En el cuidado veterinario, la sedación de mascotas es un proceso crucial, desde simples exámenes hasta intervenciones complejas. Sin embargo, su aplicación conlleva riesgos, lo que ha impulsado la búsqueda de alternativas naturales.
La sedación en mascotas tiene un papel esencial para el cuidado y tratamiento en salud animal. Este tipo de procesos es fundamental para intervenciones que pueden ir desde simples exámenes hasta cirugías con un mayor grado de complejidad. Este procedimiento veterinario se compone de diversas etapas, siendo cada una igual de importante para asegurar la seguridad y el bienestar de nuestros animales.
El proceso general de anestesia o sedación se divide en cuatro fases distintas: premedicación (se incorporan los sedantes), inducción, mantenimiento y recuperación. Alicia Plaza Bobadilla, parte del equipo de profesionales de Lopapharma y médico veterinario de la Universidad de Chile, comenta que en “general la sedación para mascotas es una ayuda en distintos procesos; puede ser la anestesia general de un paciente, donde la primera fase, que es la fase de premedicación, en la cual se usan este tipo de sedantes como parte de un protocolo o un procedimiento anestésico, busca generalmente ciertas condiciones en el animal, por ejemplo: que se relaje muscularmente, generar analgesia o que se cedan propiamente”.
Entre los diferentes tipos de sedantes empleados en animales, dos de los más comunes son la acepromazina y las benzodiacepinas. La acepromazina, conocida por su efecto de sedación suave, es uno de los fármacos más utilizados. Sin embargo, su aplicación conlleva ciertos riesgos, como la posibilidad de inducir hipotermia o hipotensión.
Además, puede aumentar la percepción de sonidos y desencadenar reacciones adversas, incluyendo convulsiones en animales propensos a ellas. Es crucial recalcar que cualquier uso de este tipo de fármacos debe ser supervisado por un médico veterinario debido a sus riesgos potenciales.
La profesional de la salud animal es enfática en señalar que “el sedante que más se conoce por esta época es la acepromacina. Esta se caracteriza porque tiene un efecto suave de sedación, tiene poca relajación muscular y proporciona analgesia. Trabaja a través del sistema central, bloquea los receptores dopaminérgicos, excitatorios, es antiemético (que sirve para contener el vómito), pero igual puede producir hipotermia o hipotensión, entonces eso es bastante complejo, es complicado y no se recomienda en un montón de pacientes, por ejemplo, en braquicéfalos”.
Es sumamente importante recalcar que este tipo de sedación es peligrosísima si se consume sin supervisión profesional, tal como los venden hoy en día, de manera tan liviana en los locales comerciales para evitar, por ejemplo, la exaltación en las mascotas por los fuegos artificiales en estos tiempos festivos.
Las evaluaciones previas a cualquier procedimiento que requiera sedación son fundamentales para determinar la idoneidad del animal. Se realizan análisis sanguíneos, se examinan las funciones hepáticas, renales y de coagulación, y se evalúa la condición cardíaca para garantizar la seguridad del paciente durante el proceso de sedación y procedimiento quirúrgico.
La especialista indica que “en todo proceso que implique una sedación, hay que hacer estudios adecuados donde se puedan detectar algún problema, por ejemplo, cardíaco, para que ese animal pueda ser monitoreado durante todo el proceso de sedación y evaluar si es posible hacer el procedimiento quirúrgico”.