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Manuel Alberto Claro, director de fotografía chileno, sobre su trabajo con Lars von Trier: «La ruptura es el ADN de su cinematografía» CULTURA

Manuel Alberto Claro, director de fotografía chileno, sobre su trabajo con Lars von Trier: «La ruptura es el ADN de su cinematografía»

«Obviamente las miradas estéticas son muy diferentes. August funciona dentro de una estética mucho más clásica, en donde la cámara no está interesada en llamar la atención sobre sí misma, con un lenguaje cinematográfico tradicional. Para Lars von Trier gran parte de su obra es quebrar, romper lo clásico y el modo tradicional de contar las historias. Él busca nuevos caminos para esto», comenta el artista, que ya ha sido parte de más de 25 películas que han ganado premios en Cannes y Venecia.


Un nuevo trabajo de Lars von Trier es el próximo proyecto del chileno Manuel Alberto Claro (Santiago, 1970), un director de fotografía de más de 25 películas, quien además ha colaborado con Bille August y el estadounidense, Chris Rock.

Vive en Dinamarca desde 1974 y ha trabajado en películas como Reconstruction (Christoffer Boe, 2004) y Dark Horse (Dagur Kári, 2005), ambas premiadas en Cannes, además de Allegro (también de Boe, 2005), galardonada en Venecia.

En cuanto a Von Trier, lo acompañó en Melancholia (2011), Nymphomaniac (2013) y The House that Jack Built (2018).

-Entiendo que estás en un nuevo proyecto de Lars von Trier, ¿puedes explicarme algo al respecto, el contenido?
-Estamos preparando la tercera temporada de una serie que Lars von Trier hizo en los 90 que se llama Riget (El reino), que es el nombre de un hospital. Se trata en parte de la relación entre Dinamarca y Suecia, sus diferencias culturales, de humor, etc. En la serie se critica el sistema danés de salud en su funcionamiento concreto, cómo se maneja políticamente y también critica a la medicina moderna.

-Las series han tomado mucha fuerza desde hace algunos años. En tu caso, ahora comienzas a trabajar en El reino de Lars von Trier y recientemente terminaste otra de Christopher Boe, Interrogatorio, que pronto se podrá ver. ¿Consideras que el cine se está convirtiendo en un evento especial?
-La de Boe se está editando y seguramente saldrá en abril o junio. Sin duda que se producen muchas series y tiene que ver con que se ven por el internet, la TV, el computador, en streaming como HBO, Netflix, etc., y las locales de cada país, no tienes que salir, la tienes ahí inmediatamente. Ir al cine es más como un evento, vas con amigos. Para mí es algo muy diferente, por supuesto.

Bille August y Lars von Trier

-Recién has terminado la película El pacto, dirigida por otro director danés, Bille August, sobre la escritora danesa Karen Blixen, que se estrenará en el mes de abril. Él hizo La casa de los espíritus, Pelle el Conquistador y muchas otras. ¿Cuál es la diferencia de trabajar con Bille August y con Lars von Trier, en relación con las miradas estéticas, técnica, conceptual, relacionado con el contenido de la historia?
-Obviamente las miradas estéticas son muy diferentes. August funciona dentro de una estética mucho más clásica, en donde la cámara no está interesada en llamar la atención sobre sí misma, con un lenguaje cinematográfico tradicional. Para Lars von Trier gran parte de su obra es quebrar, romper lo clásico y el modo tradicional de contar las historias. Él busca nuevos caminos para esto.

-¿A qué te refieres cuando señalas “lenguaje tradicional” y romper lo clásico?
-La cámara más clásica con August está fija, casi no se mueve. En una estética tradicional que viene del mundo griego, romano, hay reglas de cómo la luz del sol debe funcionar, sobre la arquitectura, volúmenes y espacios. En la pintura y concretamente en la fotografía clásica también las hay, de cómo la luz debe caer sobre una cara, etc.

En Von Trier la cámara se mueve todo el tiempo. Él no coincide con la idea de que la belleza en sí misma es una calidad, él está en contra de esto y busca romperlo, por lo demás, hoy es un movimiento muy fuerte dentro del arte, pero no del cine. La luz sucia, por ejemplo, es una reacción en contra de la búsqueda de la belleza clásica, que se consigue con la mezcla de colores.

-¿Consideras que en el cine de Von Trier la visualidad rupturista está también en el modo de contar la historia, la edición, o sea, todos los aspectos de la película?
-En Lars la ruptura es el ADN de su trabajo. Es total, en la fotografía, historia, edición. Su lenguaje no busca la belleza en ningún aspecto, al contrario. Estamos hablando de un gran artista que lo que el hace es profundamente original y único y él decide cual es el ADN del proyecto, uno no puede relacionarlo con otro cine, clásico o lo que sea, él está en un mundo propio paralelo.

