CULTURA
Amanda Jara conversó esta mañana con Natalia Valdebenito en el programa «Café con Nata», en Súbela Radio, donde abordó temas como el legado del trovador y el estallido social. Además expresó que «después de todas las violaciones a los derechos humanos que se volvieron a cometer, uno ve que hay presos políticos de la revuelta, siguen en prisión. ¡Basta! ¡Basta de esto! (…) Los carabineros… el subsecretario Galli hablando de utensilios… Yo ya tengo 56 años, pa’l golpe tenía nueve, y uno ha tenido que aprender a vivir con esta frustración, ha tenido que tratar de darle la vuelta para poder construir felicidad. No dejemos que esto le pase a los cabros chicos de ahora, a los jóvenes, a las jóvenes. No podemos». También hizo una advertencia sobre la clase política y la movilización ciudadana. «Este despertar que hubo a fin del año pasado se nos puede ir en collera. Mira cómo se está coludiendo, fabricando, negociando cosas que nos involucran a todos nosotros, nos dejan afuera. El pueblo queda afuera. Tenemos que estar doblemente conscientes, porque no puede ser que nos pasen máquina».
Amanda Jara, la hija de Víctor Jara, conversó esta mañana con Natalia Valdebenito en el programa «Café con Nata», en Súbela Radio, donde abordó temas como el legado del trovador y el estallido social.
Jara habló de su labor como pintora desde la localidad de Quintay, donde vive actualmente, aunque calificó su arte de «una mezcla de hobby y una necesidad vital. La cosa es que ahora el tiempo escasea, y para esto se necesita harto tiempo para poder concentrarte. Ahora ando tan dispersa que hago muchas cosas a la vez».
Valdebenito también le preguntó sobre el libro «Un canto inconcluso» de Joan Jara cómo convivía con el hecho de ser la hija de una figura mundial, que además fue relanzada en medio del estallido de octubre de 2019.
Al hablar de su madre y el libro que escribió, expresó que «ella sintió la necesidad de dar el testimonio porque la historia de nuestra familia es la historia de muchas familias en Chile. El dolor que nosotros vivimos lo vivió mucha gente. Es un dolor colectivo. Incluso dado que tras tantos años sigue la impunidad es un dolor compartido con todos, excepto una ultra negacionista», expresó.
«El Víctor es de todos. Yo lo aprendí eso de chiquitita. Y la primera vez que volví a Chile, el 81, cuando había protestas callejeras, por primera vez lo hice como un ejercicio el gritar ‘Víctor Jara, presente, ahora y siempre’. Ahí me di cuenta que mi papá es como una figura colectiva de nuestra memoria», señaló.
«Me costó mucho, en público, habló de mi padre. Siempre hablaba de Víctor, y los amigos, la gente más cercana, me decía, ‘Mandi, es tu papá’. Y me costó, me costó muchísimo, era una vieja ya. Y ahí empecé a decir ‘mi papá'».
Agregó que «lo que pasa es que de tantas víctimas que hubo él es una que dejó una voz y una imagen grabada. Entonces se hizo como una bandera».
Valdebenito recordó entonces cómo, en el marco del estallido, resurgió la figura del cantante. Desde los primeros días comenzó la emisión en las calles de su canción «El derecho de vivir en paz», e incluso la Fundación Víctor Jara produjo una nueva versión con un grupo de artistas.
«Fue emocionante», comentó Amanda Jara. «Estaba con mi mamá yo, ese octubre del año pasado, en casa. Ella había estado marchando todos los 11 de septiembre, incluso cuando se quebró el tobillo salió en silla de ruedas. Pero ese octubre no estábamos saliendo. Mi mamá estaba medio debilucha físicamente y no salimos. Y ella estaba media en contradicción con eso, sentía que debía estar en la calle. Y yo le dije, ‘mamá, no tenemos la silla de ruedas’, porque la que habíamos tenido era prestada, ‘pero mira cómo está el papi ahí, ¡él está ahí por nosotras!, le dije yo».
«Ella tiene problemas para ver, entonces no veía la multitud, pero sí escuchaba. Entonces yo le ponía todas esas versiones de ‘El derecho de vivir en paz’ que salían. Un joven, en Conce creo que era, la tocó con un saxo, otra mujer cantó de un balcón, cerca de Plaza Italia. Fue una cosa que… y mi mamá lo escuchaba y yo le trataba de describir para que ella lo sintiera. Y nos sentimos tan… como llenas, contentas de pensar que el Víctor era notoriamente parte de nuestra memoria, de nuestra historia, estaba ahí totalmente presente. Yo le decía a mi mami: ‘quizás no hemos hecho tan mal la pega'».
Jara agregó, con miras a la memoria histórica y el mantener viva la figura del trovador, que «no es que uno dude de los compatriotas, uno duda del sistema, de cómo se colocan las figuras, cómo se manosean, y ni hablar de un sistema judicial que ha alargado y alargado» los procesos.
Además expresó que «después de todas las violaciones a los derechos humanos que se volvieron a cometer, uno ve que hay presos políticos de la revuelta, siguen en prisión. ¡Basta! ¡Basta de esto! No puede ser que estemos repitiendo formas» de represión.
«Los carabineros… el subsecretario Galli hablando de utensilios… Yo ya tengo 56 años, pa’l golpe tenía nueve, y uno ha tenido que aprender a vivir con esta frustración, ha tenido que tratar de darle la vuelta para poder construir felicidad. No dejemos que esto le pase a los cabros chicos de ahora, a los jóvenes, a las jóvenes. No podemos».
Finalmente, hizo una advertencia sobre la actuación de la clase política y la movilización ciudadana.
«Este despertar que hubo a fin del año pasado se nos puede ir en collera. Mira cómo se está coludiendo, fabrican, negociando cosas que nos involucran a todos nosotros, nos deja afuera. El pueblo queda afuera. Tenemos que estar doblemente conscientes, porque no puede ser que nos pasen máquina», concluyó.
