Salud
El fin de año suele ser un momento de alegría y unión para muchas familias y amigos. Sin embargo, detrás de tanto festejo, también hay otros que cargan con una batalla agobiante y que en este periodo puede exacerbarse: la depresión.
Las celebraciones de término de año están marcadas por las risas, carcajadas y un conjunto de emociones positivas que emanan del festejo familiar. Sin embargo, detrás de aquellos que lo pasan bien y disfrutan de las celebraciones, están aquellos que luchan incansablemente con la depresión y sus diversas sintomatologías que llevan a que esta época pueda representar un desafío abrumador y cansino.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el problema del suicidio a nivel global ha registrado más de 700,000 casos anuales. En Chile, la situación es especialmente preocupante, con una tasa de 10,3 suicidios por cada cien mil habitantes, esto en el año 2022, una de las más altas en Latinoamérica (OMS).
Néstor González, psicólogo y docente de la Universidad del Alba, comenta que durante estas festividades, las personas afectadas por la depresión se encuentran con desafíos específicos: “Estrés por agendas apretadas, las obligaciones festivas pueden ser abrumadoras, aumentando el estrés y exacerbando la depresión”.
“Presiones sociales y familiares, las expectativas de reuniones familiares y sociales pueden generar ansiedad y acentuar la sensación de soledad. Dinámicas familiares difíciles, los conflictos y tensiones familiares pueden ser particularmente estresantes durante las festividades”, detalla.
“Depresión estacional, el cambio estacional, con días más cortos y oscuros, puede agravar los síntomas de la depresión, o recuerdos traumáticos de festividades pasadas, experiencias negativas previas durante las festividades pueden desencadenar emociones dolorosas”, complementa.
Aunque las festividades suelen traer más compromisos sociales y familiares, para algunos puede ser un momento doloroso, especialmente si han perdido seres queridos o se sienten solos. Por lo tanto, sin duda, es fundamental prestar atención a ciertas señales de alarma en caso de que sucedan.
El profesional de la salud mental enfatiza en que los “cambios en el comportamiento, como la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, ansiedad constante y problemas de sueño, pensamientos intrusivos o de autolesión, y un estado de ánimo persistentemente bajo” pueden ser signos de estar pasando por una situación complicada, añadiendo que en estos casos es fundamental “estar atentos a estos signos y ofrecer un oído comprensivo, puede ser de gran ayuda”.
Es importante, según el experto, encontrar maneras de lograr gestionar el estrés provocado en esta época, con el objetivo de mantener un equilibrio emocional para poder enfrentar este periodo del año en el que el estrés suele aparecer duplicado.
El docente indica que “es crucial priorizar el autocuidado, ajustar las expectativas a una realidad más manejable, buscar el apoyo de seres queridos y profesionales de la salud mental, y enfocarse en actividades que aporten alegría y satisfacción personal. Es importante recordar que la temporada no tiene que ser perfecta y que está bien decir ‘no’ a compromisos excesivos, buscar conexiones significativas en lugar de obligaciones y reducir el tiempo en redes sociales para evitar comparaciones dañinas, son estrategias clave”.
En tiempos festivos, la empatía y el cuidado pueden ser regalos invaluables. Apoyarse mutuamente, mantener nuestros oídos abiertos y ofrecer comprensión a aquellos que puedan estar atravesando momentos difíciles, puede convertir estas festividades en un periodo de apoyo, conexión y fortaleza emocional para todos.