Fotografía cinematográfica

-¿En qué consiste tu trabajo exactamente? ¿Tu material de trabajo es la luz ?
-Tal vez… no existen respuestas 100% exactas. El director de fotografía ayuda al director a obtener su visión y es responsable de la parte visual de la película, ahí la luz es una gran cosa, como el lenguaje visual, el encuadre, los colores, los movimientos de la cámara, la composición, cosas que se hacen también junto al escenógrafo y al director, con quienes se trabaja muy cercanamente. También hay que ser muy consciente del modo en que la historia debe ser contada y esto es la edición, qué tipo de imagen se hace y en cuál momento, qué imagen se necesita para acentuar una situación específica del guión. Lo importante es que la fotografía funcione bien con la historia, más que consigo misma en el sentido de un logro estético determinado, A, B o C, debe estar conectada con el contexto de la historia, en la que están los actores.

En el 2011, Manuel Alberto Claro recibió el premio European Film Awards, al mejor Director Europeo de Fotografía por la película Melancholia de Lars von Trier.

-¿Qué procesos han tenido la fotografía y la cinematografía en relación con el rupturismo?
-El cine es un medio muy comercial que requiere mucha plata y, por eso, en mi opinión el desarrollo artístico ha sido mucho más lento. Lo que se hace debe ser accesible, entendible a la gente, esté basado sobre una estética clásica tradicional en la que la belleza es importante y es una calidad en sí misma. Estamos 150 años atrasados, lo que equivale al impresionismo.

Lars von Trier y otros también en Chile trabajan heterodoxamente, pero son excepciones. En otras expresiones artísticas, como pintura, escultura, esta ruptura existe ya hace mucho tiempo. En pintura comienza, por ejemplo, con Edvard Munch, luego Duchamp, el cubismo, etc… hoy tenemos instalaciones, performances, expresiones absolutamente no tradicionales, fotografía, etc.

-Seguramente conoces la película surrealista de Jean Cocteau, La sangre de un poeta, de 1930, con un financiamiento privado, en que el actor en el rol del poeta es Enrique Riveros, chileno, quien pertenecía a la vanguardia europea cinematográfica, que entre otros trabajó con Jean Renoir, Gustaf Edgren, Alberto Cavalcanti, Ragnar Hyltén-Cavallius, Benito Perojo y que compartía con Picasso, Man Ray, Gertrude Stein, Coco Chanel, Luis Buñuel, etc.
-Yo encuentro que es una pena que hoy día el mundo surrealista prácticamente no exista, comparado con épocas anteriores. En los años 20, 30, había una gran parte del cine ligado al mundo del arte, se hacían experimentos. Buñuel, por ejemplo, hizo una carrera muy exitosa y larga en donde tomaba elementos surrealistas.

Hoy día Yorgos Lanthimos sigue un poco esto, pero no ha llevado la idea a lo que ni Cocteau o Buñuel la llevaron. Yo diría que quien ha llevado más lejos hoy día en el mundo, sería Jodorovsky, de lo que yo conozco, a un alto nivel, pero tiene mucha dificultad para financiar sus películas, porque no son accesibles ni comprensibles. Una cosa es hacerla, otra es distribuirla, y es complicado con cintas consideradas experimentos.

Lenguaje de contenido artístico

-En la película La casa que Jack construye (2018), Lars von Trier usa también una estética clásica.
-Sí, lo mezcla, hace comentarios hacia la pintura o estética clásica. Al final, cuando Bruno Ganz entra en el infierno, el contexto es una pintura de Delacroix, hay también, referencias a la idea del infierno del Dante de la Divina Comedia o como en el inicio de Melancolía (2011), en que queman una pintura de Brueghel.

Él es muy consciente de cómo trabaja con el lenguaje de contenido artístico. Él mezcla una estética que ama la belleza con una que odia la belleza. Hay referencia también a William Blake que hizo toda una ilustración de la Divina Comedia.

-¿Y cómo Bruno Ganz llega a participar en esta película de Lars von Trier ?
-Para Lars era importante tenerlo, porque ambos tienen un pasado relacionado con Hitler. Lars von Trier fue malinterpretado en Cannes, lo que le ocasionó la expulsión del Festival. Lars nunca se refirió a Hitler, porque no lo conoció, se refería a la interpretación de Bruno Ganz en El Hundimiento y, por esa interpretación, él tenía empatía con el personaje que actúa el rol de Hitler. Trabajar con él fue un encuentro. Para mí es una gran honor trabajar con gente como Ganz, de ese nivel, que hacen un trabajo increíble. Como también lo es el trabajar con Lars, él atrae a sus producciones a actores increíbles.

-Saliendo de estos directores escandinavos, quisiera saber de tu trabajo Top five (2014) con Chris Rock en Estados Unidos.
Top five es una comedia. Rock no tiene un lenguaje visual cinematográfico como Lars von Trier o Bille August, él funciona dentro de un mundo de Hollywood donde hay una estética y manera de contar historias establecidas. Justamente me llamó a mí porque quería romper con esa estética y quería hacer una película con una sensación más real, un feeling más realista y había visto cosas mías que coincidían con lo que él quería. Siempre fui un gran admirador de Chris Rock como cómico stand up y me atrajo mucho la idea de hacer una comedia clásica norteamericana, con un lado visual más real y obscuro.

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