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Banca portuguesa sigue adicta al financiamiento del Banco Central Europeo


Los bancos portugueses siguen dependiendo del financiamiento del Banco Central Europeo aun cuando están tratando de desengancharse del prestamista de último recurso.

Los préstamos del BCE se redujeron a 49.510 millones de euros (US$64.000 millones) el mes pasado, un 0,4 por ciento menos que en enero, informó el Banco de Portugal el 12 de marzo. Si bien esa fue la suma más baja en un año, el dinero del BCE todavía representa en Portugal un mayor porcentaje de los activos de la industria financiera que en Irlanda, epicentro de la peor crisis bancaria de la región euro hasta la fecha.

“Estamos pagando la cuenta del crecimiento sobre la base de una deuda excesiva en el país”, señaló Carlos Peixoto, analista de Banco BPI SA de Oporto, la segunda ciudad de Portugal. “No podemos volver a eso o estaremos alimentando la próxima burbuja”.

Mientras el país se esfuerza por seguir a Irlanda y regresar al mercado de bonos, el que el dinero fluya a través de los bancos limita la capacidad de gobierno para remediar la profundización de la recesión y el aumento del desempleo. El rendimiento de los bonos portugueses a diez años cayó un punto porcentual este año, aunque ayer estuvo en 6,04 por ciento frente a un 4,15 por ciento para la deuda de similar vencimiento que vendió Irlanda la semana pasada.

La línea de crédito del BCE a los bancos portugueses en enero era de 49.700 millones de euros, o 9 por ciento de sus activos totales, según los datos del banco central que reunió Bloomberg. España depende del financiamiento para el 9,9 por ciento de sus activos, con una cifra de 6,1 por ciento para Irlanda.

Desprenderse del BCE

“No veo que la exposición de los bancos portugueses a los préstamos del BCE vaya a reducirse de manera significativa a corto plazo”, opinó Andre Rodrigues, analista de Caixa Banco de Investimento de Lisboa. “Incluso podría aumentar ligeramente en marzo y abril”.

Banco Espirito Santo SA, el mayor banco portugués que cotiza en bolsa, planea reducir “gradualmente” su necesidad de financiamiento del BCE, dijo el director de finanzas Amilcar Pires el 8 de enero. Paulo Tome, portavoz del banco, no accedió a formular más comentarios cuando ayer se lo llamó por teléfono.

Banco Comercial Portugues SA, el segundo mayor prestamista, también aspira a reducir la cantidad de fondos que recibe del BCE en el mediano plazo, declaró ayer el portavoz Erik Burns.

A más largo plazo, el porcentaje de dinero proveniente del BCE podría descender a alrededor del 5 por ciento del activo, según Peixoto de Oporto. Primero, el país y sus bancos deben poder captar dinero en el mercado de manera confiable.

Que algunos bancos portugueses hayan podido volver a los mercados es “una buena noticia, pero el problema es el costo”, dijo Antonio Ramírez, analista de Keefe Bruyette Woods Ltd. de Londres. “Es muy improbable que los precios bajen a un nivel que justifique que los bancos devuelvan todo el dinero al BCE”.

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