Salud
La hipertensión, el infarto al miocardio y los accidentes cerebrovasculares figuran entre las dolencias más comunes en Chile. En este contexto, expertos destacan la importancia de reducir el sedentarismo y mejorar los hábitos alimenticios como medidas preventivas para reducir el riesgo de infartos.
Según revela la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2021, el sedentarismo se ubica entre las primeras características de la población con un 86,7%. Seguido por condiciones de sobrepeso (39,8%) y en tercer lugar el tabaquismo activo (33,3%). Le sigue la hipertensión (27,6%), diabetes (12,3%) y el consumo riesgoso de alcohol (11,7%).
Estas cifras son preocupantes ya que estas condiciones son uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardíacas.
Dolor o molestia en el pecho que puede durar varios minutos o aparecer y desaparecer, junto con molestias en otras partes del cuerpo, tales como extremidades superiores, cuello, mandíbula, espalda y dificultad respiratoria son algunos de los síntomas más frecuentes de problemas cardíacos.
“Si la persona experimenta alguno de estos, es importante que recurra en búsqueda de atención médica inmediata, dado que el tiempo es crucial para un tratamiento efectivo de un infarto al corazón”, aclara el doctor de Nueva Clínica Cordillera, Raul Sued.
Un estilo de vida basado en el consumo de alimentos altos en azúcares y grasas saturadas está relacionado con el desarrollo de enfermedades tales como la hipertensión y diabetes, las cuales se asocian con la aparición de patologías cardiovasculares, en este sentido el Dr. Raul Sued señala que “una alimentación deficiente no solo impactará en el corazón, sino también en todos los órganos y sistemas que desempeñan un papel vital en las funciones esenciales del cuerpo”.
Actualmente, la población chilena presenta una alta prevalencia en enfermedades del corazón debido a los factores de riesgo y el estilo de vida. Además de la alimentación, el profesional añade que es esencial llevar a cabo alguna forma de ejercicio físico, al menos tres veces por semana durante 30 o 35 minutos como también seleccionar alimentos en su estado más natural, acompañados de frutas y verduras, y evitar el consumo excesivo de grasa saturada, que a menudo se encuentra en productos envasados.
Elizabeth Luna, nutricionista del Programa Equilíbrate de Sodexo, entrega una serie de recomendaciones para prevenir la aparición de estas enfermedades.
“La alimentación suficiente y equilibrada es fundamental en la prevención de este tipo de enfermedades. Cuando se habla de una dieta balanceada se refiere a abundante consumo de frutas y verduras, incluir a la dieta diaria proteínas magras, reducción en el consumo de sodio, limitar el
consumo de alcohol y azúcares refinados, entre otros”, explica Luna.
Algunos de los alimentos que la profesional recomienda restringir son las grasas saturadas y trans, como carnes grasas y/o procesadas, productos lácteos enteros, alimentos fritos y productos horneados que contienen grasas hidrogenadas, alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares
añadidos, como bebidas, dulces, pasteles y cereales azucarados, además de la ingesta de sodio limitando el consumo de alimentos procesados y enlatados.
Según datos de la Organización de la Salud (OMS) el 80% de las ECV se pueden prevenir si mantenemos un estilo de vida saludable, como realizar actividad física regular, no fumar, gestionar el estrés, tener un sueño adecuado, asistir a control médico de forma regular, participar de actividades recreativas y tener una hidratación adecuada.
El llamado es a tomar conciencia de la salud cardiovascular y tener presente que la prevención comienza en la gestación, y continúa a lo largo de toda la vida.
