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Estudio tantea posibilidad de que carne in-vitro sea peor para medioambiente Sustentabilidad

Estudio tantea posibilidad de que carne in-vitro sea peor para medioambiente

Azarías Flores Monsalve
Por : Azarías Flores Monsalve Estudiante de periodismo U. de Chile
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A principios de la década, la idea de productos cárnicos cultivados se relacionaba tanto a un consumo más ético de carne como a disminuir el impacto medioambiental que significa la industria ganadera tradicional. Sin embargo, existe la posibilidad de que sólo pueda concretarse la segunda.


A pesar de que en el corto plazo la contaminación generada por carnes cultivadas sería menor a la de la industria ganadera tradicional, en un marco de tiempo mayor no sería necesariamente amigable para el medioambiente. Esa sería la interrogante que plantea un estudio realizado en la Universidad de Oxford y publicado en Frontiers in Sustainable Food Systems.

La premisa que sustenta las dudas es el tipo de emisiones que genera la industria ganadera y los laboratorios que estudian una alternativa. Mientras que la primera genera el 35% del gas metano liberado al ambiente -y que es responsable por el 15% del efecto invernadero-, la segunda produce dióxido de carbono.

El problema reside en que es difícil asegurar que las emisiones de CO2 son preferibles a las de metano ya que estas, si bien atrapan 10 veces menos calor que los gases producidos por los animales, rondan la tierra casi 100 años. Opuesto a la permanencia del metano, que solo permanece 12 años.

Sin embargo, los mismos autores admiten que los resultados no son concluyentes. Basados en estudios anteriores, reconocieron que su trabajo se basa en premisas importantes. John Lynch, autor y director del análisis, utilizó un modelo que presupone un estudio de tiempo de mil años de producción de carne cultivada. Junto con ello, establecieron que esta potencial industria ocuparía energía proveniente de fuentes fósiles, al igual que la mayoría de las grandes empresas.

Menos industria, menos transparencia

La razón por la que debieron utilizar presuposiciones tan grandes fue porque no existe la información necesaria para realizar estudios concluyentes. Ninguna de las empresas y laboratorios dedicados a la investigación de este tipo de carnes cuenta todavía con instalaciones para su producción industrial.

Actualmente, el costo de producción de una sola hamburguesa cultivada es de 10 dólares, diez veces más de lo que cuesta una tradicional. Por lo mismo, los pioneros de la potencial industria se encuentran absortos en la investigación antes que la producción, así puedan entregar productos que sean competitivos comercialmente.

Junto con esto, también existe la poca voluntad por parte de las empresas en transparentar información. «Ellos no dicen lo que están haciendo y no lo presentan tampoco en conferencias, así que no soy capaz de seguirles el paso completamente», dice Hanna Tuomisto, autora de uno de los trabajos citados el año 2011. «Creo que son muy optimistas».

Esto se debe a que algunos procesos son parte de la propiedad intelectual, y las compañías no son amigables para ceder información a los investigadores. Revelar información sobre sus procesos de producción puede dejarlos en una posición sensible frente a la competencia.

Dentro de las conclusiones del estudio, los investigadores reconocen la necesidad de utilizar fuentes de energía renovables y considerar la huella de carbono que conlleva una potencial industria, especialmente si se plantea eliminar la emisión de gases que potencien el efecto invernadero. Si bien Lynch y su equipo no aseguran que la producción de carne cultivada sea dañina para el medioambiente, invita a tampoco asumir que será necesariamente sustentable.

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