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El Merino de la discordia: organizaciones vuelven a pedir retiro de la polémica estatua del Almirante

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La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP) del puerto y ex presos políticos, así como la diputada comunista Karol Cariola y el candidato a legislado Juan Pablo Paonessa rechazan que uno de los principales artífices del golpe de Estado y miembro de la Junta Militar de 1973 ocupe un lugar destacado en el recinto. La figura tiene tres metros de alto, pesa una tonelada y fue hecha por el escultor Arturo Hevio Salazar, un artista de derecha que también hizo la estatua de Salvador Allende en la Plaza de la Constitución de Santiago.


Agrupaciones ciudadanas y políticos volvieron a pedir durante este lunes la remoción de la estatua del fallecido almirante José Toribio Merino del Museo Marítimo de Valparaíso.

La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP) del puerto y ex presos políticos, así como la diputada comunista Karol Cariola y el candidato a legislador Juan Pablo Paonessa rechazan que uno de los principales artífices del golpe de Estado y miembro de la Junta Militar de 1973 ocupe un lugar destacado en el recinto.

El 11 de septiembre de 1973, Merino hizo detener al jefe de la Armada, el almirante Raúl Montero (1914-2000), y ocupó su puesto de forma ilegal. Además de liderar la represión en el puerto, fue responsable de las torturas que sufrieron decenas de marinos constitucionalistas que se opusieron al derrocamiento del presidente Salvador Allende. Falleció en la impunidad en 1996.

«Ninguna calle llevará tu nombre»

La manifestación es parte de una protesta que se realiza el 11 de cada mes desde 2013 y busca entre otros «eliminar la Ley de Amnistía y terminar con símbolos como la estatua de Merino. Es impresentable que esa estatua siga presente por todo lo que simboliza: impunidad, violencia, injusticia. Hoy en la mañana nos manifestamos contra estos objetos que representan algo totalmente negativo para una sociedad que aspira a cambios», señaló Juan Pablo Paonessa, candidato a diputado por el Frente Amplio.

La estatua fue inaugurada el 31 de mayo de 2002 por el entonces almirante de la Armada, Miguel Ángel Vergara, mientras la actual presidenta Michelle Bachelet era ministra de Defensa. Vergara es uno de los firmantes de la carta de ex jefes militares que recientemente protestaron en una carta en El Mercurio contra el cierre del penal de Punta Peuco.

Tiene tres metros de alto, pesa una tonelada y fue hecha por el escultor Arturo Hevio Salazar, un artista de derecha que también hizo la estatua de Salvador Allende en la Plaza de la Constitución de Santiago.

«Me parece absolutamente natural que las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos protesten ante la existencia de imágenes que exaltan o hacen homenaje a los violadores de derechos humanos, a quienes fueron cómplices y responsables de la dictadura militar en nuestro país y de todos los crímenes que aquí se cometieron», señaló por su parte la diputada Karol Cariola (PC).

Hace dos años Cariola presentó un proyecto de ley «Ninguna calle llevará tu nombre» para que «se prohíba la exaltación y homenaje a estas mismas personas que han hecho tanto daño a nuestro país, porque nos parece que es una falta de respeto al país, a su memoria, a los actos de búsqueda de justicia, de término de la impunidad».

La diputada además ha enviado un oficio al Museo Naval para pedir que elimine la estatua y tiene previsto pedir una reunión con el comandante en jefe de la Armada «para poder desarrollar una posición conjunta. Creemos que en ellos debemos encontrar espacio para dialogar, porque si se habla de encuentro, de perdón, de que finalmente hoy día exista justicia, las Fuerzas Armadas tienen que ser las primeras que deben estar a disposición de contribuir en esa dirección, y eso es lo que espero se recoja de esta demanda de la ciudadanía, en la cual nos sentimos absolutamente representados».

Viejo pedido

El pedido de retirar la estatua no es nuevo. En 2014 la agrupación «Ciudadanos por la Memoria», con 5.000 firmas, entre ellas el historiador Sergio Grez, envió una carta a Bachelet para pedir lo mismo, además de la remoción del nombre “Merino” de un navío de la Armada, una sala del Museo Marítimo Nacional y de un auditorio ubicado en la ex Academia de Guerra Naval.

Actualmente la administración municipal de Valparaíso además está en conversaciones con la Armada para que ceda el terreno del ex Cuartel Silva Palma, ubicado de forma contigua al Museo Marítimo, escenario de torturas y asesinados tras el golpe y actualmente en desuso, para su conversión en un Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.

La Armada fue consultada por este medio respecto a la polémica de la estatua, pero respondió que no hará ningún comentario al respecto.

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