El uso inteligente de la energía disminuye la huella de carbono (CO2) en el efecto invernadero, protegiendo a la fauna, flora y al hombre, y favorece también la economía familiar.
Cada 14 de febrero se celebra el Día Mundial de la Energía. Este día se designó en 1949 con el objetivo de reducir el uso de energías fósiles y fomentar las fuentes 100% renovables, además de concienciar a la población sobre la necesidad de hacer un uso eficiente de los recursos energéticos.
Disminuir el consumo de energía en el lugar donde se vive se traduce en un ahorro para la economía familiar. Además, con ello se contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, principal causa del cambio climático. Sin embargo, en este punto es importante conocer la diferencia entre eficiencia energética y ahorro energético. El primero es una metodología aplicada a los procesos, sin bajar conforts o estándares de calidad, mientras que el ahorro energético es bajar el consumo en desmedro de estándares o conforts.
La energía es el combustible del mundo moderno. Pero los problemas climáticos y ambientales nos obligan a repensar la manera en que utilizamos la energía en la vida diaria. En este contexto, Sodexo da una serie de recomendaciones para lograr tener hogares que potencien la eficiencia energética y sean más sustentables: