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Goran Bregovic: «Antes de la guerra, yo en mi país era un rockstar»

Músico serbio ofrecerá tres conciertos masivos y gratuitos en Chile, en los que presentará su espectáculo »Orquesta para bodas y funerales», que según explica, "es exactamente la música para las personas que tienen la película en su cabeza".


"No vamos a hacer rock & roll", dice el músico serbio Goran Bregovic sobre los conciertos que ofrecerá este viernes a las 20:30 horas en la playa chica de Cartagena, el sábado 19 a la misma hora en la población La Bandera y el domingo 20 a las 21:30 horas en el Parque Araucano. "Espero poder ofrecer mi mejor concierto", dice sobre las presentaciones, que se enmarcan en las actividades del Festival de Teatro Santiago a Mil.



En las tres citas, Bregovic tocará -junto a integrantes de la Orquesta Filarmónica de Santiago y del coro del Teatro Municipal de Santiago- algunas canciones que ha compuesto para las películas de Emir Kusturica, música litúrgica de la obra "Mi corazón se volvió tolerante" y también las composiciones de su disco "Orquesta para bodas y funerales", las que considera "como una banda sonora de una película, pero no existe la película. Es exactamente la música para las personas que tienen la película en su cabeza. Estas son las músicas de las películas que habitan mi cabeza".



"Considero mi música para una audiencia madura", dice Bregovic sobre las funciones que ofrecerá, todas de carácter masivo y popular. "Quizás soy el primer compositor contemporáneo de música balcánica en presentarse aquí. Es muy lejos de dónde yo vengo y debo llevar souvenirs para todo el mundo desde Chile. Honestamente, todavía no conozco a nadie que haya estado en Chile", cuenta.



"Para mí, saber que tengo la posibilidad de tocar mi música en Chile es una cosa muy grande. Creo que no existe un compositor contemporáneo que haya tocado en lugares tan extraños como los que yo he tocado", asegura Bregovic, convencido de que las distancias geográficas y las diferencias culturales no serán obstáculo para que el público perciba sus composiciones.



"Científicamente, la música se considera el primer lenguaje humano. Con la música puedes hacer lo que no puedes por otros medios como el idioma, la política o la religión. Espero que a través de este lenguaje nos entendamos bien, incluso si yo vengo de un lugar muy lejos de acá", dice.



Un monstruo hermoso



Pese a las distancias y las diferencias, la música gitana congrega grandes audiencias en Latinoamérica, algo que Bregovic explica diciendo que éstas "son músicas muy honestas. Actualmente, la honestidad no es algo que uno vea a cada rato en el mundo. No puedo explicármelo de otra manera. Hoy en día con Internet, la gente puede conocer compositores aún más raros que yo", dice.



Es que la música del serbio se caracteriza por la mezcla de diversos elementos, algo que él mismo explica por su lugar de procedencia. "Soy de Sarajevo, que durante cinco siglos fue la única frontera existente entre católicos, ortodoxos y musulmanes. Entonces provengo de un lugar oscuro. Vengo de Europa, pero de un lugar muy particular, de un ‘lugar de atrás’. Entonces mi música suena un poco ‘de atrás’ en relación a la música contemporánea europea", cuenta.



A Bregovic la guerra no lo pilló. En esos entonces ya estaba en Paris, y fue justamente un día en que lo había perdido todo cuando le propusieron componer la música para una película por primera vez. El filme era "Tiempo de Gitanos", de Emir Kusturica. "Antes de la guerra, yo en mi país era un rockstar. Hice la música para las primeras películas por amistad, ese no es un trabajo para un rockstar, porque no hay ni tanto dinero ni tanta gloria. Ahí comenzó el período en que trabajé en eso, pero hace diez años que no estoy en ese contexto", cuenta.



Sin embargo, la lejanía de su tierra no lo hizo olvidar sus eclécticos orígenes. "Tenemos una historia terrible a causa de esta frontera. Ser compositor y haber nacido en un lugar como éste quiere decir que yo ya he nacido en un lugar donde todo está mezclado. Ustedes van a encontrar (en los conciertos) las huellas de la música religiosa cristiana, ortodoxa y musulmana, pero también la música de las fiestas de matrimonio de las tres fronteras".



"Vengo de un lugar donde el circuito de la vida y la muerte es más acelerado. En la serbia ortodoxa es una tradición tocar la música preferida de la persona que falleció en su funeral, incluso si la música es alegre y festiva. Es por eso que los músicos especialistas en funerales también lo son en matrimonios", cuenta el músico, que se ha presentado en lugares tan diversos como Beirut, Tel Aviv e Islandia, y próximamente lo hará en México y Costa Rica. "Todo el mundo se merece tener un poco de los Balcanes en su vida", dice.



"Trato de hacer música contemporánea. Pero quizás mi contemporaneidad es diferente a la contemporaneidad de otros lugares", afirma Bregovic. "La música de los Balcanes es muy poco conocida. Estoy entremedio de la gran música rumana, italiana, griega, húngara. Soy un Frankestein que trata de ser bello".


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