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Draghi decepciona en tanto el poder de fuego del BCE se convierte en una hoja de parra

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El presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi no correrá al rescate de los bancos y la economía de Europa esta vez.

Casi un año después de que su promesa de hacer “todo lo que haga falta” para proteger el euro tranquilizó a los inversores y a un mes de rebajar las tasas de interés, Draghi ayer indicó que los gobiernos, y no el BCE, deben hacer más para combatir la recesión y aumentar el crédito a las empresas de los países escasos de efectivo como España.

Mientras pronosticaba una reanudación del crecimiento para fin de año, el hecho de que Draghi mantuviera el status quo provocó una caída de los bonos y un alza del euro en tanto los inversores cuestionaron la firmeza del BCE en la lucha contra la crisis, que antes había dado lugar a que el presidente recibiera el apodo de “Super Mario”.

Los rendimientos de los bonos españoles e italianos a diez años dieron un salto al nivel más alto en seis semanas, mientras que los costos de endeudamiento de Alemania a dos años treparon al nivel más alto desde febrero.

“La liquidación muestra la decepción por la falta de acción del BCE”, dijo Ciaran O’Hagan, responsable de estrategia de tasas europeas de Société Générale SA de París. “Draghi mencionó muchas medidas posibles, sólo para concluir que eran demasiado duras. Los inversores ven lo que dice el BCE como lo que es, una hoja de parra”.

Riesgos de recesión

Draghi declaró que actualmente el banco central no ve motivos para “la acción inmediata” luego de dar una lista de medidas posibles, como la de cobrar a los bancos por dejar el dinero en depósito en él y prestar dinero a las instituciones a largo plazo. El consenso de los 23 miembros del Consejo de Gobierno del BCE ayer dejó la tasa clave en un mínimo récord de 0,5 por ciento aun cuando los datos de esta semana confirmaron la recesión más larga desde que el euro comenzó a cotizar en 1999. El banco rebajó sus pronósticos para este año, indicando que la economía se contraerá 0,6 por ciento y la inflación se acelerará un 1,4 por ciento.

Ese telón de fondo basta para mantener al BCE fuera de la cancha, dijo Nick Kounis, responsable de investigación macro de ABN Amro Bank NV de Amsterdam. “Los mercados financieros interpretaron que Draghi era de línea relativamente dura, con las expectativas de tasas a corto plazo, los rendimientos de los bonos y el euro todos en alza”, señaló Kounis. “Sin embargo, el BCE claramente tiene una tendencia a la flexibilización”.

Mientras que anteriormente el BCE había fomentado la idea de que el BCE ayudaría a reactivar el mercado de valores respaldados por activos y retocaría su marco de garantías para facilitar el acceso de los bancos al efectivo, Draghi ayer informó que ese no era un plan de corto plazo. En cambio, dejó en manos de los gobiernos la responsabilidad de actuar para recapitalizar las instituciones de préstamo antes de que se ofrezca cualquier ayuda del banco central.

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