Cuba era de los pocos países que no practicaba el boxeo femenino entre las 202 naciones afiliadas a la Asociación Internacional de Boxeo. La vicepresidente del Instituto de Deportes (INDER), Ariel Saínz, afirmó que el nuevo Código de las Familias, un conjunto de normas que buscan eliminar la discriminación contra la mujer y la comunidad LGBT+, influyó en la decisión de incorporar a mujeres en la disciplina.
Cuba, la potencia olímpica y mundial del boxeo aficionado, abrió sus puertas para que las mujeres participen en torneos oficiales por primera vez desde la revolución de Fidel Castro en 1959, dijeron el lunes autoridades del deporte.
La isla caribeña, considerada la cuna del boxeo masculino, ha ganado 41 medallas de oro en los Juegos Olímpicos desde la versión de Munich 1972 hasta Tokio 2020, encabezando las listas mundiales.
«La práctica del boxeo femenino en Cuba va a ser bien acogida y nos va a ponderar en el medallero internacional”, dijo en conferencia de prensa la vicepresidente del Instituto de Deportes (INDER), Ariel Saínz.
Cuba era de los pocos países que no practicaba el boxeo femenino entre las 202 naciones afiliadas a la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés).
Saínz dijo que el nuevo Código de las Familias, un conjunto de normas que buscan eliminar la discriminación contra la mujer y la comunidad LGBT+ en la cultura machista de la isla, influyó notablemente en la decisión.
“Tenemos un documento que pondera la igualdad entre el hombre y la mujer”, añadió.
Afamados púgiles cubanos, desde el tricampeón olímpico ya fallecido Teófilo Stevenson y los multicampeones Félix Savón y Julio La Cruz, han catapultado a la isla a planos estelares.
El Comité Olímpico Internacional (COI) había anunciado desde el 2009 la admisión del boxeo femenino en su programa. Tres años después, las mujeres debutaron en Londres 2012 y más tarde en Río de Janeiro 2016 y en Tokio 2020.
“Hemos perdido tiempo, pero lo vamos a recuperar”, dijo Alberto Puig, presidente de la Federación Cubana de Boxeo.
Aunque no precisaron detalles, el boxeo femenino era visto por las autoridades locales con preocupación al considerarse demasiado violento.
Sin embargo, en la isla las mujeres compiten en lucha, halterofilia, kárate, taekwondo y judo. En La Habana, tres de las boxeadoras que se entrenan a diario luego de siete años se colocaron de inmediato los guantes al conocer la noticia. Otras, en cambio, han decidido emigrar.
“Este es un gran sueño. Han sido años de sacrificio y como que se me apagaba la llama del boxeo”, dijo animada Legnis Cala, una espigada boxeadora zurda de 57 kilos que golpeaba un saco de arena en un gimnasio de la Habana Vieja.