidad y temperamento, algunos perros y gatos se estresan más y otros menos”, coincidiendo con el profesional Cañón en que “efectivamente, el cambio de ambiente genera un nivel de estrés que puede significar cambios en la conducta y si son mantenidos en el tiempo, pueden generar además, trastornos fisiológicos que se pueden manifestar como enfermedades”.

Interacción social y la relevancia del juego con las mascotas

La interacción social y el juego son fundamentales e incluso, son aspectos vitales para el bienestar emocional de las mascotas. Estas actividades no solo son divertidas, sino que liberan sustancias que generan placer y reducen en un porcentaje considerable la ansiedad. En particular, en el caso de los cachorros y gatos pequeños, la interacción temprana con otros de su especie y, a su vez, humanos, son cruciales para el desarrollo cognitivo y emocional saludable. 

El Médico Veterinario de la UDLA indica que es “sumamente importante que nuestras mascotas tengan interacciones sociales con animales de su misma especie y de otras especies, incluido el humano. Se conocen periodos críticos en el desarrollo en todas las especies donde es importante que estas interacciones ocurran. Por ejemplo, en perros y gatos, es importante que exista una buena interacción con otros animales de su misma especie antes de la madurez sexual y especialmente antes de las 12 a 16 semanas de vida. Estas interacciones incluyen conductas de

 juego y búsqueda” y hace hincapié en que “estas interacciones son importantes para la coexistencia normal con otros animales y el humano”.

¿Y si mi mascota tiene problemas emocionales?

Según ambos profesionales, lo primero y más importante es descartar enfermedades de base u otras patologías que pudiesen desencadenar problemas emocionales y que pudiesen compartir sintomatología clínica. Y posteriormente, tal como menciona la profesional de Etopet, Daniela Navarrete, “una vez descartada cualquier enfermedad, acudir a un etólogo clínico para ver, de acuerdo a las rutinas de la familia, la mejor forma de ayudar a la mascota a restablecer su equilibrio”.

Por otro lado, Cañón señala que posterior a la evaluación médica “se realizan pruebas etológicas para determinar el tipo y magnitud (de la patología) que tiene la mascota, y que puede incluir la toma de exámenes adicionales. Con esta información, se puede planificar un tratamiento que puede consistir en terapia farmacológica, si el cuadro emocional es muy agudo, en conjunto siempre con terapia psicológica de tipo cognitivo-conductual”, concluyendo en que “la mayoría de los problemas emocionales se resuelven con terapia cognitiva-conductual”.

No se puede olvidar que los trastornos psicológicos y emocionales de las mascotas también pueden variar según su raza, tamaño y edad, así como también las necesidades que tiene cada mascota en su cotidianidad. El experto de la UDLA manifiesta que “se conoce que diferentes tipos de razas pueden presentar distintos problemas emocionales. Esto ha sido relacionado fundamentalmente con entregar las necesidades propias de cada una de ellas y en general al uso histórico de cada raza”, ejemplificando que las “razas grandes que han sido desarrolladas para la caza o búsqueda de presa, necesitan una mayor cantidad de tiempo en entrenamiento y ejercicio físico, como también un espacio adecuado, que si no se les otorga pueden desencadenar cuadros emocionales negativos como ansiedad, depresión, trastornos obsesivos compulsivos, entre otros”.

¿Qué hacer con una mascota con trastornos emocionales?

Hernán Cañón menciona que “actualmente existen etólogos clínicos, profesionales calificados capaces de resolver problemas emocionales y salud mental de mascotas, principalmente médicos veterinarios. Estos profesionales poseen el conocimiento ya que se han capacitado y estudiado estudios de postítulos o posgrado que los capacitan para resolver los problemas de nuestras mascotas con metodologías y técnicas basadas en evidencia científica moderna”.

Por otro lado, Navarrete señala que existen “algunos productos de aromaterapia que podrían ayudar a generar una disminución de la ansiedad en determinados casos, pero siempre lo primero es descartar que haya problemas de base, y después pedir asesoría con un etólogo para ver la mejor opción para ese perro o gato en lo específico”.

La detección temprana y el abordaje adecuado de los problemas emocionales en las mascotas son esenciales para su bienestar a largo plazo. Con un enfoque personalizado y especializado, es posible encontrar soluciones adaptadas a cada animal, mejorando su calidad de vida y fortaleciendo el vínculo entre las mascotas y sus tutores.

Publicidad

Tendencias