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Los bonos de Hollande sin AAA igual brillan más que el oro


Poco pudieron hacer la baja en la calificación de crédito, la recesión y el bache presupuestario para el asombro del presidente François Hollande para que se impidiera que los bonos franceses quedaran opacados por el oro.

Los inversores que compraron bonos franceses cuando Standard Poor’s le bajó la calificación máxima al país el 13 de enero del año pasado se anotaron un 12 por ciento de ganancias en la pizarra, lo que significa casi el triple de las que se obtuvieron con la deuda alemana. El oro, del que algunos inversores pregonan que es el activo más seguro del mundo y receptor potencial cuando a los gobiernos AAA les bajen la calificación, perdió un 17 por ciento en el curso del período.

Este mes, la rentabilidad arrojada por los títulos de deuda del gobierno francés tropezó contra su mínima récord del 1,659 por ciento. Los estímulos sin precedentes que otorgaron los bancos centrales, entre los que se contaban el recorte a las tasas de interés y la compra de activos, deterioran la rentabilidad de los bonos con calificación más alta, lo que fuerza a los inversores a hacer caso omiso de la calificación de crédito y las fallas que presentan los fundamentos económicos de Hollande en pro de ganancias más elevadas. El mercado de bonos de Francia, que es el segundo en importancia en Europa y se sitúa detrás del de Italia, también le ofrece a los inversores la tranquilidad de poder salir del mercado sin dificultades.

“Los bonos franceses son, en esencia, débiles, pero captan una demanda fuerte”, dijo Soeren Moerch, titular de operatoria de renta fija en el Danske Bank A/A, de Copenhague. “Francia puede estar en peligro de que le bajen más calificaciones, pero eso no tiene importancia, siempre que afuera haya una cantidad enorme de dinero que busque ganancias. Francia forma parte de una historia global de incrementos en la liquidez y de tomar ganancias”.

Desatender a las calificaciones

Este año, los bonos franceses superaron a los títulos de deuda europeos que tenían mayor calificación y dieron una ganancia del 1,5 por ciento, según los datos recabados por Bloomberg y por la Federación Europea de Sociedades de Analistas Financieros. Los títulos AAA de Alemania rindieron un 0,4 por ciento, los de Países Bajos ganaron un 0,3 por ciento y los de Finlandia un 0,6 por ciento. A Francia Standard Poor’s le quitó la calificación máxima el año pasado y Moody’s Investors Service lo hizo en febrero.

El mercado francés de 1.420 billones de euros (US$1.830 billones) es más grande que los mercados de deuda austríaco, finés y danés tomados en su conjunto, según los datos provenientes de las respectivas calificadoras de riesgo.

La rentabilidad de la deuda soberana se movió en la dirección contraria a lo que indicaban las calificaciones en el 53 por ciento de 32 subidas, bajadas y perspectivas de cambios en el crédito, según los datos recabados por Bloomberg en diciembre. Esto es peor que el promedio a largo plazo del 47 por ciento, que se basa en más de 300 cambios operados desde 1974. El año pasado, los inversores hicieron caso omiso del 56 por ciento de las calificaciones y los cambios de perspectiva de Moody’s, y del 50 por ciento de estos mismos que había pronosticado S&P, según mostraban los datos.

Pierde el brillo

Warren Buffett, que es el tercer inversor más rico del índice de multimillonarios Bloomberg Billionaires Index, tomó la decisión correcta respecto del oro cuando le advirtió a los inversores que lo evitaran en la carta anual que le dirigió a los accionistas el año pasado, pero el escepticismo que mantiene respecto de los títulos de deuda no encuentra fundamento hasta el momento. Este mes, el máximo responsable ejecutivo de Berkshire Hathaway Inc. (Omaha, Nebraska) le dijo a Bloomberg Television que lo lamentaba por los inversores en renta fija, porque la renta de los títulos de deuda corporativos era tan baja.

Los precios del oro, que generaron ganancias durante los últimos doce años en lo que fue la corrida alcista más larga que tuvo lugar en nueve decenios, tuvieron el quinto lugar en lo que a peor desempeño se refiere entre los 24 artículos básicos medidos en el índice S&P GSCI desde enero del año pasado, cuando Francia perdió la máxima calificación de riesgo. El S&P GSCI perdió un 3 por ciento en el curso de ese período, contra la ganancia del 5,06 por ciento que se generó para los títulos de deuda del gobierno, según el índice de gobiernos globales Global Government Index, de Bank of America Merrill Lynch. Las obligaciones negociables devolvieron una ganancia del 11,6 por ciento.

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