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Nosotras somos La Manada Yo opino

Nosotras somos La Manada

Laura Quintana
Por : Laura Quintana Periodista. Coach Ontológico y Mentora. Fundadora de El Mostrador Braga. Experta en comunicación estratégica, género e inclusión. Sígueme en Instagram @coachdevida_lauraquintana.
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La violencia contra la mujer, en todas sus formas, es la expresión más baja de la inseguridad humana. El aprovechamiento de los privilegios otorgados por la sociedad patriarcal, sólo a algunos o algunas que profesan su visión y siguen sus reglas, provocan una brecha contra la que debemos luchar, aunque no nos alcance la vida para ver los resultados.


Vivimos en un mundo muy peligroso para ser mujer, un mundo donde José Ángel Prenda, Alfonso Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero, Jesús Escudero y Ángel Boza, conocidos como “La Manada”, fueron condenados a sólo nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado, pero no de violación grupal —castigado con una pena de 20—, en contra de una chica de 18, en medio de las fiestas de San Fermín en Pamplona, el año 2016, ya que “no se dio ni uso de la violencia ni intimidación”, como si no fuera intimidatorio ni violento que cinco tipos se te tiren encima, te arrojen al suelo y te obliguen a hacerles una fellatio, mientras te sacan la ropa, para luego festinar por whatsapp entre amigos: “Buenos días, follándonos a una entre los 5… Todo lo que cuente es poco. Puta pasada de viaje. Hay video”. ”Cabrones os envidio. Esos son los viajes guapos”, responden los otros.

La violencia contra la mujer, en todas sus formas, es la expresión más baja de la inseguridad humana. El aprovechamiento de los privilegios otorgados por la sociedad patriarcal, sólo a algunos o algunas que profesan su visión y siguen sus reglas, provocan una brecha contra la que debemos luchar, aunque no nos alcance la vida para ver los resultados.

Debemos condenar sin transar cuando quedan impunes hechos como este o como el de Nabila Riffo, donde se consideró pertinente conocer la vida sexual anterior de la víctima, mientras que el abogado defensor hacía hincapié en que ella estaba borracha. La pena de su agresor —al igual que la de los cinco españoles— fue rebajada porque no la mató de inmediato, porque se consideró que los golpes de piedra en la cabeza que le propinó no buscaban acabar con su vida, sino sólo infringir lesiones graves.

A pesar del escenario tan adverso y desalentador, de la inseguridad de tan solo salir a la calle y precisamente porque podemos ser esa chica, porque somos esa chica y somos Nabila Riffo es que nosotras somos “La Manada”, las que no callamos, las que seguiremos denunciando y que cada día, todos los días, condenaremos estos hechos.

Hombres y mujeres que busquen la igualdad de derechos son los que construirán un futuro de paz social y equidad en que no exista el “sexo débil”. Un espacio de seguridad y respeto para todas y todos, en un mundo en que no seremos asesinadas, abusadas, violadas, discriminadas ni sometidas por el sólo hecho de ser mujeres.

Y espero que cada uno de esos agresores se enteren que no hay vuelta atrás, que tal como escribió Virgine Despentes en su libro Teoría King Kong: “El feminismo no se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a los pequeños derechos adquiridos de los hombres, sino de dinamitarlo todo”.

Nosotras somos “La Manada”. Si nos atacan a una, respondemos todas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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